Bueno, yo soy bastante buena persona, pero sé de unos cuantos que han terminado en urgencias por casos de celos de su pareja ... y uno amuñecao. A mi lo que me jode es que traten de chulearme, y más cuando la persona se supone que es buena amiga. Recuerdo unas vacaciones que me fui con una de toda la vida. Bien, pues por la noche, de copas, se ligó a un buenorro, muy masculino, y encima educado; cuerpo atlético y recio, de buenas espaldas, voz grave y bien timbrada, y maneras de galán; encima le abultaba el paquete cosa mala. Hablaba con los dos, pero yo veía que en realidad tenía muchos más puntos en común -aficiones, formación, etc- conmigo que con mi amiga, e incluso me pareció vislumbrar cierto brillo de curiosidad en sus ojos cuando me miraba. Así que la envidia comenzó a manar en mis entrañas como un veneno. Esa noche solo se morrearon y tal, y nos dejó en el hotel como un caballero. Yo, al acostarme, me hubiera hecho un buen pajote si no fuera porque compartía cama con ella; así que tocó hacer mis ejercicios de respiración para tranquilizarme y dormirme, porque no quería hacerlo en el servicio y despertarla. Al día siguiente el amigo vino y nos llevó de visita turística por la ciudad y los alrededores. Yo ya tenía dolor de huevos, y él le pasaba el brazo a ella por sus hombros, o dejaba caer su mano fuerte y morena por la estrecha cintura, mientras nos explicaba aspectos arquitectónicos de alguna fachada. Bajo mis gafas de sol, yo disimulaba mis celos, y sobre todo temía que se liaran de verdad y yo me quedara solo en esa maldita ciudad que ya se me atragantaba.
Por la noche los dejé irse después de la cena, porque allí ya se veía que yo sobraba. En cuanto a la hija de puta de mi amiga, sabiendo lo mucho que él me ponía (nos conocíamos como hermanos) y que yo estaría en la habitación del hotel, solo como una mona y sin más entretenimiento que un enésimo capítulo de
La que se avecina, me estuvo retransmitiendo por la noche y a la mañana siguiente los pormenores del lance: que si "joder, me ha hecho correrme tres veces seguidas con su lengua, menuda ventosa jjjjj", que si "menudo pollón, jijijij", que si "qué majo, me ha traído el desayuno a la cama". y emoticonos de coranzocitos ridículos varios.. Vamos, que aquel siguiente día me lo pasé recorriendo yo solo los lugares turísticos, mientras ellos le daban más caña al colchón que unos maricas en el hotel Sayko, ( al parecer no salieron en todo el día del piso). Por la noche me pasé por un local gay para intentar resarcirme, pero las cuatro porteras que allí había me dieron más pena que otra cosa, y estaba tan de mala hostia, que ya ni follar me apetecía, así que tocó tomarme una copa yo solo y volver al hotel.
El tercer día ya nos íbamos, y la muy puta apareció con una sonrisa de oreja a oreja ("tío, qué pena, ¡me he enamorao, jooooo!") justo para el desayuno, hacer la maleta y el cheking-out. Como es muy despistada, vi que se dejaba unos zapatos bastante caros en el fondo de un armario, y ni la avisé (que se joda, pensé). Cuando fuimos a pagar, le dije que lo abonara todo ella, que ya luego le pagaba mi parte (unos 200 €). Total, que volvió a casa con un par de zapatos caros menos, y me tuvo que estar suplicando casi un mes y medio para que le hiciera el ingreso del dinero del hotel.
Yo, a las buenas, soy muy bueno, pero a las malas, soy mejor.