Senior Putas
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Mi abuelo era un jombre, jombre, siempre como si tuviese el palo de una escoba metido por el culo, de niño pasábamos los veranos en la casa del pueblo en la espania profunda, una casa grande, de campo, con sus animales y tres perros, tres perros que no tenían nombre, mi abuelo llamaba "perro" a todos ellos y siempre el perro al que llamaba sabía que era el que tenía que acudir, uno de ellos, el más grande, una especie de pastor alemán guardaba la casa y vivía en el porche de la casa, los otros dos no sería decir la raza y seguramente ningún genetista sería capaz de decirla, se utilizaban para cuidar la finca y a los animales. No he visto en mi vida perros más obedientes ni respetuosos, acudián a cualquier llamada, dos de ellos los tenía desde cachorros y al otro lo recogió de la calle sarnoso perdido, abandonado de la caza decía y era ese el que se llevaba a cazar siempre, el otro iba alternamente, pero el guardián de la casa siempre se quedaba con mi abuela (mi abuelo iba más a pasear al campo que a cazar, pero de vez en cuando traía alguna pieza para que la pelase mi abuela), los perros parecían ir a su aire, tenían finca para correr, pero siempre cumplian con su cometido y cuando mi abuelo gritaba "PERRO", acudian raudos a la llamada, no hacía falta darles órdenes, mi abuelo hacía un gesto y el perro en cuestión ya sabía que es lo que tenía que hacer.
Un verano, que mis padres me dejaban, me encontré que mi abuelo había incorporado un cachorro a la colección, feo como un demonio, con un pelo de cada color pero que le hacían tener un tono rojízo en el lomo, un perro mil leches, los ojos también lo tenía uno de cada color, no he visto semejante mezcla de razas en mi vida... fue el único perro que entró en casa, mi abuelo gruñía al verme jugar con el y mi abuela lo reñía con un "deja al chico que juegue".
Los años pasaron y el perro creció, yo tendría unos 8 o 9 años y el perro unos 4, vivía en la planta de abajo, (era una casa grande de campo con una entreplanta con varios patios para los quehaceres del campo) en la casa con mi abuela cuando mi abuelo se iba a sus quehaceres, pero seguí la tónica habitual de los otros y mi abuelo también lo llamaba perro.
Cuando de niños íbamos a hacer el canelón por el campo, porque jugábamos a tirarnos piedras y a darnos ostias con palos (así era la espania rural putos pijos de ciudad) y raro era el día que no llegabas lleno de arañazos y sangrando. Mis padres me regalaron una bicicleta, una puta mierda, pero era mía y cada vez que me iba a pasear con la bici mi abuelo me decía "llévate al perro colorado" y se venía conmigo, se podría decir que "colorado" era mi perro, todo lo que un perro puede ser de una persona, mi abuelo siempre insistía en que me llevase al perro colorado en mis paseos por los campos con esa puta mierda de bicicleta.
"Colorado" iba a su pedo desaparecía entre los árboles y los campos para luego aparecer al rato... un buen día que me alejé más de lo normal explorando el entorno del pueblo me encontré con dos gitanos mayores que yo pero jóvenes, me pegaron un tortazo y me quitaron la bici, cuando loco de rabia traté de devolver el golpe y recuperar mi bicleta me volvieron a pegar y acabé llorando sentado en el suelo, lleno de rabia e impotencia al ver como uno de ellos sacaba una navaja y me amenazaba con rajarme haciendo amagos de apuñalarme.
"Colorado" aparecio de la nada y se tiró contra el del cuchillo mordiéndole en el brazo, loco de rabia, mi perro lo solto cuando el gitano consiguió levantar el brazo mientras la sangre brotaba a borbotones para a continuación morderle la pantorrilla mientras el gitano consiguió apuñalarlo en el lomo, el otro gitano se abalanzó tratando de darle una patada pero "Colorado" se agarró a su tobillo desgarrándo toda la carne que caía entre sus fauces y el otro gitano gritaba como un loco, el del cuchillo volvió a apuñalar a mi perro y al agacharse le mordió en la cara arrancándole un trozo de pómulo para volver a masticar al gitano del tobillo en los brazos que había caido al suelo.
Colorado, en un momento, se puso entre yo y los gitanos, había recuperado la bici, y colorado gruñía loco de rabia, con todos los pelos herizados y las fauces llenas de sangre, los gitanos aterrados y al grito de "corre primo" escaparon corriendo hacia unas casetas (uno de ellos a la pata coja que tuvo que ser ayudado por el otro), cuando desaparecieron de la vista, Colorado se tranquilizo y se tumbó en el suelo dando gemiditos, sangraba mucho por dos agujeros que tenía en el costado y no podía levantarse, como pude lo monté encima de la bici y llorando conseguí llegar a la casa de mi abuelo, sangrando por la nariz y con la ropa llena de polvo y de sangre mia y del perro.
Mi abuela se llevó un disgusto enorme y mi abuelo me preguntó que había pasado, se lo conté, cojió a colorado, fue la primera vez que lo vi tocar a uno de los perros, le dió unas palmaditas en el lomo, le limpió las heridas y se las cosió, esa noche se dejó que el perro durmiese en el salón, los otros tres perros no se movieron de la puerta de casa, como esperando a ver que había pasado, como si lo supiesen, al día siguiente el perro murió.
Mi abuelo me pidió detalles sobre como eran los que habían sido, salió de la casa, se puso su boina (porque mi abuelo llevaba boina) y cuando salía por la puerta de la calle dijo "vamos perro" y el pastor alemán, que jamás había salido de la casa, corrió a ponerse a su lado. Volvieron un par de horas despues y le dijo a mi abuela que "todo estaba arreglado"... envolvió a colorado en un saco y lo enterramos en la parte de atrás, donde descansaban los restos de otros perros anteriores a los que estaban.
Yo lloraba como un loco de pena, cuando mi abuelo hecho la última palada de tierra se me quedó mirando, yo lloraba a moco tendido, las lágrimas caían por mis mejillas, mi abuelo levantó la mano y me dio un soplamocos con la mano abierta que me secó la cara con la onda expansiva del ostiazo y me dijo algo que recordaré toda la vida:
Un perro es un perro, trátalo con respeto y tendrás su respeto, dale lágrimas y te morderá la mano... se fue hacia la casa, dió unos pasos y se volvió y dijo, si vuelves a salir llévate al tuerto y no vuelvas por las casetas.
El tuerto era el perro con el que iba a cazar que tenía un ojo chungo... mi abuela vino corriendo gritandole a mi abuelo que era un bruto y cuando se cruzaron le pegó con un trapo que siempre llevaba a la cintura, me cogió de la mano y me llevó a la cocina a darme leche, chocolate y muchos besos.
Años despues, cuando murió mi abuelo, mi abuela me contó que mi abuelo cogió a Colorado para que no fuese yo solo por los campos, esa era su misión, había unos gitanos que se asentaban por la zona en verano (cosas del trabajo en el campo) que estaban relacionados con diferentes robos y mierdas varias, ese día mi abuelo se plantó solo con el pastor alemán en las casetas donde vivían y habló con los padres de los gitanos llegando al acuerdo de que no se me viese por allí y cuando ellos estubiesen, según tengo entendido los gitanos que intentaron llevarse la bici se llevaron una buena reprimenda y cicratices de por vida... mi abuelo tenía cierta fama, era el puto clint eastwood de la espania profunda pero con boina.
Esta historia siempre me ha hecho reflexionar sobre la relación de los perros y otros animales con los humanos, mi abuelo tenía perros, un pastor tiene perros, un marinero tenía gato para que se comiese las ratas, los animales domésticos han tenido una misión natural a lo largo de la historia y ahora se les tiene sin más, para cumplimentar las carencias de las personas, la mayoría de subnormales que tienen perro, gato o loro no tienen un animal, tienen una mascota.
Un animal tiene que ser respetado, desde el día que le enseñas su tarea (gatos, perros, caballos,...) hasta el día que lo sacrificas para comértelo (gallinas, cerdos, vacas,...) y a una mascota no se la respeta, las mascotas son animales extresados, sin otro fin en la vida que complacer sentimentalmente a sus dueños...
¿Cuantos anormales que van a las manifestaciones antiracistas miran catálogos de perros buscando una raza u otra comentando la de pedrigee que tiene su animal disfrazado porque es halloween para sacarles fotitos y comentar en las redes sociales?... ¿Cuantos gilipollas meten a sus animales en pisos diminutos condenándolos a una vida de aguantarse los meados y los cagados a los caprichos de nuestro horario laboral?... ¿Cuantas mezclas de perros para conseguir una raza muy estética pero condenados desde cachorros a llevar una vida miserable con problemas físicos pero muy monos en las fotos?.
Se dice que la humanidad de una sociedad se mide por como trata a sus animales, lo dicen gentes que llaman a sus perros "kukis" y les hablan como niños pequeños dándoles besitos en el hocico, y tienen razón, como tratamos a los animales nos define perfectamente, una sociedad decadente poblada por putos subnormales desequilibrados.
Al toro se le respeta, no hay torero que no respete al toro, no hay pastor que no respete a su perro, no hay jinete que no respete a su caballo, un ganadero respeta a sus vacas, los putos gatos van a su bola y solo les puedes enseñar un sitio en donde vivir... todos vosotros, hijos de puta, que tenéis mascotas no respetais a los animales, suplen vuestras cadencias, inseguridades y gilipolleces varias, les chupais la vida de una forma egoista, jamás sabréis lo que es ganarse el respeto de un animal como lo hacía mi abuelo y tantos otros lo hacen todavía hoy.
Por no hablar de los gilipollas que tienen serpientes, arañas o peces entre cristales, los anormales profundos que buscan animales exóticos para tener en casa en una puta jaula... ¿En que cabeza cabe eso?... solo en una sociedad enferma y decadente... subnormales todos.
Y los que tienen gato son todavía un grado más de subnormales.
Un verano, que mis padres me dejaban, me encontré que mi abuelo había incorporado un cachorro a la colección, feo como un demonio, con un pelo de cada color pero que le hacían tener un tono rojízo en el lomo, un perro mil leches, los ojos también lo tenía uno de cada color, no he visto semejante mezcla de razas en mi vida... fue el único perro que entró en casa, mi abuelo gruñía al verme jugar con el y mi abuela lo reñía con un "deja al chico que juegue".
Los años pasaron y el perro creció, yo tendría unos 8 o 9 años y el perro unos 4, vivía en la planta de abajo, (era una casa grande de campo con una entreplanta con varios patios para los quehaceres del campo) en la casa con mi abuela cuando mi abuelo se iba a sus quehaceres, pero seguí la tónica habitual de los otros y mi abuelo también lo llamaba perro.
Cuando de niños íbamos a hacer el canelón por el campo, porque jugábamos a tirarnos piedras y a darnos ostias con palos (así era la espania rural putos pijos de ciudad) y raro era el día que no llegabas lleno de arañazos y sangrando. Mis padres me regalaron una bicicleta, una puta mierda, pero era mía y cada vez que me iba a pasear con la bici mi abuelo me decía "llévate al perro colorado" y se venía conmigo, se podría decir que "colorado" era mi perro, todo lo que un perro puede ser de una persona, mi abuelo siempre insistía en que me llevase al perro colorado en mis paseos por los campos con esa puta mierda de bicicleta.
"Colorado" iba a su pedo desaparecía entre los árboles y los campos para luego aparecer al rato... un buen día que me alejé más de lo normal explorando el entorno del pueblo me encontré con dos gitanos mayores que yo pero jóvenes, me pegaron un tortazo y me quitaron la bici, cuando loco de rabia traté de devolver el golpe y recuperar mi bicleta me volvieron a pegar y acabé llorando sentado en el suelo, lleno de rabia e impotencia al ver como uno de ellos sacaba una navaja y me amenazaba con rajarme haciendo amagos de apuñalarme.
"Colorado" aparecio de la nada y se tiró contra el del cuchillo mordiéndole en el brazo, loco de rabia, mi perro lo solto cuando el gitano consiguió levantar el brazo mientras la sangre brotaba a borbotones para a continuación morderle la pantorrilla mientras el gitano consiguió apuñalarlo en el lomo, el otro gitano se abalanzó tratando de darle una patada pero "Colorado" se agarró a su tobillo desgarrándo toda la carne que caía entre sus fauces y el otro gitano gritaba como un loco, el del cuchillo volvió a apuñalar a mi perro y al agacharse le mordió en la cara arrancándole un trozo de pómulo para volver a masticar al gitano del tobillo en los brazos que había caido al suelo.
Colorado, en un momento, se puso entre yo y los gitanos, había recuperado la bici, y colorado gruñía loco de rabia, con todos los pelos herizados y las fauces llenas de sangre, los gitanos aterrados y al grito de "corre primo" escaparon corriendo hacia unas casetas (uno de ellos a la pata coja que tuvo que ser ayudado por el otro), cuando desaparecieron de la vista, Colorado se tranquilizo y se tumbó en el suelo dando gemiditos, sangraba mucho por dos agujeros que tenía en el costado y no podía levantarse, como pude lo monté encima de la bici y llorando conseguí llegar a la casa de mi abuelo, sangrando por la nariz y con la ropa llena de polvo y de sangre mia y del perro.
Mi abuela se llevó un disgusto enorme y mi abuelo me preguntó que había pasado, se lo conté, cojió a colorado, fue la primera vez que lo vi tocar a uno de los perros, le dió unas palmaditas en el lomo, le limpió las heridas y se las cosió, esa noche se dejó que el perro durmiese en el salón, los otros tres perros no se movieron de la puerta de casa, como esperando a ver que había pasado, como si lo supiesen, al día siguiente el perro murió.
Mi abuelo me pidió detalles sobre como eran los que habían sido, salió de la casa, se puso su boina (porque mi abuelo llevaba boina) y cuando salía por la puerta de la calle dijo "vamos perro" y el pastor alemán, que jamás había salido de la casa, corrió a ponerse a su lado. Volvieron un par de horas despues y le dijo a mi abuela que "todo estaba arreglado"... envolvió a colorado en un saco y lo enterramos en la parte de atrás, donde descansaban los restos de otros perros anteriores a los que estaban.
Yo lloraba como un loco de pena, cuando mi abuelo hecho la última palada de tierra se me quedó mirando, yo lloraba a moco tendido, las lágrimas caían por mis mejillas, mi abuelo levantó la mano y me dio un soplamocos con la mano abierta que me secó la cara con la onda expansiva del ostiazo y me dijo algo que recordaré toda la vida:
Un perro es un perro, trátalo con respeto y tendrás su respeto, dale lágrimas y te morderá la mano... se fue hacia la casa, dió unos pasos y se volvió y dijo, si vuelves a salir llévate al tuerto y no vuelvas por las casetas.
El tuerto era el perro con el que iba a cazar que tenía un ojo chungo... mi abuela vino corriendo gritandole a mi abuelo que era un bruto y cuando se cruzaron le pegó con un trapo que siempre llevaba a la cintura, me cogió de la mano y me llevó a la cocina a darme leche, chocolate y muchos besos.
Años despues, cuando murió mi abuelo, mi abuela me contó que mi abuelo cogió a Colorado para que no fuese yo solo por los campos, esa era su misión, había unos gitanos que se asentaban por la zona en verano (cosas del trabajo en el campo) que estaban relacionados con diferentes robos y mierdas varias, ese día mi abuelo se plantó solo con el pastor alemán en las casetas donde vivían y habló con los padres de los gitanos llegando al acuerdo de que no se me viese por allí y cuando ellos estubiesen, según tengo entendido los gitanos que intentaron llevarse la bici se llevaron una buena reprimenda y cicratices de por vida... mi abuelo tenía cierta fama, era el puto clint eastwood de la espania profunda pero con boina.
Esta historia siempre me ha hecho reflexionar sobre la relación de los perros y otros animales con los humanos, mi abuelo tenía perros, un pastor tiene perros, un marinero tenía gato para que se comiese las ratas, los animales domésticos han tenido una misión natural a lo largo de la historia y ahora se les tiene sin más, para cumplimentar las carencias de las personas, la mayoría de subnormales que tienen perro, gato o loro no tienen un animal, tienen una mascota.
Un animal tiene que ser respetado, desde el día que le enseñas su tarea (gatos, perros, caballos,...) hasta el día que lo sacrificas para comértelo (gallinas, cerdos, vacas,...) y a una mascota no se la respeta, las mascotas son animales extresados, sin otro fin en la vida que complacer sentimentalmente a sus dueños...
¿Cuantos anormales que van a las manifestaciones antiracistas miran catálogos de perros buscando una raza u otra comentando la de pedrigee que tiene su animal disfrazado porque es halloween para sacarles fotitos y comentar en las redes sociales?... ¿Cuantos gilipollas meten a sus animales en pisos diminutos condenándolos a una vida de aguantarse los meados y los cagados a los caprichos de nuestro horario laboral?... ¿Cuantas mezclas de perros para conseguir una raza muy estética pero condenados desde cachorros a llevar una vida miserable con problemas físicos pero muy monos en las fotos?.
Se dice que la humanidad de una sociedad se mide por como trata a sus animales, lo dicen gentes que llaman a sus perros "kukis" y les hablan como niños pequeños dándoles besitos en el hocico, y tienen razón, como tratamos a los animales nos define perfectamente, una sociedad decadente poblada por putos subnormales desequilibrados.
Al toro se le respeta, no hay torero que no respete al toro, no hay pastor que no respete a su perro, no hay jinete que no respete a su caballo, un ganadero respeta a sus vacas, los putos gatos van a su bola y solo les puedes enseñar un sitio en donde vivir... todos vosotros, hijos de puta, que tenéis mascotas no respetais a los animales, suplen vuestras cadencias, inseguridades y gilipolleces varias, les chupais la vida de una forma egoista, jamás sabréis lo que es ganarse el respeto de un animal como lo hacía mi abuelo y tantos otros lo hacen todavía hoy.
Por no hablar de los gilipollas que tienen serpientes, arañas o peces entre cristales, los anormales profundos que buscan animales exóticos para tener en casa en una puta jaula... ¿En que cabeza cabe eso?... solo en una sociedad enferma y decadente... subnormales todos.
Y los que tienen gato son todavía un grado más de subnormales.