Sybil rebuznó:
No, no es un punto de vista, es un hecho objetivo y contrastable.
Sybil rebuznó:
Yo lo veo de otra manera:
Eso sí es un punto de vista. En ningún momento yo he dicho
"Según lo veo, la circuncisión es tal y la ablación es tal".
Sybil rebuznó:
la mujer islámica está de acuerdo con todo ello, sencillamente porque forma parte de sus creencias. La mujer islámica no cree que la ablación sea un sometimiento al hombre. No cree, tampoco, que el velo lo sea. No tienes más que leer los enlaces que he puesto repetidas veces ya.
Imagino que si la mujer islámica creyera o creyese que lapidarla por ser adúltera es correcto, deberíamos dejar que se hiciera, ¿no?
Me he leído los enlaces y vienen a corroborar lo que pienso, la alienación que sufre la mujer en el Islam es simplemente increíble.
Sybil rebuznó:
Para el occidental, esas prácticas podrán parecerle repugnantes.
No lo parecen, lo son. Lo son no porque no estemos acostumbrados a semejantes prácticas, sino por el significado que tienen para las que lo sufren, por mucho que ellas crean que es lo correcto.
Sybil rebuznó:
Aunque:
La circuncisión masculina en judíos no se hace por higiene. Pero está bien vista por los occidentales, a pesar de que la mayoría no necesita la circuncisión. Lo malo es que, además de ser en frecuentes casos una práctica innecesaria, la circuncisión masculina, en efecto, quita placer (que no lo elimina del todo), entre otras efectos secundarios indeseables que ahora no recuerdo.
Ahora mismo no, no se hace por higiene pues no es necesaria, pero el origen es ese, ni más ni menos. Y no tiene más efecto indeseable que la queratinización (endurecimiento) del glande, disminuyendo su sensibilidad (lo cual puede ser incluso una solución al tan común problema de la eyaculación precoz).
Sybil rebuznó:
A pesar de ello, está bien vista. ¿Entonces por qué la femenina es considerada una barbaridad?
Porque la mutilación genital femenina solamente busca limitar, de algún modo, el comportamiento sexual de la mujer. Intenta someterla al dictado del hombre (si no disfruta, no lo buscará, y así no me será infiel). Y por eso se lo considera una barbaridad.
Sybil rebuznó:
Ojo, yo considero que la ablación es algo extremo (de hecho, es el tipo de mutilación genital femenina que se practica en menor grado), y que se debe reservar sólo a chicas con edad suficiente como para entender qué es tal procedimiento.
En esto estamos de acuerdo. Si con 25 años yo decido cortarme la picha, es mi problema, y de nadie más. Pero dudo que niñas de 10 ó 12 años sepan qué coño les están haciendo cuando las espatarran en una mesa y les acercan una cuchilla oxidada a sus partes íntimas.
Sybil rebuznó:
Y pienso esto, precisamente porque algunas costumbres islámicas, mientras el/la islámico/a las acepte de buen grado, son positivas y no perjudican a nadie. En cambio, en el supuesto de que alguien fuerce a alguien a seguir una tradición que no le agrada o que no entiende aún cuáles son sus repercursiones finales, ahí SÍ QUE SE OFENDERÍA A LA MORAL OCCIDENTAL (yo entiendo por moral occidental lo que sale, por ejemplo, en la declaración universal de los derechos humanos -aunque soy consciente de que eso tiene más de utopía que de realidad, pero bueno, aquí estamos debatiendo supuestos-).
Pues yo soy de la opinión de que hay cosas que, aunque alguien las acepte de buen grado, no se pueden tolerar, porque convertimos la excepción en la regla, y una vez que se da un paso en esa dirección, es difícil por no decir imposible encontrar el punto justo en el que detenerse.
Sybil rebuznó:
Ahí sí que habría que intervenir. Ahí sí que HABRÍA QUE PONER LÍMITES.
Bien, eso es lo que estamos intentando hacer cuando pedimos a los alumnos que se descubran la cabeza en clase, independientemente de si llevan una gorra de los Yankees o un pañuelo.
Y aquí no se puede meter con calzador el caso del enfermo de cáncer, porque no lleva el pañuelo por gusto, precisamente. O, si nos empeñamos en meterlo, podemos llegar al extremo e impedir también que una persona minusválida que necesite de una silla de ruedas motorizada para moverse se tenga que quedar fuera del colegio porque en el recinto están prohibidos los vehículos motorizados.
No, no es lo mismo.
Sybil rebuznó:
¿Occidental, por qué? Si son moros, ellos piensan así. Pues fácil: porque están en Occidente, y en Occidente hay límites: Si estás de acuerdo con algo, hazlo, pero no perjudiques a alguien que no esté de acuerdo. Si no estás de acuerdo con algo, no lo hagas, pero no perjudiques a quien sí esté de acuerdo.
No se limita a una decisión personal. Vivimos en sociedad y debemos (ojo, debemos, no tenemos que) actuar de forma que nuestros actos afecten siempre al menor número posible de personas, pues somos responsables de esa convivencia. Y si las leyes del lugar en el que estoy dicen que no puedo llevar el velo, pues me lo quito, y a la vez voto a un partido político que quiera cambiar esa norma.
Así funciona la civilización occidental (infinitamente superior a cualquier otra), y así es como debe proceder el foráneo. Cualquier otro modo de actuación es un acto de cinismo e hipocresía que no debería ser tolerado.
Sybil rebuznó:
El velo, para la niña -y para tantas mujeres más-, es parte de su vida diaria, es una costumbre. El no dejarle usarlo perjudica su derecho a manifestar la religión que profesa (que no imponerla, ojo, porque ahí atentaría contra la libertad de otros, ergo, les perjudicaría).
Sí, puede ser, pero la Ley siempre está por encima del derecho individual, porque sino esto se convertiría en una jungla y sólo funcionaría la ley del más fuerte. Y eso no puede ser. Se puede protestar contra la Ley, se puede pedir su cambio, se puede pedir una reforma; lo que no puede hacerse es saltársela a la torera, sea por el motivo que sea.
Detesto a todos aquellos que, ante un comportamiento que viola la Ley, exclaman convencidos: ¡La Ley está para saltársela! No, nunca. La Ley está para ser cumplida, y en caso de que se considere injusta, para cambiarla.
Sybil rebuznó:
Los padres pueden hacer de sus hijos menores lo que quieran (que para eso son padres), pero con límites, que para eso se inventó en Occidente los Derechos del Niño.
Evidentemente, y entre las cosas que deben hacer los padres con sus hijos es enseñarles qué es la Ley y para qué sirve. Y amonestarlos en caso de que la ignoren, no darles palmaditas y animarles a que sigan en sus trece.
Sybil rebuznó:
Hablando de derechos del niño:
Es utópico, pero es que es un derecho.
¿Qué tolerancia demuestra alguien que quiere saltarse la Ley? Una cosa es que sea un derecho, y otra cosa es que el niño pueda basarse en ese párrafo para pasarse por el forro de los cojones las normas de convivencia de las que, como sociedad civilizada, nos hemos dotado.
Sybil rebuznó:
Veréis: he entrado aquí, porque no soy capaz de comprender vuestros (vuestros y los de todos que piensan como vosotros) argumentos.
No generalice, que está metiendo la pata hasta la rodilla.
Sybil rebuznó:
Yo lo tengo claro, porque siempre he pensado así. Pero también tengo claro que si tantos pensáis de determinada manera, será por algo. Y quiero poder entenderlo, y poder elegir entre ambas formas de pensar.
Pues le invito a quedarse y a comparar pensamientos y opiniones.
Sybil rebuznó:
¿Me he explicado? Ahora bien, si no queréis intentar abrirle los ojos a un "perroflauta" y obtener satisfacción de ello, pues me retiro definitivamente y vosotros podréis seguir despotricando contra los moros a solas.
Y aprovecho este trozo para decirle que soy el moderador de este antro, y que tolero al cabo del día muchas imbecilidades y retromongoladas, pero no le voy a consentir que vuelva a
amenazar con que se va.
La próxima vez que insinúe algo semejante yo me encargaré personalmente de indicarle la salida.