EL MANTENIMIENTO DE LA NAVAJA DE AFEITAR
El mantenimiento de una navaja de afeitar, aparte de la limpieza y de la conservación, de la que hablaremos más adelante, consta de
tres partes o fases:
Fase uno: El afilado con piedra.
Las navajas, dependiendo del tipo de fabricante, no están normalmente preparadas para el afeitado cuando salen de fábrica. Lo que se conoce como "shave ready" o "lista para afeitar".
Algunas sólo necesitan suavizar el filo con el cuero, pero la mayoría necesitan ser afiladas, sacando "el primer filo", y que muchas veces lleva parejo el biselado de la navaja.
Afilar una navaja consiste, literalmente, en eliminar el metal del filo hasta conseguir un espesor tan fino que permita el corte de un pelo sin presionar sobre él, sólo con el contacto.
Cada vez que se afila una navaja, se elimina metal, se quitan las pequeñas mellas, los microserrados, o directamente se saca filo de donde no lo hay eliminando el metal que nos sobra.
Sin embargo, la cantidad de metal eliminado en cada afilado es despreciable en la mayoría de casos (excepto en el biselado), con lo que una navaja puede afilarse miles de veces y seguir estando plénamente utilizable.
En muchas ocasiones, el afilado se limita a quitar las pequeñas imperfecciones que el filo ha ido acumulando desde el último afilado.
Dependiendo del grado de afilado anterior de la navaja, necesitará un afilado más agresivo o más suave, para ir pasando a ese micro afilado que precede al asentado.
La agresividad del afilado la da el grano de la piedra, que se mide en Grit, y hace referencia a los micrones de separación entre los granos o densidad del grano. Un grit equivale a unos 30 micrones/grano 500.
A mayor grano, más suave el afilado y más se acerca al asentado con cuero. Los materiales de los que están hechos las piedras, hoy por hoy, son diversos, algunas piedras incluso están hechas artificialmente, y aunque hay piedras de coleccionista de alto valor, como las Swaty, hoy por hoy se pueden conseguir a un precio mucho más económico a lo que originalmente e costaban, gracias a la fabricación de piedras artificiales y de material cerámico.
Aun así muchos prefieren llevar sus navajas a un profesional que ya posea este tipo de piedras y que se la afile, ya que le saldrá mucho más económico que el gasto de comprar él mismo las piedras, y más cómodo que tener que afilarlas él mismo.
Una navaja, por término medio, no necesita más de un afilado al año, aunque esto depende también del tipo de acero en el que esté conformada.
Cuando compramos una navaja, lo normal es tener que pasar por todo el proceso, biselando, afilando primero con una piedra de menos grano, y acabando con una piedra más suave, ya que no tiene filo de afeitado propiamente dicho y tenemos que crearle "el primer filo".
Una navaja antigua que queramos restaurar, necesitará el mismo proceso de pasar de un afilado con piedra de poco grano, a otro nuevo afilado de piedra de más grano, hasta acabar con la de mayor grano. Ídem una navaja con muchas imperfecciones pero que aun se puede restaurar.
Evidentemente, si nuestra navaja está afilada y sólo necesita una pequeña puesta a punto, nos saltaremos el proceso las primeras más rudas, y saltaremos a la piedra más suave que necesitemos, para ello veremos a continuación cómo comprobar el afilado de nuestra hoja.
Antes de ver el proceso de afilado completo, partiendo de una navaja que no corta en absoluto, sin filo, vamos a dar unos consejos para comprobar el grado de afilado de nuestra navaja, partiendo de cuatro puntos básicos, siendo en teoría cualquiera de ellos válido para comprobar el afilado, pero que si se hacen todos, nos dará una idea más exacta del grado de afilado de nuestra navaja.
Punto Uno: La prueba del afeitado.
Aunque parezca una barbaridad con una navaja de dudoso filo, la mejor forma de comprobar el grado de afilado de nuestra navaja es hacer una pequeña prueba de afeitado. Es decir, preparamos con la brocha y el jabón una pequeña porción de nuestra barba y probamos con calma a afeitarnos.
- Si la navaja se engancha y tira del cabello, necesita sin duda afilarse.
- Si la navaja corta pero irrita, es que está demasiado afilada, que es lo que pasa con las hojas de afeitar Bolzano, que su extremo afilado hace que los dos primeros afeitados con ella sean un poco irritantes, y los siguientes mucho más suaves.
Punto Dos: La prueba del pelo.
Nos arrancamos un pelo de raíz, y cogiéndolo de la misma, lo situamos a un milímetro de la navaja y lo dejamos caer. O bien lo acercamos a la navaja pero sin hacer presión alguna.
El pelo debe cortarse limpiamente, sin desgarros ni tirones. Y si los hay, igualmente la navaja necesita afilado, y ese corte del pelo nos dirá aproximadamente hasta qué punto.
Punto Tres: La prueba de la huella.
Se humedece la yema del dedo pulgar con la lengua, y se pasa el dedo del lomo al filo (no a lo largo del filo), procurando que la huella dactilar pase sobre el filo de la navaja.
Si hay un ligero cosquilleo, el afilado es bueno y probablemente sólo necesite asentado.
Si hay un cosquilleo fuerte, parecido al que da un cuchillo de cocina, entonces necesitará un afilado, dependiendo del grado de cosquilleo existente entre una navaja que sepamos bien afilada y un cuchillo de cocina.
Podéis probar antes con un cuchillo de cocina, pero sin que os vea vuestra madre o vuestra pareja, o sacará erróneas conclusiones sobre lo que pasa por vuestra mente.
Punto Cuatro: La prueba de la uña.
Se humedece la uña del pulgar, y se pasa la navaja por encima de ella con cuidado.
Si se produce un pequeño corte, la hoja está bien afilada, pero si se desliza como si fuese un patín sobre hielo, entonces la hoja está sin filo y necesita afilarse.
Esta última prueba es más bien para personas con una cierta experiencia en comprobar afilados, pero si se hace bien no entraña peligro alguno.
Una vez determinado el grado de afilado necesario, escogemos las piedras que vamos a necesitar para realizarlo.
A veces sólo se necesita una piedra. En otras ocasiones necesitamos un primer afilado más basto y otro más fino y suave, por lo que necesitaremos dos o más piedras.
Ahora bien, a no ser que tengamos a mano todas las piedras de todos los granos existentes, lo ideal es hacerse con una piedra doble (tiene un tipo de piedra por cada cara) de diferentes granos, que sirva para un afilado mayor o menor de la mayoría de navajas.
La más famosa hoy día es la Wüsthof 4452, que trae dos caras, de grano 3000/8000, o 3K/8K. Cuyo precio ronda los cincuenta euros.
La piedra clásica por excelencia, de hecho la primera piedra de afilado para navajas de afeitar, y que hoy aun se puede adquirir en ebay, pero que es más bien para coleccionistas, es la Piedra Swaty, creada por Franz Swaty en 1879.
De todas formas, para alguien que tiene multitud de navajas, y quiere realizar él mismo el afilado de todas ellas, lo ideal es que posea todas las piedras y todos los tipos de granos. La calidad de dichas piedras ya dependerá de lo exigente o lo profesional que quiera ser.
Alguien dedicado al afilado de navajas al público, evidentemente necesitará lo mejor. Un particular puede perfectamente pasar con piedras más adecuadas a sus necesidades y mucho más económicas.
El material del que están hechas algunas piedras varía, pero por lo general, se recurre mucho a la cerámica y a composiciones artificiales. Aunque también existen las piedra naturales, muy caras, procedentes de las minas de Turingia en Alemania o las de Ardenas, procedentes de Francia.
Pasos del afilado:
1. Crear el bisel: consiste en crear dos planos que se cortan en forma de V, desgastando el metal, hasta que probándolo en los pelos del brazo, y observando con una lupa de gran aumento, vemos que tiene buen aspecto para pasar al afilado que acerque el acero al "shave ready".
2. Crear el filo: Se trata de que las dos superficies planas en forma de V acaben en un filo uniforme, sin microdientes ni irregularidades.
Y el último
paso 3, que es el pulido del filo, lo veremos en la segunda fase.
El afilado se hace siempre en el sentido contrario al asentado, es decir, con el filo por delante, aunque a veces se hace un afilado pasando alternativamente el filo adelante y atrás, pero por lo general, el afilado es un "afeitado de la piedra", tal cual.
La piedra por norma general se humedece con agua o incluso aceite, para que el efecto abrasivo no sea excesivo y el proceso de afilado se realice con más suavidad.
Como no hay nada como ver a otra persona realizarlo, vamos a poner una serie de siete vídeos cortos, que nos muestran, uno tras otro, el proceso completo de afilado de una navaja que no tiene filo alguno, hasta que está lista para el asentado.
Aunque se puede hacer pesado, para obtener todos los consejos necesarios a medida que se va realizando el afilado, es conveniente ver todos los vídeos.
Vídeos de cómo afilar una navaja barbera:
Fase dos: El Pulido o Asentado con pasta abrasiva.
Aunque normalmente sólo se habla de afilado y asentado, es muy recomendable el microafilado con pasta abrasiva, también llamado simplemente pulido. Y que se puede realizar con diferentes pastas, aplicadas además sobre diferentes materiales.
La pasta abrasiva es una pasta de grano que añadido al cuero del asentador, produce un afilado extremadamente suave, más que el de cualquier piedra, dando un toque final insuperable, o incluso ayudando a que el filo de la navaja se mantenga durante mucho más tiempo del que lo haría sólo con el asentado en seco (que no afila, sino que suaviza)
Existen diversas pastas que podemos usar para las navajas, pero lo más usual es usar pasta de diamante de distinto grano (grano 14000 o incluso grano 50000)
Fase tres: El asentado en seco o simplemente asentado.
El asentado se realiza con una cinta de cuero liso y seco, sin cortes ni cuarteamientos, y que necesita de un asentador.
Los asentadores normalmente son de dos tipos: los de paleta y los colgantes.
El asentador de paleta: Es una paleta rectangular de madera al que se fija el cuero permanentemente, y que tiene un mango para sujetarla. Para asentar con ella, se sujeta el asentador por el mango y el otro extremo se apoya en una superficie estable.
El asentador colgante: Lleva una anilla para colgarla de un gancho o clavo, y en el otro extremo un mango, anillo o borde de sujeción, que sujetaremos con los dedos.
Existen diferentes calidades de asentadores y eso ya es cuestión de que miréis revisiones de ellos.
En ocasiones se usan asentadores de gama baja, tipo paleta, para el pulido con pasta de diamante u otras pastas abrasivas, o incluso las venden con un "curtido al mineral", tipo colgante, que nos ahorra comprar la pasta. Y al final se usa otro de más calidad para el suavizado final en seco, que nos lleve al "shave ready".
Vídeo de ejemplo con pulido de diferentes pastas abrasivas:
Vídeo de ejemplo con asentador colgante:
Vídeo de ejemplo sobre el mantenimiento y limpieza de los asentadores:
Por raro que parezca, también se puede asentar con la mano, ya que la piel no deja de ser un cuero sin curtir muy delicado, y también nos sirve para medir con más precisión si la navaja está shave ready:
También se le conoce como "dar la mano", pero en ningún momento sustituye al cuero. Es sólo un paso final que no tiene por qué ser necesario.
Visto en detalle, tras el pulido, el filo debe quedar uniforme:
La diferencia tras pasar por diferentes piedras:
Aquí con más aumento:
Para terminar, hay que comentar que existen unas cuchillas que son infinitamente más precisas: Las cuchillas de diamante.
Obsérvese la diferencia, que dará una idea del corte que proporcionan. A la izquierda hoja de navaja tradicional, a la derecha hoja con filo de diamante.
Este tipo de hojas no pueden ser afiladas por métodos convencionales (a no ser que usemos otro diamante más duro, pero creo que un diamante así y de las suficientes dimensiones se nos sale del presupuesto
), así que se recurre al bombardeo iónico.
Ignoro si las fabricarán para shavettes o para navajas barberas tradicionales. Para desechables es posible que también, ni idea.
De todas formas lo comento sólo como curiosidad, ya que es posible que sea el futuro del afeitado.
Aquí el artículo:
La ciencia de un afeitado brillante - MIT Technology Review
LA DESINFECCIÓN DE LA NAVAJA
Desinfectar una navaja es un paso necesario cada cierto tiempo, ya que el filo puede contaminarse de cualquier organismo biológico como bacterias, virus u hongos, y aunque sólo la usemos nosotros, debería realizarse una desinfección cada cierto tiempo, aunque no tiene por qué ser a menudo. Con una vez al año, tras el afilado, podría ser suficiente.
Cuando se adquiere una navaja, ya sea nueva, pero muy especialmente si es de segunda o enésima mano, el desinfectado se hace imprescindible.
Lo normal es sumergir la hoja en alcohol de farmacia durante una hora, lo que es suficiente para el desinfectado.
Pero una forma más rápida y mucho más eficiente es desinfectarla con un preparado de esterilización en frío, usado para desinfectar material quirúrgico, y que es muy económico.
Aquí un vídeo demostrativo de cómo desinfectar la navaja con este material:
CONSERVACIÓN DE LA NAVAJA
Para conservar la navaja, nada mejor que una buena funda o una caja para navajas.
Siempre deben estar completamente secas, y la caja o funda a salvo de la humedad y de la luz solar.
Pero hay que hacer una particularización en el caso de las hojas de acero al carbono, que presentan el inconveniente del óxido.
Para evitar el óxido del acero, lo mejor es aplicar una fina capa de vaselina si no la vamos a utilizar en un tiempo prolongado.
Continuará...