ORGULLO Y REBELIÓN
Contra el espejo su imagen le descomponía las hechuras y el ímpetu vital. Cuarenta años de hombría y virilidad encadenados bajo un alambrada humillante. La vibrante masculinidad que hacía hervir sus músculos había sido domeñada dentro de un pijama de Crepúsculo. Robert Pattison, intenso y gótico, le miraba acusador, erizado de pelotillas y acrílico rancio. Estaba de oferta en el Primak y su cuñada jaleaba la ocurrencia y la indignidad.
"Que si mujer, si a él le da igual. Así puedes decir que te acuestas todas las noches con un tío bueno. Tu pruébatelo cuñao, que como sea tu talla nos lo llevamos." Y se lo llevaron, marcando los herrajes de sus pezuñas sobre su orgullo y su entrepierna marchita y desatendida. Robert Pattison era el hombre de la casa y su mujer ronroneaba sobre su pecho estampado. A través de la ventana del baño la desolación era devastadora. Los esqueletos calcinados de las carrascas, las yeseras abandonadas, las ruinas recientes eran una metáfora de su propia vida. Cuando llegara la Gran Guerra las bombas atómicas pasarían de largo. El trabajo ya estaba hecho y no era necesario malgastar munición en aquella tierra agraz y áspera. Estaba todo perdido. Robert Pattison era el macho alfa de aquella leprosería mesetaria y él un caballo trotón que tiraba del carro y comía pan duro.
Pero a pesar de todo la vida reclama sus peajes y atenciones. El flujo sanguíneo y los impulsos electrónicos, a un nivel subterráneo e inconsciente, seguían fluyendo sin atender su pusilánime derrota. Notaba el bulto creciendo dentro del pantalón. Era su polla despertando, saliendo como un oso recién hibernado de sus madriguera. Le sorprendió, ajena a él, impetuosa, imperial, vívida como un cachorro. Le tocaba su paja de los sábados por la mañana, con el móvil viendo las fotos cumshot y oralfuck compitaltion. Garañones de primera poniendo en su sitio a las hembras más espléndidas. Se metió la mano dentro del calzoncillo y se sintió intrépido y original. Decidió meterse un zurdazo en polla. Era el momento de darle un nuevo rumbo a su vida. Las pajas diestras ya no le llenaban y le pareció innegociable cambiar de mano. Así que se puso a ello, categórico, autoritario, obligándose a una pericia desconocida. Era una paja que no fluía, con enganchones, descompasada y torpe, pero una paja apasionada y comprometida de adolescente primeriza, tan distinta de las pajas funcionariales y rutinarias de su mujer, que exigían premura y puntería "
¿ya? date prisa que me estoy cansado" "
joder tío que asco, no me manches" " o apuntas bien o te la próxima te la haces tu solito"
Poco a poco el ritmo se fue volviendo más preciso, más eficaz, localizando los puntos débiles y las costuras de su placer. Ese onanismo extravagante estaba a punto de fructificar. Pero de repente escuchó los pasos de su mujer acercándose a la puerta. Dos golpes secos, iracundos, autoritarios y amenazantes que exigían una explicación inmediata y convincente.
-¿Pero que estás haciendo, que llevas media hora ahí metido?
Era el momento. Tenía que salir, arrancarse el puto pijama como si fuera el increible Hulk, destrozar esa camisa de fuerza que hostigaba su demencial y ingobernable masculinidad y acorralarla contra la pared a golpe de erección. Era el momento de restablecer la jerarquía que los dioses y el orden natural le habían concedido, imponer un imperio patriarcal de cópulas desmesuradas. Todas las fibras nerviosas de su cuerpo estaban activados, todos los músculos rebosantes de adrenalina y determinación. Ese coño era suyo porque así lo dictaban las leyes, las Sagradas Escrituras y sus burbujeantes cojones bullendo de testosterona. Era un hombre, un héroe proteico, un titán arrebatado de lujuria y masculinidad
-¿Pero que haces que llevas metido ahí media hora?
-....
-¿Pero me estas escuchando? ¿Estas tonto o que?
-....
- Que respondas, coño. O respondes o entro.Tu verás...¿Que estás haciendo?
-CAGANDO.
p.d. FpP a mí me ha dolido escribirlo más que lo que te puede herir a ti leerlo. Con cariño,respeto y mis deseos de mejora.