No sé, veo un absurdo en el hilo que no es normal.
Quizá es porque debido a mi carrera profesional como comercial, mi antigua afición por la cocaina, y mi ausencia escrupular, mis posaderas han vagado por las más nauseabundas tazas de wc de la comunidad Valenciana, eso si, si había frenazo lo limpio, y dejo el mio a posteriori, no me gusta dañar el ecosistema natural de los lugares en los que estoy, además siempre me he preciado de abrillantar el lugar donde apoya mi tersa y aterciopelada piel glutear, sin escrupulos si, un puto cerdo cochinero no.
Como el día que yendo dirección a Castellón tuve que salir del peaje en Nules, y circular hasta el pueblo sin cinturón de seguridad y con el cinto del pantalón y los botones del mismo desabrochados, con el culo levantado del asiento, y apretando el ojete con todas mis fuerzas. Acto seguido aparcando haciendo un trompo en el primer bar que localicé visualmente, hice acto de presencia con los pantacas casi por mitad del muslo, preguntando con cara de pánico por el lavabo.
Lo que allí me encontré fué dantesco, pero soy incapaz de cagar en un wc sin apoyarme y dije, que sidra lo que lol quiera. Y allí dejé mi legado fecal, un estallido en forma de deposición que decoró al estilo de la famosa cúpula de Barceló en Bruselas aquel indoro, pero todo en tono brown castizo.
O como el día que solté la pieza mañanera en el hotel Voramar de Benircarló, y olvidé de tirar de la cadena, hasta el panoli de mi compañero de habitación supo aguantar la olor que hacía a perro muerto al llegar al hotel por la noche.
Por eso no entiendo que por un frenazo de mierda, un hombre de pelo en pecho haga a un botones de hotel de mala muerte, cambiarle de habitación. No lo entiendo de verdad.
Al final va a ser que todo es para vacilarnos de que ha perdido la virginidad.