No es la primera vez que desde la Premier llaman a su puerta. Si algo caracteriza a los británicos, además de su secular piratería y odio a la pureza católica de nuestra Santa España (..espada de herejes, martillo de Roma,..) es su pragmatismo. Son seres fríos y mecánicos, que valoran las tradicción y los resultados. Raul, de esta forma y de acuerdo a estos valores, es el hombre que necesitan. Salvando su última temporada, la peor con diferencia de su carrera, sus números son irreprochables, su entrega ejemplar y su compromiso ejemplo para las generaciones futuras, cuando el brutal liberalismo que nos acecha haya cercenado cualquier atisbo de fidelidad.
Se mueve mejor que nadie el área y sus últimos partidos estuvieron cuajados de esperanzadores destellos de recuperación. Aún le quedan un par de temporadas para cumplir como hombre de banquillo que puede dar alternativas más que interesantes en el ataque. La única pega que le veo a todo este asunto es si mis ojos resistirán verle vestido con otra camiseta y con otro número. Aquí, por primera vez, lo mejor para el Madrid y lo mejor para Raul, toman caminos separados, se distancian y no convergen como había sido habitual. Comprendo que se merece un par de temporadas más de gloria pero me preocupa que el Imperio Blanco no sea capaz de ofrecérselas.