Me ha decepcionado el fucker poniéndose desodorante de sibaritas, gañanes de discoteca y gente con complejos respecto a las mujeres.
Ayer la señorita que me atendió me dijo:
me encantas, eres educado, estás follable, hueles siempre muy bien y sabes acariciar.
Y no solo desodorante, que también tengo un gel especial para las citas. Uso Magno, que es olor de hombre asentado. Primero me doy una mano para quitar la roña grande, luego me enjuago, después me doy otra mano de Magno pero esta vez con la ducha cerrada, para que el agua no lave el gel y se impregne bien en mi piel ese olor tan de hombre solvente. Es como un ritual, al principio lo hacía por higiene, pero ahora tengo que confesar que lo hago por superstición porque siempre me ha dado suerte y he conseguido follar a pelo con las profesionales, cosa que achaco a esa pulcritud.
Huelga decir que me lavo los dientes por si hay ocasión de robar algún beso y de ahí a morreos babosos. Y Audispray, que no sólo Croque es mimosillo en esas lides, a mí me gusta hurgarles con la punta de mi lengua en su oído justo cuando se la estoy metiendo por detrás, ella tumbada en la cama. O cuando está encima y la abrazo y aplasto contra mí para que sus tetas acaricien mi peludo pecho-lata y con mis grandes, pero delicadas, manos la sujeto de la nuca y la empiezo a hurgar en la oreja y el oído mientras aumento la frecuencia, y dureza, de las embestidas. Y cuando se lo hago se ponen a cien y después me corresponde de igual manera, buscando con su lengua mi oído y me encanta sentir eso tan caliente y húmedo por mi orejón.
Y bueno, también aprovecho que me duchado y que están blandas las uñas para darles un repaso o sacar la mugre con la punta del abrelatas que tiene el cortauñas.
Y me doy un repaso a los pelos de la nariz con unas tijeritas. En fin, que soy un galán. Y voy con mis segundas mejores galas, no las que me pongo para los bautizos, pero sí las que tengo reservadas para los domingos. Calcetines sin tomates, calzoncillos limpios y no demasiado viejos, y bien conjuntado el jersey liso con la camisa de debajo y a juego con los zapatos.
Soy un vanidoso. Y jamás las regateo, antes sí, cuando era un pipiolo novato. Pero ya no, si dicen 100, pues cien. Si dicen 70, pues setenta. Lo que ellas quieran, que se vea que hay posibles y que están ante un Señor, con la s mayúscula.