EL IDILIO ENTRE EL ISLAM Y LA IZQUIERDA ESPAÑOLA SE CONSOLIDA
Llamazares medita abrazar
la religión musulmana,
según un político marroquí
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Gaspar Llamazares, coordinador general de Izquierda Unida, vive desde hace meses en una encrucijada espiritual que le puede llevar a abrazar el Islam, según ha adelantado a Alerta Digital el diputado y presidente de la Comisión de Amistad Hispano Marroquí en el Parlamento de Rabat, Yahia Yahia, uno de los políticos del vecino Reino que mejores contactos tiene con sus homónimos españoles. Al parecer, la conversión de Llamazares al Islam ha sido uno de los secretos mejor guardados dentro de su entorno. Yahia comentó a nuestro periódico que, según sus informaciones, Llamazares habría sido aleccionado doctrinalmente y durante meses por una de las principales autoridades que la religión musulmana tiene en España. Apunta la misma fuente que durante meses "y con asesoramiento experto", Llamazares ha estudiado y meditado sobre el Corán y sobre numerosísimos tratados religiosos que "le han podido llevar", según el propio Yahia, “a encontrar la paz interior que todo ser humano busca”. “Es corriente”, prosigue, “que muchos comunistas europeos terminen abrazando la fe musulmana”. En ese sentido apunta un dato sin duda terminante: el 70 por ciento de los españoles convertidos al Islam en los últimos 15 años procede de organizaciones pertenecientes a la izquierda radical o a grupúsculos antisistema.
El compromiso de Gaspar Llamazares por la religión fundada por Mahoma hace 1.500 años se puso de manifiesto tras conocerse la carta dirigida al Papa por Mansur Escudero, líder de la Junta Islámica Española, solicitando un “lugar ecuménico singular” en este emplazamiento.
Llamazares resaltó en declaraciones a Europa Press que en una «instalación» religiosa tan importante como esta, “donde ha habido distintas confesiones, no debería haber problema», desde una visión “abierta”, para que junto con la confesión católica, también la musulmana tuviera un «ámbito de participación”. Incluso Llamazares fue más allá que la propia regidora de Córdoba, la también comunista Rosa Aguilar, al animar a los musulmanes a que utilizaran la catedral-mezquita cordobesa para sus rezos. Claro que si se hubiese planteado la cuestión en términos inversamente proporcionales; es decir, la utilización por parte de los cristianos turcos de la mezquita de Santa Sofía (antigua catedral ortodoxa), es más que probable que el punto de vista de Llamazares no hubiese sido el mismo.
Mientras Llamazares consideraba que la utilización de la mezquita de Córdoba como lugar de rezo por los musulmanes era una opción “legítima” porque la pluriconfesionalidad y la aconfesionalidad hay que “ejercerlas”, la regidora cordobesa se refirió al “respaldo la pluriconfesionalidad de la Constitución” de forma escueta, eludiendo cualquier otro tipo de comentario. Hasta en dos ocasiones, y curiosamente tras dos movimientos de ficha en la misma dirección del presidente de la Junta Islámica de España, el ex comunista Mansur Escudero, Aguilar frustró dos iniciativas de una concejal y un diputado autonómico andaluz de IU para pedir que se hicieran “gestiones” con el fin de abrir al culto islámico la catedral.
Esas contradicciones fueron aprovechadas por el grupo municipal popular. En febrero pasado, elevaron una moción al Pleno pidiendo que el Ayuntamiento rechazara este “ecumenismo”. IU y PSOE votaron en contra de los populares y sacaron adelante otra propuesta más blanda sin el respaldo de los ediles del PP: “respeto al diálogo entre confesiones sobre el asunto”. Por su parte, la Confederación Andaluza de Asociaciones de Padres de Alumnos Católicos (Confapa) se mostró contraria a la propuesta islámica. El presidente de este colectivo, Juan María del Pino, rechazó que se permita a los musulmanes españoles o a cualquier otra confesión que no sea la católica celebrar ritos o actos de culto público en la Mezquita-Catedral de Córdoba y comparó esta petición de la Junta Islámica de España con que "en una iglesia cristiana, levantada sobre un antiguo templo romano, se pretenda adorar a Minerva, Marte o Juno". En declaraciones a Europa Press, Del Pino señaló que “las iglesias católicas son sitios abiertos al culto que no piden ningún tipo de documento a las personas que acceden para recogerse en oración”. “Me gustaría que a la inversa pasara igual porque, salvo en Turquía, en el resto de países musulmanes -según dijo- la entrada a las mezquitas está vedada a los infieles”.
Fascinación comunista por el Islam
La fascinación por el Islam de los comunistas españoles no es nueva. Hace unos meses, el ex secretario general del PCE, Santiago Carrillo, manifestó en un programa televisivo que “el Islam era un poderosísimo instrumento revolucionario” contra los valores occidentales que representan los Estados Unidos. También en Alemania, la mayoría de los conversos al Islam eran en los años 60 y 70 simpatizantes y miembros activos de la organización Baader-Meinhof.
En Melilla y Ceuta, más del 90 por ciento de los militantes de la coalición que lidera Gaspar Llamazares, empezando por sus coordinadores generales, profesan la religión musulmana. Incluso un imám melillense fue candidato de la coalición izquierdista en las últimas elecciones municipales.
Por su parte, el consorcio entre Islam y organizaciones de la izquierda radical abertzale es tan manifiesto que incluso el Centro Nacional de Inteligencia trabaja en la hipótesis de que esas relaciones vayan “más allá” y alcancen a uno de los sectores más activos del ‘wahaabismo’saudí.
No menos esclarecedoras fueron las airadas protestas de Pedro Zerolo, miembro de la ejecutiva federal del PSOE, por las burlas que se hicieron al Islam en una coplilla carnavalesca en Ceuta. El responsable socialista de Asuntos Sociales llegó a pedir que la Justicia actuase en contra de los autores de la polémica letrilla. Zerolo, uno de los políticos del PSOE más beligerantes con el papel de la Iglesia católica, nada ha dicho aún sobre la ‘cuestión menor’ de que la homosexualidad esté castigada con la pena de muerte en al menos una decena de países oficialmente musulmanes. La conversión de Llamazares a la religión que en España profesa ya el 10 por ciento de la población sería en cualquier caso la crónica de un idilio largamente anunciado.
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