Yo lo que no entiendo es cómo se llega hasta el extremo de hablar todo eso de gustarse antes de haber nada.
-Oye mira es que me gustas, tal.
-Sí, tú a mí también pero [driblar situación]. Por ahora amigos ¿vale?
- Vale.
- Tú estate ahí porsiaca que yo ya si eso te llamo.
¿Y qué hacéis luego? ¿Seguís como si nada? Ahí se ha jodido la poca magia que ya pudiera haber. Ya no hay misterio, ni interés, ni nada. Está la papeleta resuelta. Lo único que vas a conseguir así es una situación incómoda y repleta de tensión emocional. Por si no se hubiera jodido el asunto lo suficiente, vas y tienes los cojones de soltarle esto:
- Oye, que me da fatiguita cuando te entiendes con el chico ese que te regala.
- Ah, no. Es un amigo. No siento nada por él pero le sigo dando coba y atención.
- No te lo folles ¿Vale?
- Tranquilo, no follaré con nadie por si estropeo una relación contigo que no quiero empezar. Lol.
No sé tú, pero yo cuando meto la pierna por el camal equivocado, no puedo más que sacarla y volver a empezar. No hay manera de seguir adelante con ese despropósito y tratar de enderezarlo. No vale la pena complicarse la vida por una tía que, según tú, es una ceporra con un buen tipín. Lo mejor es que se enfríe la cosa, que la ignores, la borres de tu vida por unos meses. Y ya si eso te la encuentras por ahí y empiezas de cero.
Además, aún en el improbable caso de que vuestra relación se consumara y se perpetuara en el tiempo, siempre te quedaría el sucio pensamiento de: "qué bonito cuando empezamos nuestra relación, que ella solapaba nuestros primeros besos con la polla de un tercero".
Quien mal empieza mal acaba.