Piscinas municipales, nuevo hogar de los desheredados en verano

En León hay una piscina de estas fluvial en Villoria de Órbigo.
Hace unos años en un día de estos que hacía muchísimo calor la vi por Internet y en las fotos parecía un lugar agradable y le dije a mi mujer de acercarnos ya que nos quedaba bastante cerca. Por supuesto es gratuita, y queda al lado del río.
El caso es que al llegar menudo puto panorama. Negros bailando y haciéndose una barbacoa. Gitanos por todos lados, panchitos con la música a toda ostia.
Bueno, buscamos un trozo de hierba dónde poner las toallas y yo como no soy de tomar al sol me voy al agua. El agua como lo cogen del río está hecho una puta mierda y aquello estaba lleno de algas y no se veía ni el fondo. Por si fuera poco estaba aquello hasta arriba de mosquitos por el hecho de estar al lado del río. Qué experiencia más horrible. No entiendo cómo puede haber gente que de forma voluntaria va a un sitio así.
Di que al salir del agua, había unos asturianos hablando de qué era mejor pagar e irse a la que les quedaba al lado del camping, en Hospital de Órbigo. Así que al día siguiente fuimos allí a ver como era aquello. Y vamos ni punto de comparación, una piscina enorme y amplia ni un solo mulato, la mayoría de la gente son campistas y gente del pueblo, unas instalaciones limpias, y un bar de piscina en el que se pueden comer unas raciones majas. Lo único que he llegado a ver es muy muy de vez en cuando algún gitano, por supuesto siempre dando la nota. Cuando me apetece ir a la piscina en verano voy allí. Si alguna vez vais soy fácilmente reconocible porque siempre llevo un bañador fosforito amarillo que compré hace 15 años.
Cómo anécdota una vez cuando iba haciendo un largo había una chavala de unos 16 años sentada con los pies metidos en el agua y cuando llegue al final y fui a agarrarme al bordillo le toqué el bañador en lo que viene siendo la zona del chocho. Si vierais la cara de mala ostia que tenía el padre que estaba sentado al lado... pero la culpa era suya qué hubiera educado a su hija para que no se sentará como una puta en el borde.

Luego, anécdotas de la infancia y piscinas, así que recuerde, pues en la piscina de Astorga cuando era un crío e íbamos a cursillos de natación recuerdo que había un tío que podría ser forero. Este hombre bastante mayor, se cambiaba en cualquier parte, ni se metían los vestuarios ni ostias, allí en la taquilla esperando, en la piscina delante de toda la gente,le sudaba todo la poya. Da igual que le llamaran la atención.
Para mí eres un ídolo de la logística pandémica, de la lucha anti incendios y del LOL foril, pero el uso que haces de las comas y las tildes me obliga a llamarte HIJO DE LA GRANDÍSIMA PUTA.

Sin acritud.

Analfabeto.
 
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Lo siento, contigo no puedo enfadarme, @tileno. Quedamos en la piscina y nos damos por culo le das por culo a Liacho.
 
Lo del líquido que se vuelve rojo al contacto con el pis ya ha salido? Los que tenéis hijos mantenéis viva la leyenda, cual si se tratara de los Reyes Magos?

El componente existe, es sulfato de cobre y reacciona con la orina produciendo una mancha azulada, pero no es rentable porque habría que echar un montón de ello en la piscina. Aparte no sólo detectaría la orina, sino que teñiría bañadores y cualquier parte del cuerpo que hubiera estado en contacto con los dos elementos. :lol:
 
El componente existe, es sulfato de cobre y reacciona con la orina produciendo una mancha azulada, pero no es rentable porque habría que echar un montón de ello en la piscina. Aparte no sólo detectaría la orina, sino que teñiría bañadores y cualquier parte del cuerpo que hubiera estado en contacto con los dos elementos. :lol:
Haber tiene que haber más cosas, y en menor concentración.
Me vienen a la mente los indicadores colorantes usados en análisis volumétricos, como el azul de metileno, fenolftaleina y tal. Yo creo que esas cosas se dejaron de usar porque lo mismo generaban más problema que lo arreglaban, recuerda que vivimos en la dictadura de la piruleta.
Si vivieramos en un estado de las cosas donde imperase el sentido común, la decencia, las buenas formas y eso, pues ante la mancha indicadora de que se ha meado el tano nada más entrar en la piscina, el socorrista de inmediato bajaría blandiendo una vara de fresno, sacaría a golpe de fresno al guarro del agua y de las instalaciones, cabe los aplausos y el gran jolgorio del resto de usuarios del servicio.
Ese brazo armado con precisos y gráciles movimientos del socorrista, ese silbido del trozo de fresno cuando corta el aire, esos ayes del indecente, debieran ser ballet, música y canto para nuestros sentidos.
 
Jamás he ido a una piscina a pasar el día o la tarde y mucho menos a comer allí estilo cateto. Jamás. La primera vez que pisé una puta piscina fue una noche que nos saltamos en la piscina de mi pueblo y nos bañamos en pelotas todos fumaos. He ido, en mi juventud, durante algunos veranos a nadar una vez se cerraba al público a las 20:30 y se ponían las calles para los cursos de perfeccionamiento de natación. He ido a piscinas de muchos pueblos cuando por el trabajo tenía que desplazarme, pero solo un rato, lo justo para darme el chapuzón, matarme a nadar un rato para relajar el cuerpo y meter la cabeza debajo del agua para olvidarme de la jornada laboral y desconectar. Pero nunca, repito, nunca he ido a una puta piscina a pasar el día, Ja Más.
¿Insinúas que tú no eres un cateto?
¿qué hicisteis aquella noche después de remojaros?
Salvo unos pocos años de mierda en los que tuve que compartir una piscina comunitaria, siempre he tenido una privada. Bueno, lo cierto es que durante bastantes años tuve hasta tres. Hoy en día tengo una solamente. En eso he sido un hombre afortunado.

Ni que decir tiene que yo jamás he pisado una mierda de piscina municipal de esas. Qué puto asco, llenas de meaos, sudores, costras reblandecidas, mocos, mierda de las uñas, lapos, pelos de nariz, pelotillas de los pies...todo eso en un caldo recalentado lleno de mierdas de gentes repugnantes y feas dando berridos y todo lo que ha dicho Gingueltonic.

Un asco verdadero, la mierda pura en forma de remojada y apestosa aglomeración humana de mierda. Me dan arcadas. Un día fui a la mierda esa de los toboganes y menuda peste a agua enmierdada en sudores y pises.

Ver el archivos adjunto 91339
blllgrf...para ya, tío...bggllllll...

Pues para tener todo el día la mierda en la boca menudo fifí tikismikis estás hecho. El día que te pillen los alubios y te hiervan en heces porque algo harías vas a flipar.
 
¿qué hicisteis aquella noche después de remojaros?
Disfrutar de la juventud, pero claro, por entonces no lo sabía, ahora sí. Las noches de verano eran un submundo dentro de aquellos estíos, otra vida, otro escenario donde todos los gatos eran pardos. Formabas parte de algo, de la gente joven, de la gente que vivía y consumía la noche hasta el alba. Henchidos de esa sensación maravillosa de inmortalidad, el cuerpo pedía guerra y los sueños se vivían trasnochando.
 
La piscina e
Disfrutar de la juventud, pero claro, por entonces no lo sabía, ahora sí. Las noches de verano eran un submundo dentro de aquellos estíos, otra vida, otro escenario donde todos los gatos eran pardos. Formabas parte de algo, de la gente joven, de la gente que vivía y consumía la noche hasta el alba. Henchidos de esa sensación maravillosa de inmortalidad, el cuerpo pedía guerra y los sueños se vivían trasnochando.
Por qué la noche nunca te trajo una mujer?
 
Y las disfrutaba, pero la droga aflora lo que haya dentro. Era más de introspección.
 
De aquellos maravillosos años piscineros de mi mocedad tengo grandes recuerdos, algunos de ellos llenos de lol.

El primero que me viene a la cabeza es el de un colega, que hoy en día le habrían diagnosticado síndrome de Asperger o lo grado leve de autismo porque le daban fluses y hacia cosas extrañas y sin venir a cuento.

Pues bien, tras un día de piscina de sol a sol, y el tipo hacer más largos que Mark Spitz se viste y nos dice que va a ir corriendo a casa. Ojo cuando dijo corriendo no mentía, porque nada más salir del recinto, en chanclas como circunstancia a destacar, salió disparado como si le estuviera comendo el gas en el Warzone de Call of Duty.

Había unos montículos de escombreras de camino subió uno, bajo como una cabra, subió el segundo lo bajo como un ñu, subió el tercero y al intentar saltar se pegó una hostia que ni un piloto de moto GP. Menudo guarrazo jamás he visto esa violencia en una caída corriendo. Quedó tendido entre los montículos de escombros, y hasta que no nos repusimos del dolor de tripa de la carcajada no fuimos a auxiliarle. Un puto cromo; tenía heridas hasta en las cejas. El milagro es que no se rompió nada.. le llevamos a casa como pudimos porque del Soto al barrio había más de 3 km y su madre encima le recibió con una tollina en el pescuezo.

La segunda fue una torda, encima el cayo malayo, que bien perdió las chanclas, ella perjuraba que se las quitaron, que no tenia calzado para volver. Encima la japuta estaba de buen año, y tuvimos que turnarnos para llevarla a borroquillo durante el trayecto. Después del esfuerzo nos dejó de hablar e ir con nosotros porque un colega le dijo que tenía que adelgazar, que la próxima iba a llevarla su madre.

El último era el probe entre los probes. Llevaba un bañador turbo que sería de su padre cuando Alfredo Landa era un chaval y hacía películas de suecas. Llevaba un currusco de pan con dos lonchas de chopped y un par de peras granny, porque maduras era un recuerdo lejano.

Todo ello regado con un par de latas de Casera, es decir gaseosa pura y dura, que la primera bien, pero la segunda calentorra, debía ser como beberte veneno. Eso si en aquel entonces valían 20 pesetas la lata. Por contra está inyección de turbogas le permitía cantar el abecedario eructando. Y de refrigerio pedía un vaso de agua con dos hielos para meterse los cubitos en la boca como sustituto del helado frigo que no se podía permitir.

Ya me iré acordando de más que seguro que algún lol queda
Me he loleado con esas anécdotas varias.
Yo recuerdo, además en esa piscina, estando con unos colegas mataos, al final de la tarde, y uno que fardaba de deportista, se puso a hacer largos como Aquaman pero dando unas hostias haciendo crawl que parecía bud spencer, mientras los demás a esas horas hacíamos ya el perro. En esas que le escucho ¡ayuda, ayuda! me pongo mis gafas de bucear que llevaba el cuello (las solía llevar tanto para bucear o tener ventaja táctica en juegos y aguadillas como para ver muchos culos de señoritas) y veo que está medio flotando en el agua encogido hecho una bola con las 2 piernas dobladas, siendo lo más parecido a un pollo asado con sus 2 alas.
Vamos para allá y le sujetamos (había poca profundidad, era la L). Resulta que al colega le había dado un tiron en las dos piernas A LA VEZ. No he visto cosa igual.
Evidentemente el cachondeo duró meses y pasó de ser deportista fake a rockero fake (no era capaz ni de tocar el smoke on the water el ioputa).
 
Haber tiene que haber más cosas, y en menor concentración.
Me vienen a la mente los indicadores colorantes usados en análisis volumétricos, como el azul de metileno, fenolftaleina y tal. Yo creo que esas cosas se dejaron de usar porque lo mismo generaban más problema que lo arreglaban, recuerda que vivimos en la dictadura de la piruleta.
Si vivieramos en un estado de las cosas donde imperase el sentido común, la decencia, las buenas formas y eso, pues ante la mancha indicadora de que se ha meado el tano nada más entrar en la piscina, el socorrista de inmediato bajaría blandiendo una vara de fresno, sacaría a golpe de fresno al guarro del agua y de las instalaciones, cabe los aplausos y el gran jolgorio del resto de usuarios del servicio.
Ese brazo armado con precisos y gráciles movimientos del socorrista, ese silbido del trozo de fresno cuando corta el aire, esos ayes del indecente, debieran ser ballet, música y canto para nuestros sentidos.
Os dejáis el más infalible: mirar la cara a la gente.

En la playa es que es descarado, sobre todo las hembras, que solo se cubren los labios y empiezan a mirar a todos lados, algunas con sonrillisa y otras que tienen problemas para miccionar apretando los dientes.

En la piscina es lo mismo, solo que también abren el chocho para ver si se preñan de algún pringao que haya soltado pre semen para reclamarle paguita.
 
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Aquí va una de caca, culo, pedo y pis. En esencia muy parecida a la que conté en mi hilo de mi infancia, pero con otro protagonista.

Esta vez le tocó a nuestro colega el negro. El mote del negro era porque era muy moreno de piel y porque también gastaba un mango de mandingo.

Pues siendo ya algo talluditos, 16 o 17 años, nos fuimos de un día de piscina, al Soto.

El chaval debía tener alguna intolerancia alimenticia, que en aquellos años eran cólicos, y tirando que es gerundio, la cosa es que de vez en cuando le daban unas cagaleras y vomitonas de caballo.

Pues bien en un día de calor infernal y ponernos hasta el culo de lo que llevábamos cada uno y beber como cosacos, vemos que el negro va una, dos, tres, cuatro a los baños y ya en l a quinta salió como el de Crepúsculo, que solo le faltaba ir por la sombra y dice que está muerto y que no puede ni tenerse en pie.

Nosotros medio pedos, que si hielos en la nuca, pensando que era un golpe de calor, dándole Coca Colas para que bebiera y alguna estupidez más que ahora no me acuerdo. La verdad es que le dijimos de ir al puesto de socorro de la piscina, donde había un ATS además de un tipo gordo como una camioneta que no se movía de ahí, pero el negro rechazó esa vía, supongo por un estéril orgullo que más adelante pagaría con la mayor ignominia.

Viendo el panorama nos fuimos del sitio cuando creíamos que estaba algo mejor o el así nos lo hizo saber. Era el canto del cisne. La mejoría antes de que la Parca pase la guadaña.

De camino a casa, de vez en cuando sosteniéndole porque se caía al suelo, se le escapó un gueldo que derritió las gafas de plástico barato que nos poníamos. Después de comernos con cuchara y tenedor esa infamia, nos pusimos como los aviones en Barajas a la hora de despegar, a una distancia prudencial para que las turbulencias de un nuevo rufo no nos derribara.

Tras 3 km con varios amagos de desvanecimiento llegamos al barrio. Mi amigo Paco y yo, como buenos samaritanos nos ofrecimos subirle a su casa,.

Y aquí un consejo, si alguien está enfermo principalmente del aparato digestivo , borracho como una cuba, por favor no cojáis el ascensor. con el. La muerte acecha.

Para más inri, como me pasó a mi, se acopla un vecino en el último momento porque no quería perder el ascenso. El negro vivía en un cuarto, pues en el primero se oyó como un ruido de tripas en Dolby sorround y empieza a emanar un olor a mierda liquida nauseabundo, mortal y pestilente, nos giramos al negro y aquella cara jamás se me olvidará.

Era un gesto a caballo entre la impotencia de no poder evitarlo a la vez que parecía que le habían bajado todos los diferenciales del cerebro, y estaba al borde de la catatonia

Eso además que inmediatamente vimos como un torrente de mierda le bajaba libremente por la pierna ante la poca oposición y contención del bañador tipo bermudas. El vecino apenas pudo articular un “ Pero chaval qué..::” antes de llevarse la mano a la boca y nariz.

Paco y yo pegándonos a la puerta para que el charco incipiente de mierda no nos alcanzará cuando estas abrieron en el cuarto, salíamos como unos morlacos de chiqueros, vamos si hubiera habido alguien esperando en el cuarto se hubiera tornado aquello en desgracia.

La imagen era dantesca, el negro que por otra parte era bastante alto, rezumando mierda hasta por las deportivas, en este momento se le subiría algún diferencial y se puso a llorar, con bastante desconsuelo cuando abrió su madre.

Paco y yo desde las escaleras, diciendo que se había puesto malo y ya. Actor seguido bajamos las escaleras como si nos persiguieran lobos hambrientos, con la necesidad de respirar aire ante aquella sobrexposición la hedor.

La parte de su casa luego nos la contó el negro, y aquello debió ser la colina de la hamburguesa, llenó de mierda media casa y las bermudas y las deportivas las tiró la madre al considerarlas irrecuperables.
 
Me he loleado con esas anécdotas varias.
Yo recuerdo, además en esa piscina, estando con unos colegas mataos, al final de la tarde, y uno que fardaba de deportista, se puso a hacer largos como Aquaman pero dando unas hostias haciendo crawl que parecía bud spencer, mientras los demás a esas horas hacíamos ya el perro. En esas que le escucho ¡ayuda, ayuda! me pongo mis gafas de bucear que llevaba el cuello (las solía llevar tanto para bucear o tener ventaja táctica en juegos y aguadillas como para ver muchos culos de señoritas) y veo que está medio flotando en el agua encogido hecho una bola con las 2 piernas dobladas, siendo lo más parecido a un pollo asado con sus 2 alas.
Vamos para allá y le sujetamos (había poca profundidad, era la L). Resulta que al colega le había dado un tiron en las dos piernas A LA VEZ. No he visto cosa igual.
Evidentemente el cachondeo duró meses y pasó de ser deportista fake a rockero fake (no era capaz ni de tocar el smoke on the water el ioputa).
a ver a ver, que yo cuando hacia natacion me daban tirones hasta en los parpados y nunca me quede como un moñeco debajo del agua, con los miembros que me quedaban vivos me agarraba a la corchera cual percebe
 
El colofón fue la comida que entra la amiga y mi mujer, hicieron unas viandas que no se las come ni el conde de Montecristo. Una hizo una tortilla de patatas más sosa que su Puta madre y mi mujer una kitsch que después de unas cuantas horas era un chicle boomer. Menos mal que había unos nachos sabor guacamole del Mercadona, que con tinto de verano Don Simón me permitieron comer algo.
mi
Comer en la piscina municipal... Que derroche de glamour y sofisticación
 
Yo no he ido a una piscina jamás, tampoco a una discoteca, ni a un gimnasio, ni a un burdel ni he besado a una mujer humana.

Me he perdido algo en la vida?
 
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