ElHombreQueViolaLulz
Franco Napiatto
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- 16 Dic 2003
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He recibido la visita de LoL. Me encontraba en la calle -sí, a veces salgo- paseando por la calle noteimporta yendo atomarporculo cuando de repente escucho una escandalera. Como no tengo otra cosa que hacer observo disimuladamente qué es lo que estaba pasando. La situación es fácil de imaginar: una madre regañando a su -supongo- hijo, el cual debía ronda los tres o cuatro años -con un margen de error de más menos cinco años-.El niño estaba histérico. Daba pataletas, lloraba y se tiraba al suelo seguramente porque su madre no le había comprado nada en la tienda de chucherías. La madre le obligaba a levantarse mientras le recriminaba que «se estaba portando muy mal» entre otras frases típicas de madre perroflauta y subnormal superada por los acontecimientos. A esto que el niño se levanta y exclama un claro y sonoro «¡puta!».
La madre se quedó atónita. Se quedó pensativa unos segundos sin saber que hacer. ¿Le pego una hostia?, ¿una patada en los huevos como a mi ex?, ¿lo denuncio por atentar contra mi honor?, ¿hago como si no hubiera pasado nada? Se debía preguntar. Al final optó por la última opción y siguió llevando al niño a rastras, mientras en la lejanía me pareció escuchar alguna que otra vez al niño volviéndola a llamar puta.
Debo de confesar que ante ese hecho casi se me salta una lágrima. Me dieron ganas de abrazar al nene y decirle que me había devuelto la esperanza. Un nuevo Carlomagno, un nuevo Gengis Kan que devolvería al hombre español contemporáneo el lugar que nunca debió perder. Minutos después me percaté de que LoL me había visitado y de que era un privilegiado.
AnecdoLoL.
La madre se quedó atónita. Se quedó pensativa unos segundos sin saber que hacer. ¿Le pego una hostia?, ¿una patada en los huevos como a mi ex?, ¿lo denuncio por atentar contra mi honor?, ¿hago como si no hubiera pasado nada? Se debía preguntar. Al final optó por la última opción y siguió llevando al niño a rastras, mientras en la lejanía me pareció escuchar alguna que otra vez al niño volviéndola a llamar puta.
Debo de confesar que ante ese hecho casi se me salta una lágrima. Me dieron ganas de abrazar al nene y decirle que me había devuelto la esperanza. Un nuevo Carlomagno, un nuevo Gengis Kan que devolvería al hombre español contemporáneo el lugar que nunca debió perder. Minutos después me percaté de que LoL me había visitado y de que era un privilegiado.
AnecdoLoL.