chotoman
Asiduo
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- 20 Oct 2008
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Imaginaos la típica situación, que seguro que a muchos nos ha pasado alguna vez:
Un dia conoces a una tia. Manteneis la típica conversación chorra que se suele dar en la primera toma de contacto. Intercambiais teléfonos para quedar otro dia. Despedia con dos besos rápidos en la mejilla.
Siguiente encuentro: conversación ligeramente más normal aunque igualmente insulsa, tratando temas intrascendentes y, de vez en cuando, dejando caer alguna pregunta más personal para tratar de ir conociendo al otro. Despedida: dos besos en la mejilla, aunque más lentamente, pudiéndo acompañarse de un abrazo o ligera caricia en la mano.
Siguiente encuentro: ya se habla abiértamente de temas concernientes a los dos, con preguntas de todo tipo sobre profesión, hobbies, etc....... . Despedida: un inocente piquito.
Encuentros sucesivos: la fase inicial de tonteo y tanteo ha acabado. Cada uno va conociendo a grandes rasgos al otro, y el acercamiento es mayor. Pero he aqui que nosotros, como es nuestro deber, tratamos de coronar la etapa reina. Sin embargo, la doncella opone una resistencia sin igual, pudiendo alegar cosas como "yo no soy de esas", "no vayas tan rápido que lo estropeas", "sólo me quieres para eso", " quiero ir despacio porque me ha ido mal con los chicos con los que me acosté pronto"..... etc.
Llegados a este punto, qué camino tomais: el de la estoica y caballerosa paciencia propia del santo Job, confiando en que todo llegará más tarde o más temprano; o bien os dais media vuelta y no perdeis ni un segundo más con alguien a quien parece que el sexo le resulta repulsivo.
Un dia conoces a una tia. Manteneis la típica conversación chorra que se suele dar en la primera toma de contacto. Intercambiais teléfonos para quedar otro dia. Despedia con dos besos rápidos en la mejilla.
Siguiente encuentro: conversación ligeramente más normal aunque igualmente insulsa, tratando temas intrascendentes y, de vez en cuando, dejando caer alguna pregunta más personal para tratar de ir conociendo al otro. Despedida: dos besos en la mejilla, aunque más lentamente, pudiéndo acompañarse de un abrazo o ligera caricia en la mano.
Siguiente encuentro: ya se habla abiértamente de temas concernientes a los dos, con preguntas de todo tipo sobre profesión, hobbies, etc....... . Despedida: un inocente piquito.
Encuentros sucesivos: la fase inicial de tonteo y tanteo ha acabado. Cada uno va conociendo a grandes rasgos al otro, y el acercamiento es mayor. Pero he aqui que nosotros, como es nuestro deber, tratamos de coronar la etapa reina. Sin embargo, la doncella opone una resistencia sin igual, pudiendo alegar cosas como "yo no soy de esas", "no vayas tan rápido que lo estropeas", "sólo me quieres para eso", " quiero ir despacio porque me ha ido mal con los chicos con los que me acosté pronto"..... etc.
Llegados a este punto, qué camino tomais: el de la estoica y caballerosa paciencia propia del santo Job, confiando en que todo llegará más tarde o más temprano; o bien os dais media vuelta y no perdeis ni un segundo más con alguien a quien parece que el sexo le resulta repulsivo.