Bueno, contribuyamos a la Historia del puterío cordobés.
Yo nunca he sido de clubs. He ido a algunos, fuera de Córdoba, pero el resultado ha sido casi siempre insatisfactorio. Demasiados ojos mirando, demasiadas lumis resabiadas, etc. Sólo recuerdo a una colombiana, Patricia, en el Scándalo de Málaga, que vaya manera de mover el culo cuando estábamos en el anal.
Yo soy más de MILFs y de casas de tapadillo, de toda la vida.
Lo de las MILFs es algo evidente, creo yo. Son profesionales, tienen experiencia y saben cómo conseguirte el mejor orgasmo con el mínimo esfuerzo por su parte. Es el conocimiento que te dan las tablas.
Y lo de preferir las casas de citas o de tapadillo ¿que queréis que os diga? Forma parte de la historia cordobesa. Follas, pero follas con tranquilidad, sin prisa, con gente que conoces…así que voy a:
CASA DE LA PEPA
La casa de la Pepa tiene una historia que comienza cuando la especulación urbanística se come el putibarrio de Cercadillas.
La Pepa era una madame de ese barrio que se traslada a la zona colindante a la anteriormente llamada cardenal González, hoy corregidor Luis de la Cerda.
La Pepa compró una casa de dos plantas en la calle Caldereros.
Había una serie de lumis fijas y otras que estaban de paso.
Yo siempre prefería a las fijas: Mara, Maribel y Susana.
Las fijas todas eran procedentes de Cercadillas.
Mara era una gitana madrileña que te sacaba la leche en unos minutos, Maribel también te cabalgaba de puta madre pero la mejor era Susana o Suah, una mora de Kenitra que follaba como una máquina.
La casa era superdiscreta, porque tenía una puerta trasera que daba a la calle Cabezas.
Casa fría, húmeda, pero con mujeres que conocían su oficio y no tenían remilgos. Te corrías como un bendito.
Yo al principio "me ocupaba" con Mara (lo de ser de la raza calé no se le notaba y a mí no me importaba), pero luego me empadroné en el coño de Susana y ahí estuve sacando petróleo hasta poco antes de la pandemia.
Cuando levantaron el confinamiento, bajé hasta la casa de la Pepa y me encontré la casa en obras para hacer un hotel de 4 estrellas.
Me informé y pude hablar por teléfono con Mara y con Susana.
Mara se mudó a Madrid (después de la muerte de su madre y de un hermano, estaba muy tocada) y Susana, que además de follar excelentemente, cocinaba de maravilla la gastronomía árabe, anda ahora en un restaurante marroquí de Alicante y cuando hablamos quedamos siempre en que iré para recordar ese coño que con dos movimientos de pelvis, sacaba lo mejor de mí.
Continuará...