Las tias ya no se relacionan en las discotecas con nadie.

Yo dejé de ir bien pronto a las discotecas. Los "amigos" con los que salía tenían la sanísima costumbre de pedirse algo para beber, meterse en el centro de todo el meollo, donde apenas se podía uno mover, y quedarse allí quietos pegando pequeños sorbos a sus bebidas. Y ese era su gran momento de la semana. Un puto asco.

Empecé a salir solo, pero fuera solo o acompañado, me dí cuenta de la cruda realidad: yo era el extra.

Podéis ver una película, mala, regular, o una película cojonuda, de las buenas. En esas películas, sean los que sean, siempre estarán los extras, y siempre tienen la misma importancia: hacer de relleno para crear ambiente.

Pues eso era yo, el puto extra de la película de los que ligaban y follaban cada fin de semana, el que creaba ambiente. Así que decidí, tras darme cuenta que las cosas son como son, y que ninguna actitud o comportamiento puede hacerte más alto, más guapo y estar más bueno que los demás, convertirme en el protagonista de mi propia película.

Sería una película de bajo presupuesto, hecha con cuatro duros, pero aun así subiría de categoría: de extra a actor principal.

La mejor decisión que tomé en mi vida. Me cambió hasta el ánimo. Dejó de importarme lo que la gente pensara de mi, y por supuesto me di cuenta que las vidas de esos que yo creía triunfadores en realidad no dejaba de ser una puta mierda de vida. A la postre es una vida vacía que al final no deja ninguna recompensa salvo amargura por los buenos momentos pasados que ya a partir de los cuarenta no se volverán a repetir jamás. Y de las tías buenas que se estrellan contra el muro ni os cuento...

Total, que si, que ya nadie liga. Pues vale, bienvenidos a mi mundo, poneos cómodos y disfrutad la vida, que no es para tanto.
 
Efectivamente. Nunca me gustaron las discotecas: lugares horribles, desechados, chabacanos, de mal gusto en fin...
 
Yo dejé de ir bien pronto a las discotecas. Los "amigos" con los que salía tenían la sanísima costumbre de pedirse algo para beber, meterse en el centro de todo el meollo, donde apenas se podía uno mover, y quedarse allí quietos pegando pequeños sorbos a sus bebidas. Y ese era su gran momento de la semana. Un puto asco.

Empecé a salir solo, pero fuera solo o acompañado, me dí cuenta de la cruda realidad: yo era el extra.

Podéis ver una película, mala, regular, o una película cojonuda, de las buenas. En esas películas, sean los que sean, siempre estarán los extras, y siempre tienen la misma importancia: hacer de relleno para crear ambiente.

Pues eso era yo, el puto extra de la película de los que ligaban y follaban cada fin de semana, el que creaba ambiente. Así que decidí, tras darme cuenta que las cosas son como son, y que ninguna actitud o comportamiento puede hacerte más alto, más guapo y estar más bueno que los demás, convertirme en el protagonista de mi propia película.

Sería una película de bajo presupuesto, hecha con cuatro duros, pero aun así subiría de categoría: de extra a actor principal.

La mejor decisión que tomé en mi vida. Me cambió hasta el ánimo. Dejó de importarme lo que la gente pensara de mi, y por supuesto me di cuenta que las vidas de esos que yo creía triunfadores en realidad no dejaba de ser una puta mierda de vida. A la postre es una vida vacía que al final no deja ninguna recompensa salvo amargura por los buenos momentos pasados que ya a partir de los cuarenta no se volverán a repetir jamás. Y de las tías buenas que se estrellan contra el muro ni os cuento...

Total, que si, que ya nadie liga. Pues vale, bienvenidos a mi mundo, poneos cómodos y disfrutad la vida, que no es para tanto.

Usted y yo parecemos un calco.
 
Yo dejé de ir bien pronto a las discotecas. Los "amigos" con los que salía tenían la sanísima costumbre de pedirse algo para beber, meterse en el centro de todo el meollo, donde apenas se podía uno mover, y quedarse allí quietos pegando pequeños sorbos a sus bebidas. Y ese era su gran momento de la semana. Un puto asco.

Empecé a salir solo, pero fuera solo o acompañado, me dí cuenta de la cruda realidad: yo era el extra.

Podéis ver una película, mala, regular, o una película cojonuda, de las buenas. En esas películas, sean los que sean, siempre estarán los extras, y siempre tienen la misma importancia: hacer de relleno para crear ambiente.

Pues eso era yo, el puto extra de la película de los que ligaban y follaban cada fin de semana, el que creaba ambiente. Así que decidí, tras darme cuenta que las cosas son como son, y que ninguna actitud o comportamiento puede hacerte más alto, más guapo y estar más bueno que los demás, convertirme en el protagonista de mi propia película.

Sería una película de bajo presupuesto, hecha con cuatro duros, pero aun así subiría de categoría: de extra a actor principal.

La mejor decisión que tomé en mi vida. Me cambió hasta el ánimo. Dejó de importarme lo que la gente pensara de mi, y por supuesto me di cuenta que las vidas de esos que yo creía triunfadores en realidad no dejaba de ser una puta mierda de vida. A la postre es una vida vacía que al final no deja ninguna recompensa salvo amargura por los buenos momentos pasados que ya a partir de los cuarenta no se volverán a repetir jamás. Y de las tías buenas que se estrellan contra el muro ni os cuento...

Total, que si, que ya nadie liga. Pues vale, bienvenidos a mi mundo, poneos cómodos y disfrutad la vida, que no es para tanto.

Yo tambien me parezco a Ud. Ahora me limito, a trabajar, estudiar por hobye lo que me apetece, ver 4 peliculas, y hacer lo que me place, un dia playa otro montaña...
Al final sales ganando. a final ganas tiempo y dinero. Mis amigos estan casi todos emparejados así que yo a mi rollo. Y la conclusión final es que conforme te vas haciendo mayor, solo quedan las mujeres que suelen tener algun tipo de problema o transtorno mental, o aquellas con las que uno es incapaz de llevar una conversación.
 
Yo dejé de ir bien pronto a las discotecas. Los "amigos" con los que salía tenían la sanísima costumbre de pedirse algo para beber, meterse en el centro de todo el meollo, donde apenas se podía uno mover, y quedarse allí quietos pegando pequeños sorbos a sus bebidas. Y ese era su gran momento de la semana. Un puto asco.

Empecé a salir solo, pero fuera solo o acompañado, me dí cuenta de la cruda realidad: yo era el extra.

Podéis ver una película, mala, regular, o una película cojonuda, de las buenas. En esas películas, sean los que sean, siempre estarán los extras, y siempre tienen la misma importancia: hacer de relleno para crear ambiente.

Pues eso era yo, el puto extra de la película de los que ligaban y follaban cada fin de semana, el que creaba ambiente. Así que decidí, tras darme cuenta que las cosas son como son, y que ninguna actitud o comportamiento puede hacerte más alto, más guapo y estar más bueno que los demás, convertirme en el protagonista de mi propia película.

Sería una película de bajo presupuesto, hecha con cuatro duros, pero aun así subiría de categoría: de extra a actor principal.

La mejor decisión que tomé en mi vida. Me cambió hasta el ánimo. Dejó de importarme lo que la gente pensara de mi, y por supuesto me di cuenta que las vidas de esos que yo creía triunfadores en realidad no dejaba de ser una puta mierda de vida. A la postre es una vida vacía que al final no deja ninguna recompensa salvo amargura por los buenos momentos pasados que ya a partir de los cuarenta no se volverán a repetir jamás. Y de las tías buenas que se estrellan contra el muro ni os cuento...

Total, que si, que ya nadie liga. Pues vale, bienvenidos a mi mundo, poneos cómodos y disfrutad la vida, que no es para tanto.

:flipao: Grandes palabras y mejor reflexión Sr Darkiano. Lo importante es vivir tú vida, no la de los demás.

La realidad tiene poco que ver con las películas. Personalmente me la pela que se ligue actualmente en las discos o no; hace más de 25 años que dejé de ir. Pasa lo que pasa siempre en una sociedad libre dónde hay más hombres necesitados que mujeres. Te toman el pelo y ellas se suben su ego.

Que usted lo pase bien.
 
Supongo que el primer día que acabe la cuarentena todo estará a reventar
 
Se sigue ligando en todos sitios, discos, apps, karaoke...porque siempre habrá tíos que quieren follar y por lo tanto intentan ligar....otra cosa es el porcentaje de reparto de los sitios donde mas se liga.
 
Está claro que en estos meses todo será muy perjudicial para los negocios que dependan de JUNTAR A GRANDES CANTIDADES DE GENTE : restaurantes, bares, discotecas, gimnasios, cines, cruceros, centros comerciales, etc.

Por lo tanto, el que quiera ligar tendrá que procurarse lugares distintos (por ejemplo, una pescadería).
 
Está claro que en estos meses todo será muy perjudicial para los negocios que dependan de JUNTAR A GRANDES CANTIDADES DE GENTE : restaurantes, bares, discotecas, gimnasios, cines, cruceros, centros comerciales, etc.

Por lo tanto, el que quiera ligar tendrá que procurarse lugares distintos (por ejemplo, una pescadería).
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De un tiempo a esta parte, el título de este hilo me parece ¡especialmente adecuado. tenía que decirlo...
 
Yo dejé de ir bien pronto a las discotecas. Los "amigos" con los que salía tenían la sanísima costumbre de pedirse algo para beber, meterse en el centro de todo el meollo, donde apenas se podía uno mover, y quedarse allí quietos pegando pequeños sorbos a sus bebidas. Y ese era su gran momento de la semana. Un puto asco.
Re
Empecé a salir solo, pero fuera solo o acompañado, me dí cuenta de la cruda realidad: yo era el extra.

Podéis ver una película, mala, regular, o una película cojonuda, de las buenas. En esas películas, sean los que sean, siempre estarán los extras, y siempre tienen la misma importancia: hacer de relleno para crear ambiente.

Pues eso era yo, el puto extra de la película de los que ligaban y follaban cada fin de semana, el que creaba ambiente. Así que decidí, tras darme cuenta que las cosas son como son, y que ninguna actitud o comportamiento puede hacerte más alto, más guapo y estar más bueno que los demás, convertirme en el protagonista de mi propia película.

Sería una película de bajo presupuesto, hecha con cuatro duros, pero aun así subiría de categoría: de extra a actor principal.

La mejor decisión que tomé en mi vida. Me cambió hasta el ánimo. Dejó de importarme lo que la gente pensara de mi, y por supuesto me di cuenta que las vidas de esos que yo creía triunfadores en realidad no dejaba de ser una puta mierda de vida. A la postre es una vida vacía que al final no deja ninguna recompensa salvo amargura por los buenos momentos pasados que ya a partir de los cuarenta no se volverán a repetir jamás. Y de las tías buenas que se estrellan contra el muro ni os cuento...

Total, que si, que ya nadie liga. Pues vale, bienvenidos a mi mundo, poneos cómodos y disfrutad la vida, que no es para tanto.

Me encanta que hayas puesto "amigos" de esa forma. De mi época de discotecas no queda absolutamente nadie que me importe hoy en día. Ligar en discotecas siempre ha sido cringe para las chicas, que a menos que fuesemos en manadas con el propósito específico de ligarnos chicos en una noche en particular, solo ibamos a bailar; eso parece ser un secreto sumarial para los hombres, a las mujeres les gusta salir a bailar. Es diferente para los hombres, no van a discotecas por la música.

Eso de pararse en medio de la discoteca a darle sorbitos al trago, o de pararse cerca de una chica que te llamó la atención, pero que ya está bailando con otro tío, para esperar a que termine una canción y ver si la pillas, también es cringe. Y realmente, la actitud sí puede hacerte más atractivo que los demás: si te vistes con ropa que te quede bien, tienes hábitos de higiene notables, y procuras no ser una bola de grasa, alguna chica te va a encontrar atractivo siempre. Es solo que la tenue luz de las discotecas no facilita el ambiente apropiado para eso, y tampoco para tener relaciones duraderas. Nunca enamorarse de personas que conoces en discotecas es la regla de oro.

Lo único fácil de la vida de discotecas es obtener ETS, alcoholismo, y adicción a drogas duras. Si quieren ligar, Tinder es el lugar, al menos durante la cuarentena :lol:. También ayuda ser una persona con opiniones bien formadas que no tenga miedo a expresarlas.
 
Última edición:
Jamás ligué en una discoteca, pillar si, bastante, pero en plan primario, pasados, acercarse y amorrarse. Sin ir cocido solo remataba, después de conocerlas en bares o por ahi lo tipico de, donde acabais, en tal, bueno pues a ver si luego nos vemos, venga, si si bien y si no, nada. Asi de entrar en frio y tener que ligar con conversación creo que alguna vez, pero no era una táctica frecuente.
 
También ayuda ser una persona con opiniones bien formadas que no tenga miedo a expresarlas.
Eso es verdad: yo siempre he ligado rompiendo el hielo con un: "pues yo creo que Hitler lo hizo bien, pero no le dejaron los intolerantes de los estados sionistas de América ir más allá".
Mano de santo.
 
Última edición:
Eso es verdad: yo siempre he ligado rompiendo el hilo con un: "pues yo creo que Hitler lo hizo bien, pero no le dejaron los intolerantes de los estados sionistas de América ir más allá".
Mano de santo.
En Oviedo seguro que sí. Sois gente de horden, como los de Santander pero más subnormales. Dame un abrazo.
 
Jamás ligué en una discoteca, pillar si, bastante, pero en plan primario, pasados, acercarse y amorrarse. Sin ir cocido solo remataba, después de conocerlas en bares o por ahi lo tipico de, donde acabais, en tal, bueno pues a ver si luego nos vemos, venga, si si bien y si no, nada. Asi de entrar en frio y tener que ligar con conversación creo que alguna vez, pero no era una táctica frecuente.
No es lo mismo "amorrarse" o "enamorrarse".... o sí...
 
Yo siempre odié las discotecas. Pero es que en tiempos del pleistoceno no había otra opción, no como los jóvenes de ahora, que entre Tinder, Badoo y demás mierdas lo tenéis muy fácil para mentir.

Yo utilizaba varias técnicas a cual más lamentable y asquerosa (alguna vez funcionó).

  • Llavero de mercedes (para llevar las llaves de mi flamante Opel Kadett 1.6 GLS gris metalizado), que a veces se caía al suelo de forma "fortuita" causando estupor y palmas en el coño de la parroquia femenina. Funcionó.
  • Viernes, cada cierto tiempo, ir a un sitio pijo de Barcelona llamado Green en la Diagonal. Nos hacíamos la coleta y nos poníamos colonia, y con dos cojones nos poníamos americana y corbata. Alguna japonesa, hija de directivo de SONY calló y fue percutida en el Opel Kaddet.
  • Ir con pintas de delincuente, decir que era músico y que había estado de gira. Esta jamás funcionó.
  • Entrar a la discoteca borracho como una cuba con gafas de sol rollo Lorenzo Lamas. No funcionó.
  • Con 20 años, ir a las sesiones light que daban los domingos por la tarde borracho como una cuba. Funcionó.
  • Hacer el puto mongol, alumbrando la noche con un paquete de galletas para llamar su atención. Funcionó.
  • Ir a por la más asquerosa del grupo. Siempre funcionó.
 
El Tinder es lo mejor que nos ha pasado.
 
Y la cerveza!!! Mucho mejor, mas barata, inmediata y accesible, nunca dice que no...y si te apetece no tienes que convencerla!!
 
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