Inmersiones tipo (2)
Buceo nocturno.
Haciendo una muy larga rememoración, puedo verme en mi infancia, caminando con mi hermano por el espigón de un muelle lucense de madrugada. Recuerdo la sensación de terror, que no me impedía acercarme al borde e incluso asomar la puntera de los zapatos, que me acometía al mirar el agua negra, aceitosa, impenetrable, y pensar que sucedería si me cayese, si acabase dando boqueadas debajo del casco de un pesquero amarrado al noray más cercano. No podía concebir un horror peor que ése.
Muchos años después, como un Aureliano Buendía con neopreno, recordaba esas sensaciones mientras estaba al borde de un muelle muy similar y un agua idéntica, asomando la punta de las aletas en el vacío, equipado con mi botella a la espalda, linterna en mano y listo para saltar. Donde antes había miedo pánico, ahora disfrute y adrenalina. Mientras enfocaba desde abajo el casco de los barcos, descubrí que lo mejor para vencer un miedo es someterte al hecho que lo provoca. Porque no hay nada como una buena inmersión nocturna. Tenemos que vencer más miedos, estamos aun más indefensos que de día, pero lo que nos ofrece el mar es casi imposible de definir.
Para empezar,no solo vamos a ver bichos muy diferentes que no asomarán mientras el sol no se ponga:
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Sino que además, muchos animales que durante el día están bastante inertes, ahora los vamos a ver moviéndose en rápida y convulsa actitud de cazadores, como los atunes, los tiburones y los peces león:
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En ocasiones, un enorme y fugaz fantasma puede llegar a rozarnos con su sábana:
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Por el contrario, algunos seres que de día no permiten mucha aproximación, cuando cae la noche pueden dejar que el haz de nuestra linterna les llegue casi al fondo de la retina:
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Podría seguir hasta el infinito: las fosforescencias de algunos gusanos flotantes, la oscuridad absoluta cuando apagas la linterna y solo oyes tu respiración en la negrura, el descenso en la nada guiado por el haz de luz de tu mano hasta que aparece el fondo, todos los extraños animales que se entierran, nadan o se arrastran. Siempre me quedaría corto. A veces no es la mejor foto la que ilustra todo el misterio, riesgo y aventura de la noche submarina, sino la que sugiere más que muestra:
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