Libros Autores hablando de otros autores

FernanDisco is dead rebuznó:
P.D.:Una información para verdaderos amantes de la literatura: en vuestra puta España no tenéis un jodido escritor digno de sobrevivir a sus contemporáneos. A ver si os enteráis. No estamos en vuestro "Siglo de Oro".
Más Dostoievski y menos Reverte, que así os luce.
Menuda puta imbecilidad acaba usted de escribir caballero.
 
Clark Gable rebuznó:
Aunque Alatriste viene buen para recordar la grandiosidad que tuvo España y que nunca nos enseñaron en escuela.

A mi en la escuela sí me enseñaron cosas acerca de un Reino dónde jamás se ponía el sol.
 
Diálogo entre Borges y Sábato:


(...)
- Borges: No se que escritor dijo: "Las ideas nacen dulces y envejecen feroces"

- Sábato: ¡Hermosa frase! Además son siempre los pensadores los que mueven la historia.

- Borges: Pienso que toda la historia de la humanidad puede haber comenzado en forma intrascendente, en charla de cafe, en cosas así, no?

- Sábato: Perdone que me quede tocado por esa frase que usted cito. Recordemos las cosas feroces que se hicieron en nombre del Evangelio. Y las atrocidades que hizo Stalin en nombre del Manifiesto Comunista.

- Borges: ¡Que extraño!... nada de eso a ocurrido con el Budismo.

- Sábato: (Con tono esceptico) Pero digame, Borges, ¿A usted le interesa el Budismo en serio?. Quiero decir como religion. ¿Ó sólo le importa como género literario?

- Borges: Me parece ligeramente menos imposible que el cristianismo (ríen). Bueno, quiza crea en el Karma. Ahora, que haya cielo e infierno, eso no.

Por un instante las risas se confunden con las palabras. Los dos se divierten

¿Y qué opina de Dios, Borges?

- Borges: (Solemnemente irónico) ¡Es la máxima creacion de la literatura fantastica!. Lo que imaginaron Wells, Kafka o Poe no es nada comparado con lo que imagino la teologia. La idea de un ser perfecto, omnipotente, todopoderoso es realmente fantástica.

- Sábato: Si, pero podria ser un Dios imperfecto. Un Dios que no puede manejar bien el asunto, que no haya podido impedir los terremotos. O un Dios que se duerme y tiene pesadillas o accesos de locura: serían las pestes, las catastrofes....

- Borges: O nosotros (Se ríen). No se si fue Bernard Shaw que dijo: "Dios esta haciendose"

- Sábato: Es un poco la idea de Strindberg, la idea de un Dios histórico. De todas maneras las cosas malas no prueban la inexistencia de Dios, nisiquiera la de un Dios perfecto. Usted acaba de insinuar que cree mas bien en los budistas. Si un niño muere, de modo aparentemente injusto, puede ser que este pagando la culpa de una vida anterior. También puede ser que no
entendamos los designios divinos, (que pertenecen a un mundo transfinito).

- Borges: Eso coincide con los ultimos capitulos del libro de Job.

- Sábato: Pero digame, Borges, si no cree en Dios ¿Por que escribe tantas historias teologicas?

- Borges: Es que creo en la teologia como literatura fantastica. Es la perfección del genero.

- Sábato: Entonces, suponiendo que fuera el Gran Bibliotecario Universal, ese bibliotecario que toda la vida soño ser. Borges pondria en el primer lugar la Biblia, no?

- Borges: Y sobre todo un libro como Summa Teológica. Es una obra fantastica muy superior a la de Wells.

(...)
 
"Encuentro con el famoso poeta", por Charles Bukowski

aquel poeta habia sido famoso
y despues de unas decadas de
oscuridad
tuve suerte
y aquel poeta parecio
interesarse
y me pidio que fuera a su
apartamento en la playa.
el era homosexual y yo
heterosexual, y lo que es peor,
joven y lozano.

Llegue, eche una
mirada y
declame (Como si no lo
supiera), "Hey! Donde
cojones estan las
tias?"

el simplemente sonrio y se toco
su mostacho.

Tenia pequeñas lechugas y
delicados quesos y
otras exquiciteses
en la nevera.
"donde guardas la jodida
cerveza, tio?" Le
pregunte.

no importaba, yo habia
traido mis propias
botellas y empece
con ellas.

comenzo a parecer
alarmado: "He oido sobre
tu brutalidad, por favor desiste de
ella!"

me apalanque en su
cama, erupte: "ah, mierda nena, no voy
a hacerte daño! ha, ha,
ha!"

"eres un excelente escritor," dijo
el, "pero como persona eres
extremadamente
despreciable"

"eso es lo que mas me gusta de
mi, nena!"
continue sirviendome
bebida

en seguida
parecio desvanecerse tras
unas puertas correderas
de madera.

"eh nena, sal de
ahi! no te voy a hacer nada
malo! podemos sentarnos y
hablar sobre esa estupida mierda
literaria toda la
noche! no te
embrutecere,
mierda, lo
prometo!"

"no te creo!,"
dijo una
vocecita

bien, no podia hacer nada
sino
seguir bebiendo, estaba
demasiado borracho para conducir
a casa.


cuando me desperte por la
mañana, el estaba de pie inclinado sobre
mi
sonriendo.

"uh," dije,
"hola..."

"decias en serio lo que me
dijiste la pasada noche? pregunto
el.

"ah, el
que?"

"abri las puertas y me estuve
ahi de pie y tu me viste
y dijiste que
parecia que yo estuviera surcando
el mar en la proa de un gran
barco... dijiste que
parecia un
escandinavo! es
cierto?"

"oh, si, si, lo
parecias..."

me preparo te caliente
con tostadas
y me lo
zampe.

"bien," dije, ha
sido estupendo
conocerte..."

"estoy seguro," contesto
el.

la puerta se cerro detras
mio
y encontre el ascensor
para bajar
y
despues de vagabundear un poco por
la playa,
encontre mi coche,
subi, y me fui
en lo que parecian ser
terminos agradables
entre el famoso poeta y
yo

pero
no era
asi:

el empezo a escribir material
increiblemente odioso
sobre
mi
y yo
dirigi mis disparos hacia
el.

todo el asunto
fue mas o menos
como
la mayoria de encuentros de otros
escritores

y
de todos modos
esa parte sobre que
le llame
escandinavo
no era cierta en
absoluto: Le llame
vikingo

y tampoco
es cierto
que sin su
ayuda
yo nunca hubiera
aparecido en la
Penguin Collection of
Modern Poets

junto a el
y quien
era?

ah, si:
Lamantia.

De "You Get So Alone At Times That It Just Makes Sense."
 
Este es un clásico moderno y seguramente ya ha sido posteado, pero no está mal. Tb tiene muy bueno uno Reverte contra un crítico uqe publicaba su primera novela. En realidad todas estas 'confrontaciones' esconden algo de nostalgia por un tiempo en que los escritores eran las vedettes mediáticas y concitaban la atención del ojo público. Ahora todos estos conflictos que, ya digo, son constantes en la literatura no le interesan a nadie.

Perez Reverte rebuznó:
"El muelle flojo de Umbral

Hace años tuve una polémica con Francisco Umbral que acabó cuando escribí un artículo titulado Sobre Borges y sobre gilipollas, donde el gilipollas no era Borges. Desde entonces, en lo que a mí se refiere, Umbral ha permanecido mudo; cosa que en un teclista con su logorrea –«escribe como mea», dijo de él Miguel Delibes– supone un prodigio de continencia. Pero el tiempo pasa, la edad termina aflojándole a uno el muelle, y ahora vuelve a meterme los dedos en la boca. El estilo, o sea. Al maestro de columnistas no le gusta mi estilo literario, y le sorprende que se lean mis novelas. También, de paso, le parece inexplicable que nadie lea las suyas, ni aquí ni en el extranjero. Que fuera de España no sepan quién es Francisco Umbral, eso dice tenerlo asumido: su prosa es tan perfecta, asegura, que resulta intraducible a otras lenguas cultas. Pero no vender aquí un libro lo lleva peor. No se lo explica, el maestro. Con su estilo. Así que voy a intentar explicárselo. Con el mío.

Francisco Umbral tiene –y nos lo recuerda a cada instante– la mejor prosa de España. También cultiva una imagen, más social que literaria, inspirada en el malditismo narcisista y la soledad del escritor incomprendido y genial. Pero eso es cuanto tiene. Nunca pisó una universidad como alumno, ni leyó un clásico, ni tuvo una formación que trascendiera la cita, el plagio entreverado y el picoteo de lo ajeno. La lectura tranquila de sus libros y columnas sólo revela frivolidad superficial, incultura camuflada bajo la brillante escaramuza del estilo. En realidad, Umbral nunca tuvo nada que decir. La idea, el comentario o el libro citados en abundancia aquí y allá –a menudo de forma incorrecta, como ocurre con Borges y la Biblia, entre otros– casi nunca provienen de lecturas directas, sino que delatan la tercería de la revista, suplemento cultural, antología o texto ajeno donde fueron espigados. Sospecho, además, que Umbral anda muy flojo de lenguas, lo mismo vivas que muertas, aunque para el estilo le baste con la que tan bien maneja. Y en cuanto a la gran novela básica, la que forma los cimientos de todo novelista sólido, su ignorancia resulta asombrosa en un escritor de tales pretensiones. Por eso resulta esclarecedor que, en sus innumerables intentos frustrados de novelar, mencione siempre con desprecio a Cervantes, Galdós, Dickens, Tolstoi, Dostoievski o Baroja, y entre los contemporáneos, a Marsé, Mújica Lainez o Vargas Llosa; o que cometa la bajeza de situar al honrado José Luis Sampedro o al dignísimo e impecable Luis Mateo Díez a la misma altura que a Mañas, el chico del Kronen. En esa línea, las universidades sólo valen para algo cuando invitan a Umbral, y le pagan. Igual que los premios literarios, el Cervantes o la Real Academia: sólo tienen prestigio si él los consigue.

Y es que Umbral no escribe literatura: él es la literatura –«Borges y yo», afirmaba sin complejos hace unos años–. Y si la gente no lo lee, es porque a la gente no le interesa la literatura; no porque no le interese Umbral, ni porque repugne, por ejemplo, el sexo turbio que impregna sus novelas; más turbio aún cuando imaginamos al propio Umbral practicándolo. Un personaje de quien Jimmy Gimenez Arnau –que no se diría, en rigor, espejo de virtudes– ha escrito: «Padece cáncer de alma».

La cita no es casual, porque, además de ser un periodista que nunca dio una noticia, de que en sus novelas y columnas no haya una sola idea, y de alardear de una cultura que no tiene, lo que trufa toda la obra de Umbral, desde el principio, es su bajeza moral. La «infame avilantez» que, ya metidos en citas, le atribuyó la poetisa Blanca Andreu. Siempre estuvo dispuesto a despreciar a novelistas ancianos o fallecidos como Gironella, Aldecoa, o el Cela a cuya sombra en vida tanto medró –y a quien dedicó, caliente el cadáver, un librito oportunista e infame, escrito, eso sí, con estilo sublime–, o a insultar y señalar con el dedo a antiguas amantes y a mujeres que le negaron sus favores; aunque esto lo hace sólo cuando no pueden defenderse y sus maridos están muertos o en la cárcel. Tan miserable hábito no lo mencionaría aquí de limitarse a lo privado; pero es que Umbral tiene la bajunería de salpicar con él su literatura. Su bello estilo. A todo eso añade una proverbial cobardía física, que siempre le impidió sostener con hechos lo que desliza desde el cobijo de la tecla. Pero al detalle iremos otro día. Cuando me responda, si tiene huevos. A ver si esta vez no tarda otros cinco años. El maestro.
 
Pues ahora ya no creo que le responda...

El texto de Pérez no es nuevo, tiene ya su tiempo. ¿A alguien le consta si Umbral le respondió antes de pasar de este mundo al otro?
 
Creo de que no, al menos publicamente. Creo que a Umbral le pilló demasido viejuno como para meterse en faena, y menos contra PR que tiene una legión de fans. Esencialmente nada de lo que dice Reverte es falso, y sin embargo pienso que se ensaña innecesariamente.
 
Umberto Eco, muy duro con el autor de la novela “El Código Da Vinci”

El reconocido escritor italiano rechazó una invitación para reunirse con Dan Brown, a quien acusó de ser un “intrigante” que se “enriquece de material de descarte”.


“El Código Da Vinci” sigue cosechando críticas negativas. El prestigioso escritor italiano Humberto Eco dijo en una entrevista concedida al diario La Repubblica que Dan Brown, el autor de la polémica novela, es un “intrigante” que se dedica a “propagar informaciones falsas”. Pero eso no es todo. Eco también acusó al autor del best-seller -que inspiró la película estrenada días atrás en todo el mundo- de “enriquecerse con material de descarte”.

Para dejar en claro su desagrado hacia Brown, el italiano contó que rechazó una invitación de la localidad toscana de Vinci para reunirse con el autor estadounidense. “Ni muerto –respondió Eco-. Viajaré a Vinci en alguna otra ocasión, cuando esté allí un verdadero escritor".

https://www.clarin.com/diario/2006/05/20/um/m-01199222.htm
 
Tal para cual. Otra emanación intelectual de alguien que es incapaz de rematar una novela, de estructurarlas de manera sólida. Banal, pueril. el mismo individuo que se mete con el estado de la educación, cuando publica, en el principal causante de dicho desastre. El grupo prisa, del cual ha hecho su negocio más lucrativo. Adoctrinar descerebrados.

Valiente es este hacedor de ínfulas barriobajeras.
 
Fuckduck rebuznó:
Tal para cual. Otra emanación intelectual de alguien que es incapaz de rematar una novela, de estructurarlas de manera sólida. Banal, pueril. el mismo individuo que se mete con el estado de la educación, cuando publica, en el principal causante de dicho desastre. El grupo prisa, del cual ha hecho su negocio más lucrativo. Adoctrinar descerebrados.

Valiente es este hacedor de ínfulas barriobajeras.

¿Te estás refiriendo a Reverte? Porque su columna sale en el SEMANAL de ABC, que mucha PRISA no tiene :1

Por otro lado, deberías tratarte esa diarrea oral que padeces. Algún día vas a cagar en el oído equivocado, cómo lo deseo.
 
Sin embargo sus novelas las edita Alfaguara. Adivine quien es (o era, no se como anda ahora la cosa) el dueño.
 
Algunas de Cioran, que me las he encontrado cuando buscaba aforismos para su hilo:


-Albert Camus se ha matado en un accidente de coche. Ha muerto en el momento en que todo el mundo -y tal vez el mismo también- sabía que ya nada tenía que decir y viviendo tan sólo podía perder su desproporcionada, abusiva -ridícula incluso-, gloria. Inmensa pena al enterarme de su muerte, anoche, a las 23 horas, en Montparnasse. Un excelente escritor menor, pero que fue grande por haber carecido totalmente de vulgaridad, pese a todos los honores que cayeron sobre él.


-6 de enero de 1960
Sólo hablé con Camus una vez, en 1950, creo; he hablado mal de él muchísimo y ahora me siento presa de un remordimiento terrible e injustificado. Ante un cadáver, sobre todo cuando es respetable, me siento impotente. Tristeza inclasificable.


-James Joyce: el hombre más orgulloso del siglo, porque quiso -y en parte alcanzó- lo imposible con el empecinamiento de un dios loco y porque nunca transigió con el lector y no estaba dispuesto a ser legible a toda costa. Culminar en la oscuridad.


-Ionesco me dice que en el monólogo de Hamlet sólo hay trivialidades. Es posible, pero esas trivialidades agotan lo esencial de nuestras interrogaciones. Las cosas profundas no necesitan originalidad.


-El drama de Alemania es el de no haber tenido un Montaigne. ¡Qué ventaja para Francia haber comenzado con un escéptico!


Y para rematar, la puntilla:
-No pierdas el tiempo criticando a los otros, censurando sus obras; haz la tuya, dedícale todas tus horas. El resto es fárrago o infamia. Sé solidario con lo que es verdad en ti e incluso eterno.
 
Gracias a las referenicas literarias que he encontrado en los libros de Bukowski , he acabado leyendo a escritores como Fante, Celine o Dostoieski, autores, como en el caso de los dos primeros que ni siquera sabia que existían. Muchas veces los libros, son como las páginas porno, llenos de enlaces que a su vez te llevan a otros libros.
 
Cuando le pidieron a Truman Capote su opinión sobre Marcel Duchamp evitó extenderse demasiado: comentó tan solo que si lo atropellaban frente a su casa no saldría a recoger sus pedazos.

Por cierto, cuando las amistades de Capote lo condenaron al exilio al describirlos con los detalles de un entomólogo maligno en “Plegarias atendidas”, solo exclamó: “¿Y que querían?, soy un escritor”

Hemingway por su parte describe a Scout Fitzgerald como un ser amanerado, enfermizo, preocupado por el modesto tamaño de su pene, y a la mujer de este, Zelda, como a una demente que se alegraba cuando su esposo se emborrachaba y dejaba de escribir.

Y Adorno dijo sobre Ernst Jünger: “Es un escritor miserablemente malo, una especie de inmoralidad a corto plazo”
 
Uno de mis poetas favoritos, Cecco Angiolieri, tuvo una gran rivalidad con Dante Alighieri (De esta rivalidad viene el apelativo que le da de Marcel Schwob en Vidas Imaginarias, dentro de su pequeño cuento “Cecco Angiolieri, poeta rencoro”)

El soneto 102, de los 150 sonetos atribuidos a Angiolieri, es el famoso por rencoroso:

Dante Alighieri, si soy tan charlatán,
tú bien me vas pisando los talones;
si yo como con otros, cenas tú;
si muerdo sebo, tú chupas tocino;

si yo maldigo, más criticas tú;
si yo exagero, tú poco te frenas;
si yo soy noble, tú señor resultas;
si yo me he hecho romano, tú lombardo.

Así que, gloria a Dios, reprochar poco
puede uno a otro de nosotros dos:
pena y poco sentido así nos hacen.

Y si de esto dijeras tú más cosas,
Dante Alighieri, yo te cansaré;
porque yo soy la fusta y tu el buey.

Más sobre ataques literarios por aquí: https://foropl.com/foro-libros-comics/71235-ataques-literarios-primer-asalto-quevedo-gongora.html
 
Este no es precisamente un ataque, pero como el título del post solo hace referencia a autores hablando sobre otros, ahí va este tocho de Cioran hablando de Borges

Querido amigo:

El mes pasado, durante su visita a Parí­s, me pidió usted que colaborara en un libro de homenaje a Borges. Mi primera reacción fue negativa; la segunda también. ¿Para qué celebrarlo cuando hasta las universidades lo hacen? La desgracia de ser conocido se ha abatido sobre él. Merecí­a algo mejor, merecí­a haber permanecido en la sombra, en lo imperceptible, haber continuado siendo tan inasequible e impopular como lo es el matiz. Ese era su terreno. La consagración es el peor de los castigos -para el escritor en general y muy especialmente para un escritor de su género. A partir del momento en que todo el mundo lo cita, ya no podemos citarle o, si lo hacemos, tenemos la impresión de aumentar la masa de sus “admiradores”, de sus enemigos. Quienes desean hacerle justicia a toda costa no hacen en realidad más que precipitar su caí­da. Pero no sigo, porque si continuase en este tono acabarí­a apiadándome de su destino. Y tenemos sobrados motivos para pensar que él mismo se ocupa ya de ello.

Creo haberle dicho un dí­a que si Borges me interesa tanto es porque representa un espécimen de humanidad en ví­as de desaparición y porque encarna la paradoja de un sedentario sin patria intelectual, de un aventurero inmóvil que se encuentra a gusto en varias civilizaciones y en varias literaturas, un monstruo magní­fico y condenado. En Europa, como ejemplar similar, se puede pensar en un amigo de Rilke, Rudolf Kassner, que publicó a principios de siglo un excelente libro sobre la poesí­a inglesa (fue después de leerlo, durante la última guerra, cuando me decidí­ a aprender el inglés) y que ha hablado con admirable agudeza de Sterne, Gogol, Kierkegaard y también del Magreb o de la India. Profundidad y erudición no se dan juntas; él habí­a logrado sin embargo reconciliarlas. Fue un espí­ritu universal al que sólo le faltó la gracia, la seducción. Es ahí­ donde aparece la superioridad de Borges, seductor inigualable que llega a dar a cualquier cosa, incluso al razonamiento más arduo, un algo impalpable, aéreo, transparente. Pues todo en él es transfigurado por el juego, por una danza de hallazgos fulgurantes y de sofismas deliciosos.

Nunca me han atraí­do los espí­ritus confinados en una sola forma de cultura. Mi divisa ha sido siempre, y continúa siéndolo, no arraigarse, no pertenecer a ninguna comunidad. Vuelto hacia otros horizontes, he intentado siempre saber qué sucedí­a en todas partes. A los veinte años, los Balcanes no podí­an ofrecerme ya nada más. Ese es el drama, pero también la ventaja de haber nacido en un medio “cultural” de segundo orden. Lo extranjero se habí­a convertido en un dios para mí­. De ahí­ esa sed de peregrinar a través de las literaturas y de las filosofí­as, de devorarlas con un ardor mórbido. Lo que sucede en el Este de Europa debe necesariamente suceder en los paí­ses de América Latina, y he observado que sus representantes están infinitamente más informados y son mucho más cultivados que los occidentales, irremediablemente provincianos. Ni en Francia ni en Inglaterra veí­a a nadie con una curiosidad comparable a la de Borges, una curiosidad llevada hasta la maní­a, hasta el vicio, y digo vicio porque, en materia de arte y de reflexión, todo lo que no degenere en fervor un poco perverso es superficial, es decir, irreal.

Siendo estudiante, tuve que interesarme por los discí­pulos de Schopenhauer. Entre ellos, un tal Philip Mainlander me habí­a llamado particularmente la atención. Autor de una Filosofí­a de la Liberación, poseí­a además para mí­ el aura que confiere el suicidio. Totalmente olvidado, yo me jactaba de ser el único que me interesaba por él, lo cual no tení­a ningún mérito, dado que mis indagaciones debí­an conducirme inevitablemente a él. Cuál no serí­a mi sorpresa cuando, muchos años más tarde, leí­ un texto de Borges que lo sacaba precisamente del olvido. Si le cito este ejemplo es porque a partir de ese momento me puse a reflexionar seriamente sobre la condición de Borges, destinado, forzado a la universalidad, obligado a ejercitar su espí­ritu en todas las direcciones, aunque no fuese más que para escapar a la asfixia argentina. Es la nada sudamericana lo que hace a los escritores de aquel continente más abiertos, más vivos y más diversos que los europeos del Oeste, paralizados por sus tradiciones e incapaces de salir de su prestigiosa esclerosis.

Puesto que le interesa saber qué es lo que más aprecio en Borges, le responderé sin vacilar que su facilidad para abordar las materias más diversas, la facultad que posee de hablar con igual sutileza del Eterno Retorno y del Tango. Para él cualquier tema es bueno desde el momento en que él mismo es el centro de todo. La curiosidad universal es signo de vitalidad únicamente si lleva la huella absoluta de un yo, de un yo del que todo emana y en el que todo acaba: comienzo y fin que puede, soberaní­a de lo arbitrario, interpretarse según los criterios que se quiera. ¿Dónde se halla la realidad en todo esto? El Yo, farsa suprema. El juego en Borges recuerda la ironí­a romántica, la exploración metafí­sica de la ilusión, el malabarismo con lo ilimitado. Friedrich Schegel, hoy, se halla adosado a la Patagonia.

Una vez más, no podemos sino deplorar que una sonrisa enciclopédica y una visión tan refinada como la suya susciten una aprobación general, con todo lo que ello implica. Pero, después de todo, Borges podrí­a convertirse en el sí­mbolo de una humanidad sin dogmas ni sistemas, y si existe una utopí­a a la cual yo me adherirí­a con gusto, serí­a aquella en la que todo el mundo le imitarí­a a él, a uno de los espí­ritus menos graves que han existido, al último delicado.

E.M. Cioran, carta dirigida a Fernando Savater en su libro Ejercicios de admiración
 
Paul Bowles, el recluso de Tánger, de Mohamed Chukri.
Aparece en español la ácida crítica del escritor marroquí al autor de ‘El cielo protector’:

Y Chukri desenmascaró el Tánger mítico de Bowles | Cultura | EL PAÍS

Mas noticias -y buenas- para los que admiren a Mohamed Chukri: Cabaret Voltaire ha publicado este libro en el que el marroquí cuenta su algo más que tensa relación con el autor de El cielo protector, pero además la editorial anuncia que próximamente editará "Tiempo de errores", "Rostros, amores, maldiciones" y el magnífico y descarnado "El pan desnudo", que se titulará "El pan".
 
“Era el hombre más alto que se podía imaginar, con una cara de niño perverso dentro de un interminable abrigo negro que más bien parecía la sotana de un viudo, y tenía los ojos muy separados, como los de un novillo, y tan oblicuos y diáfanos que habrían podido ser los del diablo si no hubieran estado sometidos al dominio del corazón”

Gabriel García Márquez sobre Julio Cortázar.
 
Cómo se nota que sois unos machistas y nunca habéis tenido que pasar los dolores menstruales o un cruel desamor. Sí, hombreeeeeeeeeeeeeeesssssss, sois todos iguales, por eso no os gusta Paulo Coelho, un caballero sensible que conoce el alma de las mujeres, sus inquietudes y sentimientos.

Bueno, en realidad -como el del chiste- no me acuerdo si leí un libro o ninguno de Coelho, ni falta que me hace. Siempre me pareció que es de esos escritores al estilo de Jack Nicholson en Mejor Imposible. Es decir, descubrió la aguja de marear a las mujeres y a “hombres dulces”, y el gachó se forra.

Pero en esto no me queda otra que darle la puta razón:

“El Ulysses de Joyce hizo mal a la humanidad”: Paulo Coelho

Paulo Coelho, el célebre escritor brasileño de best-sellers, aseguró en entrevista que “no hay nada“en el Ulysses de James Joyce e incluso que este libro hizo mal a la humanidad.

https://pijamasurf.com/2012/08/el-ulysses-de-joyce-es-danino-para-la-literatura-paulo-coelho/

Y a este también, claro:

COMENTARIOS DE VLADIMIR NAVOKOV sobre literatura universal y el ULISES

“Me he quedado perplejo y me divierten las nociones fabricadas de lo que se conoce como ‘grandes libros”, declara Nabokov con evidente desprecio. Así, el consagrado personaje descarta lo que canónicamente se conoce como “obras maestras”, y critica ferozmente libros considerados geniales como La muerte en Venecia de Thomas Mann, El doctor Zhivago de Boris Pasternak o la prosa del renombrado William Faulkner.
 
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