El árbol caído 2.0: forochat, quejas, noticias... aquí.

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Y luego dirán que es bueno salir de casa.

Nunca más.
 
Los tíos somos mucho más que entes dominadores, conquistadores y viriles. Somos sensibles, lógicos, justos. Lo que ocurre es que hay un vacío de poder y tenemos que suplirlo para que la cosa vaya bien.

¿Nunca os ha ocurrido que frente a una situación límite compartida con otra gente os ha tenido que tocar asumir el rol de líder cabal y lógico? Que como todos los demás se encuentran anulados por el miedo o la angustia, habéis tenido que hacer sangre fría y dominar la situación por todos. Aunque tú también estés acojonado. Porque es necesario, porque alguien tiene que hacerlo.

Pues ese vacío de poder, de dominación necesaria es la que tenemos que suplir con ellas, porque tenemos que llevar el rumbo. Lo que ocurre es que ellas, tan confusas, no entienden si su papel tiene que ser el de secuestradas o secuestradoras, y si uno no tiene las cosas claras corre el riesgo de contagiarse de esa confusión. Y la experiencia nos dice que cuando se les hace demasiado caso nos llevan a lugares que no queremos ir, así que tenemos que marcar nuestro rol de forma contundente, sin concesiones. Aunque no sea justo, aunque seamos más que eso. Porque es necesario, porque alguien tiene que hacerlo.

La relaciones de igual a igual nunca funcionaron, ni fueron satisfactorias para ninguno de los dos.

Espiad su intuición, que acierta más que su inteligencia. Inconscientemente, ya en el mismo cortejo, buscan la dominación. Alguien que desde el principio tenga cualidades de líder, de mando y autoridad. Que no se doblegue por su propia confusión (aquí su intuición juega en contra de su propio intelecto) e introduzca algo de rumbo en su vida. Su intelecto, o más bien las tonterías que les han contado sus amigas y la tv les dice que quieren un igual a ellas, un compañero, un pelele anulado; su intuición les pide un hombre.

La simbiosis hombre mujer entendida de este modo, puede llegar a ser algo muy bello por momentos. Todo lo demás sólo lleva a frustración y angustia para ambos.
 
No sé. De camino de vuelta de la facultad vi un montón de chicas y todas me parecían débiles, vulnerables. Y que a todas ellas les vendría muy bien un hombre sabio como yo que sabe lo que necesita cada una.

Igual cristalizó en ese trayecto esta cita que leí anoche:

-Se convierte en sabio quien comprende el caos como máscara del cosmos.
 
Sir Ano de Bergerac rebuznó:
Se convierte en sabio quien comprende el caos como máscara del cosmos.

Sí, pero convence a un sabio de que se ha equivocado y se volverá aún más sabio. Rectifica a un necio y te ganarás a un enemigo de por vida.
 
Black Adder rebuznó:
Sí, pero convence a un sabio de que se ha equivocado y se volverá aún más sabio. Rectifica a un necio y te ganarás a un enemigo de por vida.

Sí, pero el sabio puede cambiar de opinión. El necio, nunca.
 
Black Adder rebuznó:
Claro. Porque el conocimiento habla, pero la sabiduría escucha.

Claro, pero eso es porque el conocimiento viene, la sabiduría se queda.
 
Sir Ano de Bergerac rebuznó:
Los tíos somos mucho más que entes dominadores, conquistadores y viriles. Somos sensibles, lógicos, justos. Lo que ocurre es que hay un vacío de poder y tenemos que suplirlo para que la cosa vaya bien.

¿Nunca os ha ocurrido que frente a una situación límite compartida con otra gente os ha tenido que tocar asumir el rol de líder cabal y lógico? Que como todos los demás se encuentran anulados por el miedo o la angustia, habéis tenido que hacer sangre fría y dominar la situación por todos. Aunque tú también estés acojonado. Porque es necesario, porque alguien tiene que hacerlo.

Pues ese vacío de poder, de dominación necesaria es la que tenemos que suplir con ellas, porque tenemos que llevar el rumbo. Lo que ocurre es que ellas, tan confusas, no entienden si su papel tiene que ser el de secuestradas o secuestradoras, y si uno no tiene las cosas claras corre el riesgo de contagiarse de esa confusión. Y la experiencia nos dice que cuando se les hace demasiado caso nos llevan a lugares que no queremos ir, así que tenemos que marcar nuestro rol de forma contundente, sin concesiones. Aunque no sea justo, aunque seamos más que eso. Porque es necesario, porque alguien tiene que hacerlo.

La relaciones de igual a igual nunca funcionaron, ni fueron satisfactorias para ninguno de los dos.

Espiad su intuición, que acierta más que su inteligencia. Inconscientemente, ya en el mismo cortejo, buscan la dominación. Alguien que desde el principio tenga cualidades de líder, de mando y autoridad. Que no se doblegue por su propia confusión (aquí su intuición juega en contra de su propio intelecto) e introduzca algo de rumbo en su vida. Su intelecto, o más bien las tonterías que les han contado sus amigas y la tv les dice que quieren un igual a ellas, un compañero, un pelele anulado; su intuición les pide un hombre.

La simbiosis hombre mujer entendida de este modo, puede llegar a ser algo muy bello por momentos. Todo lo demás sólo lleva a frustración y angustia para ambos.

Buena reflexión.

El problema es que no se puede ser un líder y ser sensible y justo al mismo tiempo. Al menos no según el sentido de la justicia que nos han inculcado a las últimas generaciones. Una justicia por la que todos y todas merecemos el mismo trato y la misma trata.

Curiosamente yo he tenido en los últimos días algún dolor de cabeza por este tema. En el tema de pareja solemos proyectarlo en las mujeres, pero en el trabajo pasa algo muy similar y también hay hombres que buscan ser dominados. Son, tanto unos como otras, gente que adopta la pasividad como estrategia, dejar que los demás sean quienes arriesguen y quienes ordenen. Gente que necesita el chasquido ultrasónico del látigo firmándoles el lomo para echar a andar, incluso en la dirección que dicen querer seguir.

Y a una persona que se considere justa y sensible pero que haya sido adoctrinada en un sentido de la justicia basado en derechos naturales y no en méritos, esto le causa un conflicto gordo. Hay momentos en la vida en los que las distancias son apreciables y quien toma, por elección o por obligación, la posición de líder, ha de asumir que está solo. Más que lejos, está en otro plano. Y entonces se entiende la postura cómoda de los siervos y los esclavos, se entiende que esperen aunque sea a base de palos, porque tomar decisiones, errar y volver a empezar puede ser un ciclo agotador.

Es el camino que más recompensas depara, pero también el que más desgasta. Porque es un camino solitario y donde se hace casi imposible encontrar la comprensión, pues para que el orden se mantenga, siempre habrá centenas de soldados por cada coronel. Y por muy apreciado que pueda llegar a ser un coronel, nunca podrá llamar camaradas a sus subordinados.
 
¿Qué te hace pensar que necesitan a un hombre? Lo necesitarían para funcionar sin encallarse cada dos putos minutos porque hay que tener claro hacia dónde se va y su capacidad de orientación es nula, pero ¿qué te hace pensar que te necesitan precisamente a ti? Pues el sentimiento natural de querer protejerlas que te despiertan, igual que si estás en un glaciar perdido tu instinto te llevará a beber nieve fundida en contra de lo sensato, acercándote un paso más hacia las puertas de la muerte. Recela de las que van de mosquitas muertas y pregúntate de qué hostias puede querer que la protejan una mujer bonita hoy en día, los seres más INTOCABLES y sobreprotegidos creados jamás por la civilización más endeble conocida.
 
iskariote rebuznó:
Buena reflexión.

El problema es que no se puede ser un líder y ser sensible y justo al mismo tiempo. Al menos no según el sentido de la justicia que nos han inculcado a las últimas generaciones. Una justicia por la que todos y todas merecemos el mismo trato y la misma trata.

Curiosamente yo he tenido en los últimos días algún dolor de cabeza por este tema. En el tema de pareja solemos proyectarlo en las mujeres, pero en el trabajo pasa algo muy similar y también hay hombres que buscan ser dominados. Son, tanto unos como otras, gente que adopta la pasividad como estrategia, dejar que los demás sean quienes arriesguen y quienes ordenen. Gente que necesita el chasquido ultrasónico del látigo firmándoles el lomo para echar a andar, incluso en la dirección que dicen querer seguir.

Y a una persona que se considere justa y sensible pero que haya sido adoctrinada en un sentido de la justicia basado en derechos naturales y no en méritos, esto le causa un conflicto gordo. Hay momentos en la vida en los que las distancias son apreciables y quien toma, por elección o por obligación, la posición de líder, ha de asumir que está solo. Más que lejos, está en otro plano. Y entonces se entiende la postura cómoda de los siervos y los esclavos, se entiende que esperen aunque sea a base de palos, porque tomar decisiones, errar y volver a empezar puede ser un ciclo agotador.

Es el camino que más recompensas depara, pero también el que más desgasta. Porque es un camino solitario y donde se hace casi imposible encontrar la comprensión, pues para que el orden se mantenga, siempre habrá centenas de soldados por cada coronel. Y por muy apreciado que pueda llegar a ser un coronel, nunca podrá llamar camaradas a sus subordinados.

No creo que mi estado natural sea el de llevar las riendas, pero sí las circunstancias me han empujado a ello continuamente por sentirme el más capacitado para hacer que las cosas funcionen. Eso implica que muchas veces uno ha de enterrar partes de su persona para que el rol de mando funcione como debe. El error está en olvidarte que eres algo más que ese papel que has tomado.

A mí la gente que ha ido de íntegra por el mundo siempre me ha parecido hipócrita. Uno ha de adaptarse y asumir papeles, así como asumes que esos papeles no son tu YO, ni te anulan, simplemente sirven como herramientas de trabajo. Claro, que ni entienden esto ni aquellos que van de honestos (o más bien disfrazan de honestidad narcisismo y orgullo intransigente), ni los que asumen roles, pero estos roles acaban fagotizándolos.

Black Adder rebuznó:
¿Qué te hace pensar que necesitan a un hombre? Lo necesitarían para funcionar sin encallarse cada dos putos minutos porque hay que tener claro hacia dónde se va y su capacidad de orientación es nula, pero ¿qué te hace pensar que te necesitan precisamente a ti? Pues el sentimiento natural de querer protejerlas que te despiertan, igual que si estás en un glaciar perdido tu instinto te llevará a beber nieve fundida en contra de lo sensato, acercándote un paso más hacia las puertas de la muerte. Recela de las que van de mosquitas muertas y pregúntate de qué hostias puede querer que la protejan una mujer bonita hoy en día, los seres más INTOCABLES y sobreprotegidos creados jamás por la civilización más endeble conocida.


Pero las chicas así suelen ser precisamente las que están más carentes de eso que digo. Que se sientan intocables socialmente no quiere decir que en el fondo sean la cosa más vulnerable y confundida que exista. Necesitan comprensión en ese sentido, de verdad lo siento así. Odiarlas es odiar al mundo. Es lícito, pero es más satisfactorio comprenderlo y disfrutarlo sin doblegarse ante sus monstruos.
 
Sir Ano de Bergerac rebuznó:
No creo que mi estado natural sea el de llevar las riendas, pero sí las circunstancias me han empujado a ello continuamente por sentirme el más capacitado para hacer que las cosas funcionen. Eso implica que muchas veces uno ha de enterrar partes de su persona para que el rol de mando funcione como debe. El error está en olvidarte que eres algo más que ese papel que has tomado.

A mí la gente que ha ido de íntegra por el mundo siempre me ha parecido hipócrita. Uno ha de adaptarse y asumir papeles, así como asumes que esos papeles no son tu YO, ni te anulan, simplemente sirven como herramientas de trabajo. Claro, que ni entienden esto ni aquellos que van de honestos (o más bien disfrazan de honestidad narcisismo y orgullo intransigente), ni los que asumen roles, pero estos roles acaban fagotizándolos.

Es difícil que no te fagocite un rol, especialmente si te da de comer o si alimenta partes fundamentales de tu ego. No digo que no tengas razón, digo que como la tienes es importante pararse a meditar a menudo y darse cuenta de que uno es mucho más que lo que vende que es y lo que le han vendido que es.

No obstante, de todos los roles que puede asumir un hombre, el de líder, por hijoputesco que sea, es el que más alegrías le va a traer. Especialmente porque en el rol de liderados están casi todos los demás y si uno es lo bastante contundente, la gente acaba por aceptar su superioridad aunque esta sea inexistente a priori.

Personalmente, aspiro a no ser líder toda mi vida, o serlo de una manera que me permita ejercer de espectador, con unas palomitas, ver cómo el mundo arde como consecuencia de mi obra. Siempre me he considerado más instigador que líder, pero permanecer en la sombra hace que tus méritos también estén en la sombra y por desgracia (o no) he llegado a comprobar que la imagen que tienen los demás de ti es lo que en realidad ERES. De puertas para dentro puedes creer ser lo que quieras, pero ningún hombre es una isla y cómo se comportan los demás contigo es cómo te va en una vida en sociedad que no puedes evitar aunque quieras.
 
iskariote rebuznó:
Es difícil que no te fagotice un rol, especialmente si te da de comer o si alimenta partes fundamentales de tu ego. No digo que no tengas razón, digo que como la tienes es importante pararse a meditar a menudo y darse cuenta de que uno es mucho más que lo que vende que es y lo que le han vendido que es.

No obstante, de todos los roles que puede asumir un hombre, el de líder, por hijoputesco que sea, es el que más alegrías le va a traer. Especialmente porque en el rol de liderados están casi todos los demás y si uno es lo bastante contundente, la gente acaba por aceptar su superioridad aunque esta sea inexistente a priori.


Ciertísimo eso que dices, es un peso duro el de llevar con tino cualquier rol. No dudes que cada dos pasos, hay que pararse a reflexionar, relativizar todas tus acciones e incluso tomar distancia de ti mismo. Pero yo creo que es el ideal ¿no?

A mi el mundo me obliga o acaso me llama a tomar partido en cosas, como por ejemplo estar defendiendo en un foro de internet un debate que ni yo mismo me creo. Como quiero ser parte activa, debo actuar bajo una apariencia determinada: ésta es la que más puede adecuarse, en la que mejor se desenvuelve mi yo sediento de participación. Bajo estas apariencias, mi yo íntimo, sigue siendo sensible, flexible, abierto a cambios y rupturas con todo lo pactado, dispuesto y preparado en todo momento a romper los barrotes de cualquier cárcel en forma de dogma o callejón sin salida que se eleve a su alrededor.

Los momentos de avance en toda persona, civilización o grupo, vienen en forma de estas rupturas, nunca en momentos de concentración. La concentración es lo que precede la ruptura, y esta la que propicia el cambio. A veces las cosas se establecen en la concentración para siempre y se degradan, se corrompen y degeneran. La ruptura continua es inestablidad y no nos lleva a ninguna parte. Sólo siguiendo el ciclo de manera adecuada, y cuando surge espontáneamente y por necesidad, las cosas progresan, o al menos van encontrando salidas y sortean a la muerte.
 
Una tía que me chifla y que como ya conté tiene maromo- cosa que me jode claro - me coge hoy por banda:


- Oye Gregory, me estás evitando.

- Eh?

- Que creo que me estás evitando, algo te pasa.

- No sé de dónde sacas eso...

- Te noto raro, de hecho llevo como una semana o más que no sé nada de ti. Ahora mismo estás raro.

- Nooo es que... tengo muchas cosas en la cabeza ya sabes.

- Ya - no muy convencida mira el móvil - bueno pues hablamos ¿vale? No te pierdas. Y no te rayes con las cosas hombre, tú verás qué bien salen tus exámenes.

- Eso espero.


Ese ha sido el anecdotón.


Sí, la estoy evitando, en la medida que puedo.
 
Pues díselo, coño, le dices, mira tía, yo soy como Julián Contreras, a mí no me van con novio, puta chalada, que estoy parado y me van a romper las putas piernas por tu culpa. Págame un trío con una putilla y te contesto lo wasaps
 
De qué son los exámenes? Yo hace unos 5 años que terminé la universidac, si me dicen de ponerme a estudiar algo ahora y la tensión esa de hacer exámenes me da algo.
 
Asignaturas de mierda de la carrera de filología. También quiero presentarme al examen oficial de ruso pero no las tengo todas conmigo.
 
Sir Ano de Bergerac rebuznó:
asumes que esos papeles no son tu YO

No entiendo esto. ¿Te estableces en un punto ajeno a ti mismo, presumes que eres capaz de abarcarte, te observas y escoges las partes que más te gustan para construir un YO ideal? Parece una excusa para negar que realmente eres todo aquello de lo que eres consciente más lo que muestras y no ves. Nadie puede asumir un papel que no forme previamente parte de sí. Eres la suma de todos esos papeles, otra cosa es lo que te apetezca ser y las circunstancias te obliguen a ser, que en ningún caso podrán forzarte a ser algo que no eres, aunque no te apetezca serlo.
 
Nueces rebuznó:
No entiendo esto. ¿Te estableces en un punto ajeno a ti mismo, presumes que eres capaz de abarcarte, te observas y escoges las partes que más te gustan para construir un YO ideal? Parece una excusa para negar que realmente eres todo aquello de lo que eres consciente más lo que muestras y no ves. Nadie puede asumir un papel que no forme previamente parte de sí. Eres la suma de todos esos papeles, otra cosa es lo que te apetezca ser y las circunstancias te obliguen a ser, que en ningún caso podrán forzarte a ser algo que no eres, aunque no te apetezca serlo.


Claro que forma parte de ti, pero no te abarca.
 
¿Qué tal, amigos?


sms_3.jpg
 
resquemor rebuznó:
eres soporífero

Sí, soy soporífero y muchas cosas más. En cambio tú solo eres resquemor.

Sir Ano de Bergerac rebuznó:
Claro que forma parte de ti, pero no te abarca.

Ningún papel te abarca, ni existe un YO al margen de esos papeles. No puedes asumir que esos papeles no son tu YO. Por ejemplo, yo soy honesto (no voy de), se manifiesta en mis acciones, pero también soy un hijo de la grandísima puta capaz de aplicar el principio de "si tú cabrón, yo cabrón y medio". Es solo que me apetece más el primer papel e intento no manifestar el segundo incluso aunque las circunstancias obliguen. Uno es la suma de todas sus facetas, algunas las puedes someter a voluntad y otras no.
 
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