Lo que soy es una persona adulta libre de rencores y envidias infantiles.
Me habeis hecho recordar mi infancia. Tenía en mi habitación un poster que regalaban no se si la diputación provincial o la caja de ahorros, donde salían enmarcados como por ventanas con arcos de medio punto dibujitos de estética comic que representaban los edificios mas emblemáticos de cada municipio de la provincia. La mayoría eran iglesias o campanarios rematados con sus cruces.
Pues bien, tendría unos 7 u 8 años y tuve una tremenda bronca con mis padres. No recuerdo ni el motivo, pero me sentía tremendamente frustrado e impotente, y para expresar toda esa frustración, espontáneamente idee un satánico plan: cogi un boli y taché todas las cruces del poster.
Me sentía como si hubiera profanado la tumba de un papa, y en frio lo pasé fatal por la atrocidad herética que había cometido.
Pues bien, esta sensación que yo viví con 8 años a los sumo veo como la viven ahora treintañeros que le escamotean una loncha de jamón a sus madres en las narices saltándose la vigilia, alardean de hacerse pajas en viernes santo, e incluso los mas badass van a iglesias a reirse por dentro viendo a chiquillos llorar porque no pueden salir de penitonto
Mucho mas triste veo lo vuestro que lo de ellos.