He llegado a ya casi a los 4 , me quedan otros 4, pero he pecado por el camino y he perdido menos de lo que debiera, pero aún así estoy bastante satisfecho y sigo en la senda.
Me sentiría culpable si se hubiese converido en rutina, pero han sido dos ocasiones contadas, eso sí, tirando la casa por la ventana.
Desde que empecé no he vuelto a catar (
en casa) la pasta, ni el pan, arroz blanco (integral sí, pero poco) azucares metidos en alimentos tampoco o si acaso lo mínimo, pero en todo este tiempo he descendido al infierno del bufet japonés como ya digo 2 veces, no he podido resistirlo , el domingo pasado sin ir más lejos me salía jodida agua a chorros de la boca pensando en makis y nigiris, no pude resistir, bajé y provoqué una masacre de almidón con pescado crudo, y la verdad una vez habiéndola pifiado de lleno ya no me privé de comer absolutamente de todo lo prohibido : fideos, Dim-Sum a pares, wan tun, carne con salsa, tempura ...etc, en definitiva salí de siete meses de allí dentro.
Es curioso como una vez has pecado, se reactiva el mecanismo de dependencia y por la noche , incluso habiendote puesto hasta la cebolleta durante el mediodía, el cuerpo te pide más marcha.
Empiezo la semana otra vez de forma seria, a ver si pierdo un kilo y medio para el viernes, pero los fines de semana tengo un serio problema cual yonki en busca de su dosis, en este caso de sushi.
Droja, droja ... 