Insertcoin Sex
Novato de mierda
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- 18 Feb 2008
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Después del fiasco de experiencia en la agencia vive que he contado en su sitio, quise quitarme el mal sabor de boca putero que me traía de vuelta al sur y aposté por un valor que yo creía seguro por mi experiencia con ella de hará unos dos años: Anunciox - Particular
Hará unos dos años, sí, me encontré un pedazo de puretona, con dos tetas alucinantes, muy charlatana y muy pesada, requiriéndome constantemente para que le alabara esto y lo otro, pero muy cachonda también, amable a su manera y, ante todo, muy señora puta, toda una profesional del chingoteo.
Quería volver a verla y pensé que hoy era buen momento para ello. Pero ha sido la última vez. Me dice por teléfono que 80 por media hora, pero que bueno, que se quedan en 70. En fin, eso ya era regalarle 10, pero bueno, confiaba yo en que se los iba a ganar. Al llegar al piso me la encuentro desmejoradilla respecto de la última vez. Demasiados recauchutados (más que el seat toledo de Torrente). Para mi gusto lucía mejor la barriguita y el michelincillo. Ahora tiene ese aire artificial y feo que da el exceso de cirujía, y joder, que dan los años. Las fotos, a propósito, corresponden a su imagen de hace ya bastante tiempo. Ahora ya casi no son orientativas.
Pues sí, es que la estoy poniendo mal porque estoy cabreado. Al entrar en la habitación los 70 vuelven a ser 80. No me voy y cedo, tonto de mí, pidiéndole a cambio algo más de media hora y buena implicación. Por mucho que quiera ella no puede no ponder cierta dosis de implicación, porque es generosa con el cliente, y su oficio se le ve ya como una segunda naturaleza (¿segunda:53?). Pero me fastidió mucho que me metiera prisa. Tenía prisa por terminar y echarme de allí y eso no me ha gustado nada. La otra vez para nada fue así. En fin, ya sé que haberla visto dos veces en casi tres años no me da derecho a sentirme como cliente suyo y a exigirle en correspondencia, pero ya no hago más el tonto con ella. Así es que polvo placentero, por su saber hacer, pero rápido, con prisa.
Guapetona, hoy me has visto por última vez.
La más guapa y la más cachonda de Chamberí.
Hará unos dos años, sí, me encontré un pedazo de puretona, con dos tetas alucinantes, muy charlatana y muy pesada, requiriéndome constantemente para que le alabara esto y lo otro, pero muy cachonda también, amable a su manera y, ante todo, muy señora puta, toda una profesional del chingoteo.
Quería volver a verla y pensé que hoy era buen momento para ello. Pero ha sido la última vez. Me dice por teléfono que 80 por media hora, pero que bueno, que se quedan en 70. En fin, eso ya era regalarle 10, pero bueno, confiaba yo en que se los iba a ganar. Al llegar al piso me la encuentro desmejoradilla respecto de la última vez. Demasiados recauchutados (más que el seat toledo de Torrente). Para mi gusto lucía mejor la barriguita y el michelincillo. Ahora tiene ese aire artificial y feo que da el exceso de cirujía, y joder, que dan los años. Las fotos, a propósito, corresponden a su imagen de hace ya bastante tiempo. Ahora ya casi no son orientativas.
Pues sí, es que la estoy poniendo mal porque estoy cabreado. Al entrar en la habitación los 70 vuelven a ser 80. No me voy y cedo, tonto de mí, pidiéndole a cambio algo más de media hora y buena implicación. Por mucho que quiera ella no puede no ponder cierta dosis de implicación, porque es generosa con el cliente, y su oficio se le ve ya como una segunda naturaleza (¿segunda:53?). Pero me fastidió mucho que me metiera prisa. Tenía prisa por terminar y echarme de allí y eso no me ha gustado nada. La otra vez para nada fue así. En fin, ya sé que haberla visto dos veces en casi tres años no me da derecho a sentirme como cliente suyo y a exigirle en correspondencia, pero ya no hago más el tonto con ella. Así es que polvo placentero, por su saber hacer, pero rápido, con prisa.
Guapetona, hoy me has visto por última vez.
La más guapa y la más cachonda de Chamberí.
