Troy McClure
Freak total
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Otra de las innumerables ventajas de vivir "en" Madrid.
Dios, cuánto echo de menos a Curro.
Dios, cuánto echo de menos a Curro.
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Esta parte me ha tocado el corazoncito, joder. Pobre chaval, me cago en la puta.El último era el probe entre los probes. Llevaba un bañador turbo que sería de su padre cuando Alfredo Landa era un chaval y hacía películas de suecas. Llevaba un currusco de pan con dos lonchas de chopped y un par de peras granny, porque maduras era un recuerdo lejano.
Todo ello regado con un par de latas de Casera, es decir gaseosa pura y dura, que la primera bien, pero la segunda debía ser como beberte veneno. Eso si en aquel entonces valían 20 pesetas la lata. Por contra está inyección de turbogas le permitía cantar el abecedario eructando. Y de refrigerio pedía un vaso de agua con dos hielos para meterse los cubitos en la boca como sustituto del helado frigo que no se podía permitir.
Ahí ahí, con la élite.Por lo que contáis va toda la puta turba, maleducados y demás purria social. Solo el pensar mezclarme con esa gente ya me entran arcadas.
Menos mal que tengo todo el año playa y puedo ir cuando quiera, el azar me colocó en un lugar privilegiado geográficamente.
No se diferencia tanto de la fauna de ese ecosistema..."...Menos mal que había unos nachos sabor guacamole del Mercadona, con tinto de verano Don Simón... "
Qué tal shavales?
El otro día me acordé de vusotros. Desgraciadamente por quedar con unos amigos, antiguos vecinos, nos propusieron ir a la piscina municipal de Bronxtoles. La verdad es que no me hacia ni puta gracia, no bajo ni a la de mi urbanización por no compartir conversaciones insustanciales con vecinos medio gilipollas, ir a una municipal se me antojaba como un Via Crucis.
Y no me confundí. Otrora, la piscina municipal era uno de los lugares donde la mocedad disfrutaba con alborozo y alegría, lugar de obligado peregrinaje de todos los veranos. Tocar carne haciendo aguadillas a la tetuda, darte el lote tumbado en la toalla, jugar a las cartas con un bocadillo de tortilla. Esos recuerdos debían haber quedado inmaculados en la memoria. Hasta un día de hace dos semanas.
No sé por qué, pero ahí me vi, sacando entradas para la piscina municipal del Soto.
Los vestuarios ya olían raro, una mezcla entre orín y sobaca mora. Dejas tu ropa con la inquietud de si vas a volver a verla.
Pasamos y de pronto el puto horror. Si mirabas a un lao veías a 20 panchitos alrededor de altavoz oyendo reggeaton o como se diga, al otro unos moros dando toques con chanclas a un balón que regalaban con las galletas, eso cuando no había unos gitans fumando canutos mientras sus desechos genéticos sembraban el pánico. Y lo más descorazonador eran la gente normal, españoles de bien que antes iban a la piscina. Ya no hay. El remanente que queda es familias pauper que no difiere mucho de la jauría multicultural que he descrito antes.
Con la esperanza de no seguir viendo semejante panorama decidí echarme al agua. Las piscinas son las mismas que hace 40 años, la olímpica, la L y la chocolate, esta última debe el nombre a qué se dice que no era raro ver zurullos torpederos flotando en el agua.
Al agua que fui, y tampoco mejoró la cosa. Nada más meterme en laLhabía unos negros pegando unos alaridos en la zona donde no cubría, nunca les vi abandonar esa zona de seguridad. Me fui a la olímpica que hay siempre cubre, no había negros, pero si gitans bañándose con algo que no padecían bañadores porque obviamente no lo eran, encima el más choto lanzándose a bomba. Me meto a donde más cubre y me pasa uno como un motobarco pegando unas brazadas que salpicaban hasta el pueblo de Cocreto. Yo no sabía si estaba en una piscina o Twin Peaks summer Edition.
El colofón fue la comida que entra la amiga y mi mujer, hicieron unas viandas que no se las come ni el conde de Montecristo. Una hizo una tortilla de patatas más sosa que su Puta madre y mi mujer una kitsch que después de unas cuantas horas era un chicle boomer. Menos mal que había unos nachos sabor guacamole del Mercadona, que con tinto de verano Don Simón me permitieron comer algo.
Yo intenté echarme alguna siesta, pero entre el escándalo y las desechos genéticos gitans merodeando no consegui pegar ojo.
No veía el final de aquello. Me metí otra vez y esta vez hubo lol porque tuvieron que sacar a un viejo que le estaba dando un vahído. Esperanzado que iba a ver algo, al final sólo fue una bajada de tensión.
Nada más montarme en el coche, le dije a mi mujer que ni una más, cosa que ella reafirmó.
Piede que la piscina municipal sea de cierto interés para el pauper talaverano y ver mocitas marcando pezoncillos mientras el se bebe una lata de cerveza del ALDI y se come cacahuetes alesto, pero es que por lo demás es muy marrón todo.
puede que yo tenga idealizado el recuerdo del piscineo adolescente, puede que me estoy haciendo muy mayor, puede que sea un pobretaco burgués, pero es que aquello fue demencal.
Contar vuestras experiencias pisciniles y si últimamente habéis ido a alguna como la descrita por mi
Otra de las innumerables ventajas de vivir "en" Madrid.
Dios, cuánto echo de menos a Curro.
Claro claro, porque a la playa no van todos los gipsies a montar toldos y poner el flamenquito a tope con el estéreo y unas baterías de coche (visto con mis ojos). O los canis reshulones con el reggeton a toda castaña, o esos niños correteando todo el puto rato salpicando arena, o esa familia lumpen con las neveras, las sillas plegables y las sombrillas que ocupan 14 horas seguidas 50 metros cuadrados de arena mientras beben cermeza y sacan ensaladilla pasada a l sol, , o... o... o...Menos mal que tengo todo el año playa y puedo ir cuando quiera, el azar me colocó en un lugar privilegiado geográficamente.
Muy parecida la experiencia, sólo que en mi caso en vez de mosquitos habían avispas y las hijas de puta eran como las de la peli 'El Alimento de los Dioses':En León hay una piscina de estas fluvial en Villoria de Órbigo.
Hace unos años en un día de estos que hacía muchísimo calor la vi por Internet y en las fotos parecía un lugar agradable y le dije a mi mujer de acercarnos ya que nos quedaba bastante cerca. Por supuesto es gratuita, y queda al lado del río.
El caso es que al llegar menudo puto panorama. Negros bailando y haciéndose una barbacoa. Gitanos por todos lados, panchitos con la música a toda ostia.
Bueno, buscamos un trozo de hierba dónde poner las toallas y yo como no soy de tomar al sol me voy al agua. El agua como lo cogen del río está hecho una puta mierda y aquello estaba lleno de algas y no se veía ni el fondo. Por si fuera poco estaba aquello hasta arriba de mosquitos por el hecho de estar al lado del río. Qué experiencia más horrible. No entiendo cómo puede haber gente que de forma voluntaria va a un sitio así.
A @Troy McClure le encantara esto.
Ver el archivos adjunto 91373
BSO:
Por lo demás bufff... que asco, caras, con olor a leja barata, incubadora de hongos... marujas, niñas con libro, niños gritando, el que pasa de todo y molesta a todos... mas robos...
¿No se les ve? Pero si todos los canarios sois gitanosMadre mía qué espanto de relatos, al final voy a ser bastante afortunado por vivir aquí. Los gitanos salvo alguno suelto por los rastros el domingo no se les ve nunca, no les debe gustar la isla y tiran para el continente supongo. La saluc.
Brutal..."...una vez cuando iba haciendo un largo había una chavala de unos 16 años sentada con los pies metidos en el agua y cuando llegue al final y fui a agarrarme al bordillo le toqué el bañador en lo que viene siendo la zona del chocho... "
Ese podría ser yo... Me la suda completamente, también es verdad que no me recreo enseñando el micro pene, me seco y me cambio delante del que sea."...Este hombre bastante mayor, se cambiaba en cualquier parte, ni se metían los vestuarios ni ostias, allí en la taquilla esperando, en la piscina delante de toda la gente,le sudaba todo la poya. Da igual que le llamaran la atención... "
Comer una kitsch, ese concepto.. Una hizo una tortilla de patatas más sosa que su Puta madre y mi mujer una kitsch que después de unas cuantas horas era un chicle boomer.
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