El odio confunde más el juicio que el amor. Los afectos, por muy perseverantes y enfermizos que sean, exigen una mínima reciprocidad, sin embargo el odio, se genera por si mismo, se convierte en la propia espuela de su acción, se retroalimenta sin necesidad de factores exógenos que lo justifiquen. Se odia por odiar y cuanto más se insisten en este sentimiento más se fija ajeno ya al origen que lo causó. El amor es más volatil y más justo, comprende la variabilidad de su naturaleza y necesita confirmarse continuamente.
Lo de la conversación es ya la última etapa previa a la locura. Creer en algo asi es estar dispuesto a todo por mantener una fobia que ha ascendido de la simple antipatía o del enfrentamiento hasta lo patológico. Como estoy convencido de que algo asi, no es mentira, sino que es imposible, prometo no volver a postear en este hilo si alguien me demuestra que esa conversación existió y que Raul fue quien conspiró para que esto fuera asi.
Por lo demás, el partido del capitán, estuvo una vez más, por enicma de la media del equipo. En vista del atasco de la gente arriba bajó al centro del campo a buscar el balón moviéndose entre línea, tirando paredes y ofreciendo alternativas de pase dentro de un juego que mantiene la mediocridad que llevamos sufriendo en los últimos años.