EL VERDUGO
De todos los presos que conocí este fue uno de los que , sin yo pretenderlo, supe más de su vida que el 95% del módulo.
Verdugo, era un hombre de cincuentaitantos años, de complexión delgada estatura normal y más feo que la madre que lo parió (y las gafas de intelectual tampoco es que ayudasen mucho). De donde surgió el compañerismo? pues simplemente porque lo tenía enfrente en el comedor y le encantaba hablar. Yo, en mi linea, escuchaba, asentía y hacía comentarios y preguntas cuando la ocasión lo requería. El postre que te daban con la comida solía consistir en una pieza de fruta o un yogur, aunque a veces nos traían postres especiales como unas natillas y cosas de ese estilo.
Yo nunca he sido de tomar postre en las comidas por lo cual, casi desde el principio, le ofrecía mi postre (ya fuese una manzana o unas natillas) cosa que el siempre me agradecía aunque yo no le daba ninguna importancia. Y el me daba mucha conversación... más de la que a mi me apetecía. Entonces me enteré que trabajaba en la biblioteca central (no era la biblioteca de Alejandría pero no estaba mal). Como yo no tenía ni tele, ni radio, ni nada pues me vino de perlas porque aunque el día para sacar libros de la biblioteca era el miércoles y había un limite de dos libros por preso. (debo recalcar, aunque ya lo habréis supuesto, que de las pocas actividades socio-culturales de las que disponía la cárcel esta no era muy popular) Cuando supe que tenía mano en la biblioteca me puse a pedirle libros como loco y el me los traía fuera el día que fuera y tantos como quisiera.
Verdugo no era el prototipo de preso común. Era ingeniero de telecomunicaciones y un hombre muy leído y culto. Su problema es que era un pedante y tenía un ego descomunal. No hacía como yo que rebajaba mi forma de expresarme a un lenguaje llano rayando a veces lo chabacano. El no. Hablaba usando términos y palabras que el 99% de los otros presos no entendían por lo cual no era muy popular... por eso... y por el delito que había cometido del que (as usual) me enteré mucho más tarde. En las comidas se dedicaba a jactarse de sus conocimientos, de sus estudios e incluso llegaba a preguntarnos si sabíamos el significado de esta u otra palabra para después explicarnos condescendiente el significado de la misma; como ya digo, yo hablaba muy poco pero en más de una ocasión le cerré la boca con un comentario, una corrección o directamente mostrando mis conocimientos en campos que él no dominaba.
Lo cierto es que era un poco gilipollas, pero como necesitaba su ayuda para conseguir algún tipo de entretenimiento y no terminar ahorcándome con mis tripas pues le seguía la corriente. Como Verdugo me consideraba una persona culta (teniendo en cuenta el nivel general) un día me dijo que había escrito un relato autobiográfico y que quería saber mi opinión... y claro, le dije que si, que me lo diera que lo leería y le daría mi opinión. Su puta madre, 40 folios por las dos caras aunque al menos estaba impreso, no de su puño y letra.
Y leyendo aquel relato descubrí muchas cosas de él. No hablaba de su delito, bueno... de sus delitos... se centraba en una parte concreta de su vida. Justo después de ser condenado. Al parecer le habían condenado a 20 años y como no le parecía bien entrar en la cárcel se escapó a China (sin tener ni puta idea de mandarín). El relato era una vivencia que se podría haber resumido en dos folios sobre la muerte de un amigo mexicano allí en China. El problema es que estaba cargada de opiniones de perogrullo sobre la vida, la muerte y joder... que largo se me hizo. Pero bueno, gracias a ese relato me enteré de que era deep maricón, que le buscaba la interpol (cosa que no terminé de creerme) y que su propio abogado le traicionó. Le dijo: oye, vuelve para España que no te va a pasar nada, tu ven que veras que bien y tal... Verdugo le hizo caso y según pisaba la frontera vio que le esperaban taitantos coches de policía para darle una "calurosa" bienvenida... creo que se llevo ostias hasta en sitios de su cuerpo que ni sabía que existían.
Finalizando (que me está quedando un post muy largo) que llevaba 7 años allí y los que le quedaban y el "angelito" estaba allí por 67 cargos de pederastia. Como podréis entender mi relación con él se enfrió muchísimo al enterarme aunque por lo menos me siguió trayendo libros.
Ah, si. Un pequeño apunte. Era un verdadero espectáculo verle comerse un plátano. Hasta yo tenía que apartar la vista. Ni la mejor actriz porno del planeta le pondría tanto empeño.
Y como llevan razón los foreros y parece que solo hablo de violadores y pederastas mañana os cuento algo sobre Tony King.