“Ellos son el mejor equipo contra quien jamás jugué. Ese maravilloso equipo húngaro. Ah... !! Puskas, Hidegkuti y aquellos otros jugadores fantásticos. Ellos siempre serán los mejores”.
Sir. Stanley Matthews.
“Continúo creyendo que ellos fueron la mejor selección contra la cual jugué, un equipo maravilloso de asistir, con una táctica que yo nunca vi antes. Éramos como caballos que llevan carretas jugando contra caballos de carrera y cuando se piensa que teníamos grandes jugadores como Stanley Matthews, Stan Mortensen y otros en ese juego..., nosotros fuimos simplemente destrozados. Inglaterra fue hechizada, sí, confundida y desnorteada por un equipo de futbolistas brujos que a veces parecían leer el pensamiento de los otros. Fue una cosa parecida a telepatía en un campo de fútbol y dudo mucho que algo así suceda de nuevo mientras yo viva. Seis o siete de ellos merecen figurar entre los mejores del mundo de todos los tiempos, aunque su brillantez individual siempre se sometiese al bien general del equipo. Siento mucho por Syd Owen, intentando valientemente robar la pelota del ataque furioso de los fantásticos Puskas, Kocsis y Hidegkuti. Fue una experiencia terrible”.
Tom Finney, antiguo internacional inglés.
"Ellos eran tan superiores que no conseguíamos comprenderlos. Eran muy buenos, no solo en ataque sino también en la defensa. Todos tenían gran habilidad individual y talento. Fue como jugar con gente de otro planeta”.
Syd Owen, antiguo defensa inglés.
"Cuando los húngaros hicieron 3 goles en 4 minutos y llegaron al 6 a 0 a la mitad del segundo tiempo, francamente yo me pregunte cuan gigantesca seria la catástrofe que se abatiría sobre nosotros. Nuestra defensa, derrotada por la velocidad de los atacantes húngaros en conjunto con la brillante precisión de sus pases, quedó impotente para poder hacer cualquier cosa”
Gil Merrick, antiguo portero inglés.
“Ellos [los ingleses] se encontraban extraños, en un mundo extraño. Un mundo de revoloteantes espíritus de fuego. Pues era así que parecían los húngaros a medida que se movían en su ritmo devastador, con extrema habilidad y poderosos remates, en sus camisas color cereza. Hablabáse sobre un nuevo concepto de fútbol desarrollado por los europeos continentales y por los sudamericanos. Pero la principal crítica contra ese estilo fue siempre su falta de energía final cerca del gol. Se pensó también a veces, que tal vez la perfección del fútbol sería encontrada en algún punto entre el fútbol fuerza de los británicos y esta otra táctica de infiltración, mas sutil y penetrante. Ayer, los húngaros, con un perfecto trabajo de equipo, demostraron la perfección de ese equilibrio”.
Jeffrey Green, periodista del London Times.
“Pero todavía estaban por surgir aquellos que superarían a todos, el equipo que en términos de romance, intensidad de propósito, ritmo de movimiento, belleza de jugada, de fuego, furia, elegancia y personalidad efervescente, tal vez fuese el mayor equipo de fútbol que ya existió, los hombres del Danubio... y por encima de todo, el imán de Puskas, la vibración, la personalidad vibrante de Puskas con la posesión de la pelota, la arrogancia de su remate, la superioridad del estilo de su juego”
Bob Ferrier, Soccer Partnership, 1960.