TÉCNICAS PARA FABRICAR JABÓN
FIRULILLOS
Son los veteados y dibujos ondulantes que tienen algunos jabones artesanales para darle un mayor atractivo.
Lo básico es, cuando el jabón tiene una traza suave, separarlo en distintos recipientes y agregar un color a cada uno de ellos.
Luego ir vertiéndolo en el molde, unos encima de otros de forma más o menos aleatoria.
Finalmente, remover con suavidad usando algún palito o instrumento que los mezcle un poco, pero con cuidado de que no acabe siendo todo una mezcla homogénea del mismo color, a no ser que queramos un veteado muy difuminado.
Es aconsejable usar también en uno de los recipientes, en lugar de un color, dióxido de titanio (la base blanca para colorear), y agregarlo, lo que ayuda al veteado.
Hay distintas técnicas según el firulillo que queramos crear, o si queremos jabones bicolor, o con alguna forma determinada, pongo enlaces a tres vídeos de youtube, empezando por el más básico y terminando por una obra muy elaborada.
EL CÁLCULO DE RECETAS
Un jabón artesanal es algo completamente personalizable, pero precisamente porque podemos usar gran cantidad de aceites, grasas y otros elementos, debemos hacer un cálculo matemático básico para saber qué cantidad de sosa necesitará, qué nivel de yodo tendrá (a más nivel de yodo, más posibilidades de que se estropee el jabón), cómo será de blando o duro, etc.
Se usan una serie de indicadores para elaborar una receta de jabón: El INS, el SAP, el IY, etc. Y estos indicadores nos ayudarán para hacer una receta equilibrada que nos produzca un buen jabón.
INS: IY - SAP (cuanto más bajo el INS, más blando y propenso a estropearse, cuanto más alto, más duro y más limpiador. El equilibrio ronda entre 130 y 160)
SAP: Índice de saponificación.
IY: Índice de yodo. (tiene que ser lo más bajo posible, de ahí que haya que vigilar los aceites que tengan un alto índice de IY)
Existen páginas que nos muestran cómo hacer los cálculos manualmente, pero hoy día se utilizan las calculadoras para jabones, que no son más que una hoja de cálculo con una base de datos sobre jabones, lo que nos facilita enormemente la tarea.
Si alguien está interesado en saber exactamente el proceso de cálculo, puede consultarlo en internet sin ninguna dificultad: "cálculo manual para fabricar jabones".
LA FORMULACIÓN DE FRAGANCIAS
El aroma no es sólo algo que hace que un jabón huela bien.
Está demostrado que el sentido del olfato es el que más puede hacernos acceder a recuerdos y experiencias, así como en menor medida provocarnos emociones.
Así pues, elaborar un buen jabón con un aroma específico, puede ser toda una experiencia para el que lo usa.
Teoría básica:
- Cada esencia tiene diferentes comportamientos.
- Basándonos en el tiempo de evaporación, se pueden distinguir entre notas altas, medias y bajas
- Las notas altas volatilizan más rápido y duran menos, y viceversa).
- Las notas altas son más ácidas y más frescas, las bajasn más dulces, pastosas e incluso fétidas.
- Las notas interactúan entre ellas, y fabricar una fragancia, salvando las distancias, puede parecerse a componer música.
- Algunas son armónicas, otras disonantes, algunas se potencias y otras se anulan.
- Algunos olores pueden ser inestables y variar con el tiempo.
- Las notas altas se perciben primero, luego las medias y finalmente las bajas que son las más duraderas.
- Para oler una mezcla, debe ser desde cierta distancia y venteándola con la mano, o no saturará y no podremos distinguir nada.
- La prueba puede hacerse impregnando un algodón con la mezcla (contando las gotas de cada ingrediente) y meterlo en una bolsa, luego la abrimos y la olemos. Si hemos acertado, sólo hay que convertir las gotas en gramos y tener las proporciones justas para fabricar la cantidad que queramos.
- Raramente, se puede usar un fijador, natural o artificial, para estabilizaar lasas fragancias.
Ejemplo de fragancia elemental: de rosa.
- Aceite esencial de Geranio 20 g
- Aceite esencial de Espliego 10 g
- Aceite esencial de Patchuli 1 g
(se puede usar como fijador 5 g de tintura de almizcle)
EL PH (MEDICIONES)
Para saber si el jabón está ya apto para el consumo, hay que medir su pH.
La sosa neutraliza los ácidos grasos y existe un equilibrio entre ácidos y bases, es decir, un estado neutro.
Pero el jabón, al disociarse una parte con el agua, produce un efecto cáustico leve, por lo que un jabón natural debe darnos un pH básico.
El picor es indicativo de que o bien el jabón aun no está listo para ser usado, o de que no nos ha salido bien.
Hay medidores de pH a la venta.
También se puede hacer echando un trocito de jabón en alcohol de farmacia y echándole unas gotas de solución de fenoltaleina. Si no se pone rosa, es que el jabón es neutro.
Por último, podemos pasarnos el jabón por la lengua y si pica en plan "pinchazo o corriente eléctrica", es que no está listo o no es bueno.
La solución de fenoltaleina se hace diluyendo un 0,1 % de esta sustancia en alcolhol de 96º
LA PREPARACIÓN DEL SEBO
Blancura, dureza, cremosidad, consistencia de la espuma...
Todas ellas cualidades que el sebo aportará a nuestro jabón.
Mezclado con aceite de oliva y un poco de aceite de coco da un jabón superior. Mezclado con una alta proporción de aceite de coco, nos da una base para un jabón de afeitado estupenda.
Si tenemos forma de conseguirlo natural, bien porque nuestro carnicero nos lo guarde, bien porque tengamos amigos, familiares o conocidos que hagan matanza, podemos prepararlo nosotros mismos.
Cuanto más fresco y puro, menos olor tendrá.
- Se pone a cocer en una olla con igual peso de agua que de sebo, y un 3 % de sal, y se cuece para que se vayan rompiendo los tejidos celulares y soltando así su contenido.
- Cuando se oscurecen los restos y se van reduciendo, quedarán flotando en una mezcla blanquecina.
- Este proceso debe durar menos de una hora. Y una vez finalizado y aun caliente, se coloca en otro recipiente con una tela encima.
- Se puede hacer sin agua y da más rendimiento, pero es más fácil que se nos queme la grasa y sería un sebo mucho más oscuro y de más olor.
- Cuando el sebo enfríe, mejor si es en la nevera, quedará flotando sobre el agua y solidificado, lo cual nos permitirá recogerlo de forma fácil.
- Lo depuramos usando una lejía suave (agua y sosa pero suave: para un kilo, será medio de agua y de 3 5 g de sosa cáustica)
- Se cuece brevemente y se va eliminando la espuma gris que esté en la supericie, hasta que no aparezca más.
- Se deja enfriar, esta vez a temperatura ambiente para que las impurezas bajen.
- Se extrae el sebo igual que la primera vez, separándolo del agua.
- Si se quiere una pureza máxima sin ningún aroma, se vuelve a cocer con un 2% de sal y un 1% de piedra de alumbre para quitar todo el olor, y volvemos a separarlo una vez enfriado.
- Con el sebo blanqueado y desodorizado, lo calentamos para eliminar todos los restos de agua que contenga, cosa que hará cuando supere los 100 ºC. Si suelta algo de espuma, retirarla.
Así, tendremos al fin el sebo de primera categoría para jabones de alta calidad.
Próximo post: Las herramientas necesarias.