Manolito
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- 13 Ene 2005
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Hola enemigos de la cortesía, estos últimos días he estado en un país de Europa que linda con España por el norte y no es Andorra.
Entre otras cosas allí he visto que, en su idioma, tienen palabras superchanantes que ni antes de partir ni a mi vuelta he podido oir en Spainisdiferent. Allá es fácil escuchar a un dependiente o camarero decir al verte entrar a su comercio "buenos días", "¿podría ayudarle?" y cosas así, también les escuché darme las gracias al comprar algo o simplemente por haber visitado su tienda, incluso me dijeron algo curiosísimo: "Bone journee" que viene a significar "que tenga un buen día". Impresionante.
Aparte de esas cosas pude ver como conductores me agradecían, igual que los peatones el haberles cedido el paso. Pero además lo hacían con una sonrisa y sin bajar la cabeza como avergonzados. Y fui feliz.
Tras estas maravillosas y educadísimas jornadas me tocó a mi querida España, esta España mía, esta España nuestra para darme de bruces con la realidad.
La gente da verdadero asco. En la primera parada que hice en una gasolinera de Gerona había un cliente italiano al que la tarjeta de crédito debía darle algún error (seguramente pedía el PIN), respuesta de la foca-dependienta: "No vale". Sin más, sin concesiones, hijaputa.
Al día siguiente compré el periódico en un quiosco de Tarragona, estoy esperando los buenos días, el adiós y que el cerdo de detrás del mostrador se digne a levantar su fea cara de la revista que estaba ojeando. A partir de ahí podeis imaginar el resto.
Gracias por su atención, para los que han entrado pensando que era una crónica de la peli de Almodovar les dejo un fotograma de la misma:
Que pasen un muy feliz día.
Entre otras cosas allí he visto que, en su idioma, tienen palabras superchanantes que ni antes de partir ni a mi vuelta he podido oir en Spainisdiferent. Allá es fácil escuchar a un dependiente o camarero decir al verte entrar a su comercio "buenos días", "¿podría ayudarle?" y cosas así, también les escuché darme las gracias al comprar algo o simplemente por haber visitado su tienda, incluso me dijeron algo curiosísimo: "Bone journee" que viene a significar "que tenga un buen día". Impresionante.
Aparte de esas cosas pude ver como conductores me agradecían, igual que los peatones el haberles cedido el paso. Pero además lo hacían con una sonrisa y sin bajar la cabeza como avergonzados. Y fui feliz.
Tras estas maravillosas y educadísimas jornadas me tocó a mi querida España, esta España mía, esta España nuestra para darme de bruces con la realidad.
La gente da verdadero asco. En la primera parada que hice en una gasolinera de Gerona había un cliente italiano al que la tarjeta de crédito debía darle algún error (seguramente pedía el PIN), respuesta de la foca-dependienta: "No vale". Sin más, sin concesiones, hijaputa.
Al día siguiente compré el periódico en un quiosco de Tarragona, estoy esperando los buenos días, el adiós y que el cerdo de detrás del mostrador se digne a levantar su fea cara de la revista que estaba ojeando. A partir de ahí podeis imaginar el resto.
Gracias por su atención, para los que han entrado pensando que era una crónica de la peli de Almodovar les dejo un fotograma de la misma:
Que pasen un muy feliz día.
