En general, ya sabemos como está la sociedad: natalidad baja, llena de hijos únicos o como mucho dos hermanos, divorcios por doquier, el nuevo novio de la madre, el hijo del novio de la madre, las tres parejas sucesivas de la madre, el padre viviendo como puede, etc. Pues a esos niños, se les ha educado con una serie de planes y proyectos, como coeducación (igualdad), espacio de paz, día de la mujer maltratada, charlas sobre el amor romántico (esa dio para lol), día de la mujer en general y muchos contenidos de ese tipo que llenan las horas de tutoría. En teoría deberían estar programados en unos valores que a nosotros nos parecen no ya progres, sino feministas.
Estás en un aula, con el grupo del nivel que te toque en ese momento (al ser funcionario tienes que evitar cualquier tipo de discriminación, porque es tu obligación, eso debe quedar claro), pues bien, te encuentras con que al moro le pegan si pueden, le llaman moro; al rumano, lo mismo (siempre que sean betas). Las niñas no se escandalizan en absoluto de actitudes que nosotros consideraríamos machistas; este año, por ejemplo, en un fragmento donde se decía que la mujer no debía ser independiente, ninguna se sorprendió, ni dijo nada. Otros años, en redacciones, me han escrito, literalmente: "los gitanos no son malos, pero no conviene juntarse con ellos".
Su actitud no es nada progre, ni entre ellos ni hacia el mundo en general. Ven la violencia como una solución a muchos problemas, en lugar del diálogo. Además, su lenguaje suele ser agresivo, al igual que su actitud. Cuando muestras autoridad, no solo te respetan, sino que te toman como una referencia; sobre todo cuando hablas con ellos a solas, porque son capaces de seguir tus consejos. Se les nota la falta de orden en su vida y lo buscan, lo quieren, lo desean. No les apetece ver frases tolerantes sin sentido para ellos, ni parejas sucesivas, ni familias abiertas. Este año estamos leyendo a Cernuda y la mayoría, interpreta sus poemas como si los dedicara a una mujer, a pesar de que se les ha explicado ya mil veces su condición homosexual. No usan un lenguaje políticamente correcto; directamente le dicen maricón.
He tenido que asistir hará dos o tres años, a un juicio, en menores, porque acosaban a un niño homosexual. También ocurre este acoso con las niñas que se declaran abiertamente lesbianas. En resumen, están cansados del mundo moderno y su postureo; les gusta la mano dura y las cosas como las vivíamos nosotros.
Lo del belén de Barcelona, lo hago yo por menos de 500 euros.