Bueno, amigos, me veo en la tesitura de tener que resubir con alegría este hilo para contaros que sí, que lo he conseguido. No me gusta abrir un hilo y dejarlo sin conclusión, como hacen algunos foreros que cuentan una historia y la dejan a medias.
LO HE CONSEGUIDO. He aprobado todos los exámenes y estoy dentro de los elegidos para la funcionariedad. Contra todo pronóstico, contra unas posibilidades nimias y vergonzosas. Voy a ser funcionario de carrera, con todo lo que eso implica (estabilidad laboral, trabajo sentado y no matador, progresivos ascensos).
Lo complicado no ha sido el estudio, mi buena memoria ha hecho que no me resultara necesario pegarme grandes atracones. De hecho, para motivarme estudiaba con el ordenador encendido y en internet. Un pelín de estudio, un mucho de internet. Y así poco a poco fuí metiéndome cosas inútiles en la vida y en el trabajo en la mente. Imprescindibles para el exámen. Lo complicado ha sido el estado emocional de nervios y ansiedad a la hora de la espera de las notas, a la hora de hacer el exámen. Los desplazamientos, el trajinar por ciudades desconocidas...
La sensación que tantas veces he imaginado al soñarme aprobado, por tantas veces imaginada, ha sido menos intensa. Aún estoy en una especie de shock.
Aún no conozco el destino, ni me incorporo todavía. Solo sé que he aprobado y tengo mi plaza. Esta espera es más dulce que la de las notas. Apuraré mis últimos días de parado y de paguitas de solidaridad. Agradeceré a quienes me ayudaron cuando estaba en la pobreza más solemne.
El café sigue sin gustarme, exceptuando esos granizados de café fresquitos que tanto apetecen ahora en el estío, o las tartas de tiramisú. Pero también hay refrescos o té en esas máquinas de socializar. Tendré que aprender a hacerlo.
Hoy toca cenar en un buen restaurante. Toca dejar atrás la miseria. Toca ganar. Hoy ha tocado ganar.