En mis andanzas y aventuras en el mundo de la prostitución, he sacado ciertas conclusiones que me gustaría exponer aquí.
Resulta que ese ambiente se mueve influenciado bastante por soplones y chivatas. Las peleas, las decepciones, las ingratitudes, los dardos envenedados que te lanzan, etc, son algo de lo que uno es muy difícil librarse a lo largo de su vida. En algunos momentos produce vértigo acordarse de las personas dejadas en el camino, generalmente porque la amistad ha dado paso a la enemistad. Lo que muchas veces parece imposible es que se borre de la existencia y ello se te queda "pegado", por mucho que uno pase a hacer caso omiso de él o lo evite.
Así pues, la impresión resultante es que veo existe una especie de "comunicación" entre el entorno puteril y tu entorno. Que lo mismo pueden ser antiguos compañeros del trabajo o ciertos vecinos o gente de la barriada que son los que informan a las lumis con el objetivo de mantenerlas condicionadas a algo que quieren ("hasta que no te hagas amigo de él", "cuando veamos que se le quite el miedo", etc).
Es decir, es como si estuviesen unidos por la MISMA MENTE que es la que dirige el tema.
Naturalmente, también hay comunicación entre las mismas putas y gente exterior fuera del puticlub. Por ejemplo, caso de declararte a una puta que te gusta, ésta se chiva y ya se enteran las marujas rancias de tu entorno, señal de falta de empatía y respeto de la misma puta porque no ha sabido o no ha querido quedarse callada.
Muchas veces cuando meten la gamba o ven que su estrategia les sale al revés, suelen desaparecer ambos, es decir, la puta y la misma maruja receptora de la información. A veces, la desaparición es por un tiempo, otras es para siempre (así que olvídate de esa puta).