Ni por asomo.
La depresión te la compro, pero no es en absoluto por lo que tú dices. Ciertas hormonas pueden inducir a estados depresivos, pero no son clínicos, no dejan de ser como el ciclo menstrual en las mujeres por pintar con la brocha gorda. Aún así eso hay que cogerlo mucho con pinzas y es muy dependiente de cada sujeto. Ahora, un ritmo de competición muy exigente y muy sostenido en el tiempo sí que puede hacer que acabes desarrollando una depresión clínica, y esto no es en absoluto exclusivo del culturismo. La cantidad de deportistas de alta competición que acaban con problemas mentales o suicidándose es alta en comparación con la población estándar.
El colesterol no es tampoco el mayor riesgo que se corre, porque se puede monitorizar y es fácil de ajustar y corregir. La hipertensión en cambio es mucho más peligrosa, porque aunque la monitorices es susceptible de ir causando problemas muy pequeños que se van acumulando en el tiempo. Y aún así tampoco sería el factor principal que conozco que causa finales de carrera y problemas de salud. Ahí se llevan la palma los problemas digestivos, no conozco culturista de competición que no esté cascado en ese sentido, empezando por mí mismo.
Es que hablar de competición y salud es un contrasentido, porque tarde o temprano llega el momento en el que dices "pues me la juego y voy con todo", si no estás por eso es mejor retirarse y disfrutar del deporte desde un punto de vista recreativo. Que esto no quiere decir que tengas que vivir arriesgando tu vida y con la espada de Damocles encima de la cabeza constantemente, pero sí hay que saber que asumes unos riesgos y que estás exigiendo al cuerpo por encima de lo que es razonable.