Hygge

Pues nada, insisto en relajar el ambiente:
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Levantarse un domingo cuando aún no ha amanecido, ponerse encima del pijama un chándal para abrigarse, echar una meada en una esquina del tigre, en la esquina donde está la taza por si cae algo dentro, ir a la mugrienta cocina a ver que te puedes echar al buche, abrir la nevera y que hueva sutilmente a vinagre a pesar que hay cuatro cosas, prepararte un café y remover el azúcar con un tenedor porque ya no quedan cucharas limpias, entrar en el foro, leer las estulteces de la noche anterior, no reírte y pensar que cuándo volverá la golden-age esa tan famosa, forear y concienciarse que empieza otro largo domingo de soltero.
 
Levantarse un domingo cuando aún no ha amanecido, ponerse encima del pijama un chándal para abrigarse, echar una meada en una esquina del tigre, en la esquina donde está la taza por si cae algo dentro, ir a la mugrienta cocina a ver que te puedes echar al buche, abrir la nevera y que hueva sutilmente a vinagre a pesar que hay cuatro cosas, prepararte un café y remover el azúcar con un tenedor porque ya no quedan cucharas limpias, entrar en el foro, leer las estulteces de la noche anterior, no reírte y pensar que cuándo volverá la golden-age esa tan famosa, forear y concienciarse que empieza otro largo domingo de soltero.
Limpia el cuarto de baño con lejía.
Friega los platos y cucharillas.
Limpia hoy el frigorífico para llenarlo en cuanto puedas. Sáltate un viaje en el carrusel del turbolover y llena la nevera.
La Gølden Åge, te guste o no, la están viviendo ahora los putos críos en Forocoches. Sus moviditas, su edad, su momento.
Cantaba Karina desde Osaka, que buscando en el baúl de los recuerdos cualquier tiempo pasado... Pues eso.
Soltero grimoso > Casado mandilón empujacarritos.
Y ahora, minutos musicales.
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Ya, pero te haces la primera paja porque crees que controlas. No te relaja lo suficiente y te haces otra al rato. En vez de estar más tranquilo te entra la ansiedad porque no acabas de desfogar como dios manda. Y bueno, luego ya lo que todos sabéis, la espiral de onanismo que deja un balance de siete pajas, debilidad, desidia y otro día perdido viendo y buscando vídeos porno.
 
Ya, pero te haces la primera paja porque crees que controlas. No te relaja lo suficiente y te haces otra al rato. En vez de estar más tranquilo te entra la ansiedad porque no acabas de desfogar como dios manda. Y bueno, luego ya lo que todos sabéis, la espiral de onanismo que deja un balance de siete pajas, debilidad, desidia y otro día perdido viendo y buscando vídeos porno.
El año pasado fue una vez y pagando. Si no llega a ser por qué me pasaba todo el día viendo rajas de todos los colores, edades, procedencias y estados de intoxicación, tal vez no hubiese tenido que recurrir a la llamada de la carne. The call of meat, amigou.
Si hago mi vida normal, con una paja de vez en cuando y sin porno, pues tiro millas.
El estrés comienza cuando pertenezco aun grupo cerrado: trabajo, estudio, club de pentanca, esperanto... Al principio se creen que soy un bribón. Por la planta y tal. Pero el nuncafollismo es como el sudor. Se ve. Se huele. Se puede sudar menos, usar afeites y tratar de parecer uno de los Otros, pero eso es como ver un gitano tomando frappuccino.
 
No sé cómo puedes ir a la pisci y quedarte tan pancho. Recuerdo cuando yo era un joven y vital atleta que después de la paliza iba a casa a comer o cenar como un animal, y no había terminado de limpiarme los hocicos cuando ya estaba reservando hora con una señorita. Y es que estar nadando detrás, o delante, o al lado, de un cuerpo femenino de esculturales proporciones no sólo me daba aliento para bracear como un mongolo sino que me servía de inspiración para empujar con la prespiputa.
 
No sé cómo puedes ir a la pisci y quedarte tan pancho. Recuerdo cuando yo era un joven y vital atleta que después de la paliza iba a casa a comer o cenar como un animal, y no había terminado de limpiarme los hocicos cuando ya estaba reservando hora con una señorita. Y es que estar nadando detrás, o delante, o al lado, de un cuerpo femenino de esculturales proporciones no sólo me daba aliento para bracear como un mongolo sino que me servía de inspiración para empujar con la prespiputa.
La piscina cubierta es territorio de menopáusicas que hablan más que nadan, corquis como servidor, o jubilaos que van a echar la mañana.
Admito que ir nadando detrás de una cuarentona y ver la brocheta en modo escorzo me suele dar tentaciones.
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Lo que pasa que una vez que dejé de ir de putas, cada vez me da más pereza. Buscar piso, el casting, el bidé, que si de dónde eres, que si tal, que si Pascual.
Prefiero gastarme 20 € en fruta de calidad. El otro día, puñao y medio de cerezas, 2'89 €. Kilo de fresas, 7 ecus.
Ni fumo, ni bebo, ni intercambio adn, así que solo me queda la frutería. Los que hemos vivido muy deprisa, tenemos dos salidas: estamparnos contra un muro llamado Baal, siempre sediento de la sangre de los perdedores, o dedicarnos a la contemplación demiúrgica del devenir de las pequeñas cosas de la vida cotidiana.
En los escaparates de las fruterías encuentro lo que los jipis de países ricos van a buscar a Tíbet: la Divinidac.
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La saluc.
 
Última edición:
Pero esa fruta parece de plástico, tan perfecta que abruma. Yo le he dado una vuelta de tuerca y solo aprecio la fruta que yo cojo del árbol. Aún tengo naranjas cogidas con mi propia mano de los naranjos de las calles de algunos pueblos. En las urbanizaciones suelen poner nísperos como árbol ornamental, con darte una vuelta disimuladamente en época de fructificación puedes llenar el zurrón. Los caquis también se usan como ornamentales y mucha gente no quiere el fruto porque no saben madurarle. Granados, madroños, limoneros, mandarinos, etc; son muy usados en jardinería y sus dueños no suelen salir a la calle a recoger el fruto por el qué dirán.

Este verano me estreñí de un atracón de almendras, menuda bolsaca cogí dando un voltio con la bici por los caminos rurales. Son árboles que nacen en los ribazos y que están en medio de páramos abandonados. Higos dulces como la miel con el aliciente de gatear a por ellos. Uvas que son verdadera ambrosía y que invitan a hacer un alto en el camino. Zarzamoras para echarlas en los yogures naturales del Día%. Me he llenado los bolsillos de nueces del suelo, que aunque amargas con el buen hambre se dejaban comer. Fresas arrancadas de la mata. Peras de san juan, ciruelas ácidas que te hacen arrugar el hocico a cada bocado, calientes como perras y limpiadas con la mano un poco por encima. Limonadas fresquitas todo el año gracias a los limoneros luneros.
Cubos enteros de kiwis, bolsas hasta arriba de albaricoques.


Y en verano hortalizas todas las que pillo, los huertos son vergeles. Y lo bueno que está luego, y el subidón de adrenalina cuando estás llenado la bolsa y mirando de reojo alrededor. Sandias, melones, carruecanos, calabacines, berenjenas, repollos, cebollas, acelgas y todo lo que la madre naturaleza y las buenas manos del hortelano nos brinda. Muchas cosas me las dan, ojo, no sólo de brincar vive el hombre.

En fin, que lo suyos es comer la fruta de temporada, y cogerla del árbol y llevarte todo lo que abarques. Ahí es donde está el verdadero placer de la fruta. Es que esa frutería de la foto es como ir a una casa de putas, no tiene gracia, lo suyo es salir a recolectar.
 
Última edición por un moderador:
El modo espigador lo activo con las moras, zarzamoras, uvas (Rioja y tal) y cerezas.
No desconfíe del aspecto de la fruta que ve en esas fruterías, porque está de cojones. Si bien la última foto tiene los colores alterados, puede estar seguro que no son Made in Pripyat.
Pruébelas alguna vez, y sabrá cómo viven los notarios y demás gerifaltes.
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Te rieh?
 
Última edición:
prepararte un café y remover el azúcar con un tenedor porque ya no quedan cucharas limpias.

Subo a remover el café con un tenedor sucio pero no por el lado de las puas que tienen restos de algo, sino con el mango que está limpio porque a veces ni tenedores, ni cucharas, ni cuchillos.

Yo hoy voy a limpiar todo a ver si me da un poco de Hygge. Eso mola. Dejar la casa como los chorros del oro, bajar a la lavandería y sólo lavar, sin secadora, llegar a casa y tender en el salón que huele todo de maravilla, y hala, a esperar el lunes con todo impecable y la ropa limpia. Que no hay nada menos hygge que un lunes ajetreado con madrugón, ropa medio sucia y la casa hecha una pocilga.
 
Ya, pero te haces la primera paja porque crees que controlas. No te relaja lo suficiente y te haces otra al rato. En vez de estar más tranquilo te entra la ansiedad porque no acabas de desfogar como dios manda. Y bueno, luego ya lo que todos sabéis, la espiral de onanismo que deja un balance de siete pajas, debilidad, desidia y otro día perdido viendo y buscando vídeos porno.

Menos mal que no chifla veneno. Esas pajas tántricas de 24 horas ...:face:
 
Stay clean, cimmerio.


De albaricoque en albaricoque hasta la indigestión final.
 
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Ni fumo, ni bebo, ni intercambio adn, así que solo me queda la frutería. Los que hemos vivido muy deprisa, tenemos dos salidas: estamparnos contra un muro llamado Baal, siempre sediento de la sangre de los perdedores, o dedicarnos a la contemplación demiúrgica del devenir de las pequeñas cosas de la vida cotidiana.
En los escaparates de las fruterías encuentro lo que los jipis de países ricos van a buscar a Tíbet: la Divinidac.
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La saluc.

O sea que cuando vaya por el CC Berceo y vea a un madurito interesante con varias bolsas de fruterías varias, sin mujer, desechos genéticos o sabandeños rodeándole podré decir.
¡¡¡ Coño, Cimmerio !!!.:lol:
 
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