stavroguin 11 rebuznó:
Si usted cree que un veterano cuarentón puede ir por la vida buscando amiguitas de Facebook para salir y haciendo amistades desesperadamente para no estar sólo es que le falta un poco de recorrido vital. La misantropía es el fruto maduro de años de decepciones que contextualizan el valor de la amistad y de la naturaleza humana en general.
Aquí debo diferir.
Para empezar, las amistades deben cultivarse y cuidarse. No sólo por la compañía que ofrecen (que también), sino por lo que nos aportan de positivo.
A lo largo de mi vida he conocido a hombres excelentes. Algunos se emparejaron (y estan menos disponibles), pero todavía quedan de los tan forever alone como el primer día. Unos por convicción, otros por resignación. Sin embargo, aunque su vida emocional sea nula, tienen un gran mundo interior que muestran generosamente a todo aquel que quiera escucharles con respeto.
Como se concluyó anteriormente, el mundo de la cultura es masculino. Y aunque mis relaciones con féminas sean mayoritariamente pésimas, doy gracias al cielo (o lo que sea) de seguir teniendo mentes privilegiadas entre mis amigos.
Hamijo submarinista, estoy más cerca de los 35 que de los 40, pero se que la soledad es un mal más endémico de lo que creemos. Somos muchos, y cada cual se hace fuerte con los suyos para no sucumbir a la desesperación. Unos le dan al airsoft, otros al mus, otros redescubren los juegos online o ensayan con la banda de música. Las mujeres ni se plantean actividades intelectuales, lúdicas o deportivas de estos calibres. Encuentre su grupo y haga comunidad.
Ah, hoy... fui a un cumpleaños cuadruple de unos amigos, en un terreno con piscina. Hizo mal tiempo y no quise bañarme. Lo peor de todo es que el 90% de los asistentes estaban emparejados (algunos con el/la respectivo/a presente, otros no). Intentar y no poder echar la siesta porque oía la voz de una lorealista, quejandose de que un montón de moros y turcos intentan agregarla al failbook, es muy fuerrrte tía. A Afganistán la mandaba yo a aprender humildad...
Hubo un momento en que me sentí como una mierda. Notaba ese aura de desaprobación y lástima por parte de un grupito al que nunca le han faltado pollas que mamar (incluyendo dos crios mariconazos). Ese viejo cerdo, -pensarán- que sigue más solo que la una y pelandosela como un mono.
Este viejo ha visto más mundo que vosotros, hijos de puta. Se ha caido diez veces y levantado once. Ha visto las orejas al lobo, ha sentido el fétido aliento de la disformidad y ha esquivado sus trampas. Ha visto crecer a los poderosos y contemplar posteriormente su caida al vacío. Ha gastado su escasa suerte en salir airoso de situaciones complicadas. Ha sufrido castigos que casi le llevan a la demencia. Ha sobrevivido a la locura colectiva, ha sabido leer entre líneas y desenmascarar a los farsantes. Se ha abstraido de la cacofonía social y visceral, para encontrar el origen, la semilla del caos que atrapa a nuestro mundo.
Vivís felices en vuestra ignorancia porque todo os lo han servido en bandeja. Ninguno de vosotros habría sobrevido a todas estas experiencias sin arrancarse los ojos, lechoncillos imbéciles.