Fichad, fichad a Neymar
04 JUL 2011 00:00
Una llamada al yate de Florentino en Mallorca. Rosell se ha metido en el autobús de Brasil para llegar a La Plata. ¿Quiere a Neymar? ¿No será que lo de Alexis Sánchez, el chileno, es una cortina de humo? El Madrid hace abracadrabra. Nosotros teníamos a Neymar ya atado. Pero ¿para qué nos ha servido toda esta campaña publicitaria y mediática?
Lo que es patético es cómo los periódicos deportivos se prestan todos los años a la campaña anual de los grandes clubes en los meses del estío y del hastío. Pero, ¿para qué quiere, por ejmplo, el Madrid y el Barcelona al predecible Neymar? Compararlo con Villa o Benzema es un sacrilegio futbolístico. Es sacrementar la teoría del desvío ornamental del Madrid y el Barcelona.
Mientras el Madrid eleva hacia los santos a Neymar y Agüero, el Barcelona santifica a Cesc y Alexis Sánchez. Es vergonzoso. Solo es márketing veraniego. ¿Para qué quiere el Madrid al Kun Agüero? Tiene el centro de gravedad bajísimo. Es propenso a la gordura y no tiene una resolución fácil de cara al gol. Higuaín es un fenómeno como goleador con respecto al Kun.
¿Y Neymar? Es otro ejemplo de la propaganda brasileña y madridista. ¿Le vieron ante la casta Venezuela? Ni una sola jugada brillante. Ni un sólo disparo a puerta. ¿Ese es el fenómeno? Neymar, sencillamente, parece un alumno de Robinho, que todavía, a pesar de su edad, no sabe jugar al fútbol. Neymar, como Robinho, se cree que jugar al futbol es gambetear, regatear al adversario. Ni zorra idea de colectivismo futbolístico.
Es como el Barcelona. ¿Para qué quiere a Cesc si Thiago es mucho más joven y bastante mejor? ¿Para qué quiere a Alexis Sánchez, si es un astronauta del gol? Gastar por gastar. ¿Se salvan de Hacienda o es sólo que hay que llenar periódicos este verano?
La pobre Venezuela, que hizo el ridículo hace poco con España, no tuvo ni un susto ni recibió una sola situación de gol por parte brasileña. Brasil es ya hace tiempo un esperpento futbolístico. Sudamérica es un desastre comparado con Europa. Pero las estrellas del gambeteo todavía venden periódicos.