LOS SECRETOS DEL JABÓN
(GUIA COMPLETA PARA FABRICAR JABÓN)
Para saber hacer jabón artesanal de afeitado como un Pro, antes tenéis que saber hacer jabón, ya que el jabón de afeitado no es más que la potenciación de algunos factores de un jabón normal, como puede ser la producción de espuma densa, el poder de cicatrización, la hidratación, y un largo etc.
Una vez dominéis los secretos de la fabricación de jabón, no sólo podréis hacer jabón de afeitado de categoría, sino cualquier tipo de jabón para cualquier tipo de uso. Y eso incluye la creación de otros productos como cremas (de afeitado, reparadoras cicatrizantes, para quemaduras, etc.)
Muchos lo acaban comercializando a pequeña escala sus creaciones, ya que es un mercado emergente debido a que por su calidad y originalidad son muy apreciados.
Me temo que como nuestro objetivo es el jabón de afeitado de calidad, no serviría de nada poner la fórmula de cómo fabricaban nuestras abuelas el jabón casero, ya que aunque el proceso es el mismo (aceite, sosa, agua, saponificación, solidificación...), la técnica ha avanzado lo suficiente como para que necesitemos de unos mayores conocimientos, o el jabón producido será de baja calidad y no apto para nuestros fines.
Siendo así, es mejor estudiar el tema en profundidad, pero paso a paso y sin prisas, para así, cuando nos pongamos manos a la obra, tengamos garantía de éxito y consigamos hacer un jabón realmente bueno, justo con las propiedades que queramos, sin dejar que ningún detalle de este escape a nuestro control.
También decir que para meterse de lleno en la fabricación de variados jabones de afeitado de calidad suprema, hay que gastarse el dinero, y que si no es tomada como una afición, como un fin en sí mismo, no merece la pena, ni por el esfuerzo ni por el dinero invertido, meterse en estos menesteres, siendo mucho más práctico comprar jabones ya hechos.
Al final de esta serie de post, pondré toda la bibliografía en la que me he basado, la páginas webs, los foros y un montón de información complementaria, que no es poca. Aquí condenso todo eso en una guía quizá más esquemática y de mejor asimilación.
Quedando claro esto, seguiremos el siguiente esquema:
SEGURIDAD.
PRIMEROS PASOS.
CONCEPTOS.
- La Lejía.
- El sobreengrasado.
- La concentración.
- La saponificación.
- La traza.
- La gelificación.
- El curado.
PROCESOS.
- El proceso en frío.
- El proceso en caliente.
- Los refundidos.
- El reciclaje.
- La glicerina.
- La base de glicerina.
INGREDIENTES.
- El agua y la sosa.
- Aceites vegetales.
- Grasas animales.
- Aceites especiales.
- Aceites esenciales.
- Colorantes.
- Sales.
- Conservación.
LAS CREMAS
- Introducción a las cremas.
- Tipos de cremas.
- Las fases.
- Ingredientes.
- Elaboración.
- Formulación.
TÉCNICAS PARA FABRICAR JABÓN
- Firullillos.
- El cálculo de recetas.
- La formulación de fragancias.
- El pH (mediciones)
- DWCP
- El lavado con sal.
- La preparación del Sebo.
HERRAMIENTAS NECESARIAS
- Los moldes.
- La tabla SAP.
- Los Sellos.
- Los Cortadores.
- El cálculo en los moldes.
- El Baumé.
- El cálculo del coste.
- El cálculo de lejías mixtas.
LA CALCULADORA PARA JABONES
- Qué es.
- Cómo se usa.
LA WIKIPEDIA DEL JABON.
FOROS SOBRE JABONES.
INFORMACIÓN COMPLEMENTARIA
- Páginas Web.
- Libros.
- Otros.
CONSIDERACIONES FINALES
LA HISTORIA DEL JABON
Para fabricar jabón hay que adoptar unas mínimas medidas de seguridad, a saber:
- Hay dos ingredientes peligrosos: la sosa cáustica y la potasa cáustica, que al mezclarla con agua se produce lejía.
- La lejía produce quemaduras químicas en la piel y muy peligrosa para los ojos.
- Lo mejor es ponerse unas pequeñas gafas protectoras para los ojos en esta fase, para evitar problemas de salpicaduras en los ojos (que se producen a veces).
- Proteger la ropa con una bata o delantal, porque la lejía destiñe la ropa (manchas blancas en esta).
- Mascarilla de gasa para evitar respirar los gases de las reacciones químicas.
- Especial cuidado al batir, evitar salpicaduras.
- Evitar que haya terceras personas cerca sin protección, especialmente niños o mascotas.
No intentéis buscar la receta rápida y fácil para hacer un jabón básico. Eso no va a funcionar si queréis hacer un jabón de afeitado artesanal de calidad.
Los grandes logros se consiguen a base de pequeños pasos, así que paciencia y sin prisas.
Es completamente normal hacer pruebas, elaborar primero jabones más sencillos que no sean los que buscamos, pero que podemos darle uso, e incluso que tengamos que volver a empezar de cero por haber cometido algún error, o tirar el resultado por no ser el adecuado.
La experiencia se consigue equivocándose, y la práctica hace la perfección, así que no podemos pretender hacer el mejor jabón de afeitado del mundo la primera vez. Tenemos que concienciarnos de que esto es un proceso de aprendizaje y práctica, y aunque vamos a tener seguramente buenos resultados desde el principio, tenemos que ir despacio.
Para nuestro primer jabón, lo normal será usar aceite usado (lo que nos abaratará el coste), o en su defecto de oliva, o incluso manteca de cerdo, lo que tengáis más a mano. Y por supuesto, tendremos que adquirir sosa caustica pura (superior al 99%), si no usáis esa, no vais a obtener los resultados que debéis, no os conforméis con otra más barata o de diferente composición.
Tendréis que tener una báscula precisa, buena. Lo ideal es una digital.
CONCEPTOS
LEJÍA
El término lejía es el que se usa normalmente para referirnos a la que usamos para limpiar (hipoclorito sódico).
En el mundillo de los jabones, la lejía hace referencia a las soluciones de sosa cáustica o potasa cáustica (mezclar estos ingredientes con agua). Estos dos ingredientes son los peligrosos a la hora de elaborar el jabón, hay que cuidar que no entren en contacto con la piel ni los ojos y evitar salpicaduras de cualquier tipo, incluso en la ropa.
Estos productos también se denominan coloquialmente "álcali".
Al mezclarlos con el agua, se produce una reacción química que forma la lejía, y al ser una reacción exotérmica, produce calor.
Es mejor por ello que el agua esté fría, y que primero tengamos el agua en el recipiente y después depositemos la sosa o potasa (el álcali) para evitar salpicaduras o una reacción química más violenta.
Una vez hecha la mezcla, hay que dejarla reposar hasta que se vuelva completamente transparente y el agua pierda el color turbio.
Es muy importante que el agua que usemos sea destilada (desmineralizada), sin impurezas.
Como hemos mencionado, el álcali debe ser lo más puro posible, superando el 99 %, si os dan otra cosa será porque el de la tienda os lo quiere colocar y nos dirá cualquier trola de que "esto vale igual", pero no nos servirá para nuestros fines.
La fórmula de la sosa cáustica es NaOH, y su nomenclatura es Hidróxido Sódico (nada de iupac, aquí usamos nomenclatura clásica, ideal para este hilo

)
El álcali debe diluirse completamente en el agua, no deben quedar restos sólidos.
Si la mezcla no se usa de momento, hay que guardarla cerrada herméticamente y en lugar seguro.
Es mejor usar la mezcla fría.
EL SOBREENGRADADO
La proporción del álcali dependerá del tipo de aceite que usemos, ya que cada aceite tiene un índice de saponificación diferente (más adelante trataremos esto).
Este índice nos dice exáctamente la cantidad de álcali que debemos utilizar para que el aceite tenga una completa saponificación.
Ejemplo: El aceite de oliva tiene un índice de saponificación de 190. Eso significa que para un kilo de aceite de oliva (no un litro, un kilo) necesitaremos 190 gramos de potasa cáustica (KOH).
El peso molecular del KOH es 1.4025 mayor que el de la sosa cáustica (NaOH), así que haciendo el cálculo (190/1,4025), tenemos 135 gramos de Sosa Cáustica para un kilo de aceite. Dependiendo de que usemos un álcali, otro, o mezcla de ambos, ya sabemos que tenemos que hacer dicho cálculo, según el índice de saponificación de cada aceite.
Ahora bien, ¿qué es el sobreengrasado?
El sobreengrasado significa que en ese kilo de aceite, pondremos menos cantidad de álcali, con lo que una parte del aceite no quedará saponificado, y garantizaremos así que no sobre sosa, y que el jabón sea más suave y blando.
El sobreengrasado se mide en porcentaje, así un 1 % de sobreengrasado es un 1% de aceite no saponificado porque hemos dejado de poner un 1% de sosa necesaria para ello.
Así, en el caso de nuestro kilo de aceite, si eran 135 gramos, el 1% sería 1,3 gramos menos que no pondremos, por lo que tendremos que añadir 133,7 gramos.
Para un sobreengrasado del 10%, añadiríamos 121,5 gramos, y así.
Las cantidades deben ser exactas, jamás se puede hacer este proceso a ojo como hacían nuestras abuelas.
El riesgo del sobreengrasado es que tiene mayor posibilidad de que se estropee, especialmente si tratamos con aceites más delicados.
Para ello usaremos un antioxidante, como la vitamina E, que conservará el jabón en óptimas condiciones.
Además de más suavidad (en el mundo jabonil se denomina emoliencia), el sobreengrasado nos da mayor cantidad de espuma si es bajo, y menor si es alto, lo que deberemos tenerlo muy en cuenta para nuestros jabones de afeitado.
A mayor sobreengrasado, más blando y soluble en agua será. A menor sobreengrasado, un jabón más duro.
LA CONCENTRACIÓN
Nos referimos a concentración cuando hablamos del agua (más bien de la lejía formada al juntar el agua y el álcali)
Concentración del 50 % = Mitad del peso es agua y la otra mitad es álcali.
Concentración del 33 % = 33 % de álcali diluido en 67 % de agua. Dos veces más agua que álcali.
Concentración del 25 % = 25 % de álcali diluido en 75 % de agua. Tres veces más agua que álcali.
De esa forma, tambíen se puede hablar de proporción (1:1 en caso de 50 %, 1:2 si es 33 %, 1:3 si es 25 %, etc.)
Las proporciones indican que por cada parte de álcali hay otras partes de agua (1:• = una parte de álcali y tres partes de agua)
No hay que confundir con la proporción del agua (de la lejía más bien) respecto del propio jabón: a jabones más duros, menor concentración debe tener, a más blandos, menor.
LA SAPONIFICACIÓN
Se denomina así a la reacción química que se produce, haciendo que a partir de las grasas o aceite, y el álcali, de cómo resultado jabón.
La causa es la disociación de las grasas al reaccionar con un medio alcalino, haciéndose que los ácidos grasos y la glicerina se separen.
Estos ácidos grasos se unen entonces con los álcalis, formándose las sales sódicas de los ácidos grasos. O sea, lo que se denomina jabón.
A esta reaccíon se la denomina también desdoblamiento hidrolítico.
Resumiendo: unimos la grasa a una solución alcalina (agua y álcali), la grasa (que está compuesta por triglicéridos) se separa en un amolécula de glicerina y tres cadenas de ácidos grasos, que se unen a una molécula de sodio y forma jabón. La formulación química está ampliamente disponible en internet, no la pongo aquí porque no es procedente.
Como hemos dicho con anterioridad, es una reacción exotérmica, así que a más cantidad de jabón, más temperatura a va a tener al formarse, especialmente en el interior de la mezcla.
Si la temperatura es demasiado alta, puede producirse lo que se denomina "gelificación", que ya veremos más adelante lo que es.
LA TRAZA
La traza es el surco que se forma al pasar la pala o cuchara cuando estamos removiendo, en el momento en que parte del aceite está ya saponificado.
En ese momento es cuando se añaden algunos ingredientes que por su sensibilidad o propiedades no se añaden antes, como los aceites esenciales.
Cuando el jabón muestra "la traza", ya sabemos que lo podemos verter en los moldes sin miedo a que se separen los ingredientes.
A veces la traza ocurre tan rápido que de una masa líquida tenemos la forma sólida de forma casi inmediata. Y a veces ocurre la "falsa traza", que es cuando parece que ya no habrá separación, pero aun no es el momento, con lo que hay que volver a remover y mezclar para que se forme la verdadera traza.
LA GELIFICACIÓN
La hemos mencionado antes: cuando se da una alta temperatura al formarse el jabón, se forma la gelificación.
Se trata de un estado como de gel, de aspecto translúcido, que se forma durante la saponificación.
Se puede evitar la formación de gel no dejando que la mezcla alcance la temperatura necesaria para su formación. Para esto es mejor partir de los ingredientes fríos y moldes que no conserven mucho la temperatura.
Incluso se puede dejar el jabón solidificar dentro de la nevera.
Hay sin embargo algunos que consideran que la gelificación no es mala en sí misma y para según qué jabones puede ser incluso beneficiosa.
Efectos positivos de la gelificación: el jabón saponifica en menos tiempo y los ingredientes delicados y sensibles al pH alto de la sosa sufran menos. También hace que el color del jabón sea más vivo y más homogéneo. También se reduce el tiempo de curado y no suelen producir ceniza.
Efectos negativos de la gelificación: producción de burbujas que perjudican la textura, dificultad en jabones con algunos componentes no alcance la suficiente dureza. También pueden producirse cambios de color que hacen que no se vea homogeneo.
En casos de una gelificación exagerada, se suelen generar jabones muy blandos y translúcidos.
EL CURADO
Cuando hemos sacado el jabón de su molde, aun necesita un tiempo de curado, que dependerá del proceso y del tipo de jabón que estemos elaborando.
Durante ese tiempo el jabón se seca y va perdiendo el exceso de agua, hasta que queda en su verdadero tamaño y forma.
El tiempo suele ser de cuatro a seis semanas.
El curado no es más que la finalización del proceso de saponificación.
Para el proceso de elaboración en caliente, el jabón se puede usar nada más solidifique, en teoría, no necesitando tiempo de curado, pero aun así suele dejarse secar un par de semanas para que pierda más agua y disminuya su pH.
Si se trata de jabón de glicerina, no precisa proceso de curado, incluso se envuelve en plástico para que no pierda humedad.
Para el secado, es conveniente moverlo para que el aire toque todas sus partes, mejor si es sobre una rejilla, pero que el jabón no entre en contacto con el metal.
A veces incluso se mete en el horno a unos 50 º para que no se derrita y pierda forma, durante unas horas.
El jabón, cuanto más tiempo tenga, más saponificado y más expondrá sus propiedades al ser usado, por eso un buen jabón antiguo, bien conservado, puede ser mejor que uno recién hecho.
En el siguiente post, seguimos con los PROCESOS.