No les hagas caso. No saben de lo que hablan. Ninguno.
Fóllate a cualquiera. El del ADSL, el mormón que te pica a la hora de comer, yo que sé, a cualquiera. Sé soez, sé vulgar, sé una cualquiera.
Cuando te deje, que lo hará, cuando te diga que no lo mereces, cuando mirándote a los ojos, tan digno, te diga que no estás a su altura, sabrás que lo dice de verdad. En ese momento, tal vez llore, si no es el hombre que creías que era, tal vez te insulte, eso estaría genial, GENIAL, en ese monento, digo, será tan sincero que te dolerá. SERÁ ÉL. Sin máscaras, la jodida verdad. Te dirá que eres una zorra insensible, lo que sea. Pero será verdad. Que no puedes ser feliz porque no quieres ser feliz, que no puedes mantener a alguien a tu lado porque no quieres mantener a alguien a tu lado. Lo que su torpe lengua sea capaz de decir. Yo que sé. Pero será porque tú lo elegiste. Tú y solo tú decidiste pudrirte de puro asco. Tú verás, nena, si quieres dejarlo a él decidir sobre tu estado emocional o si está en tu puta mano, con la que te masturbas, ya sabes.
En fin.