Un bolso para zorrupias tiene dos funciones: llevar cosas y lucir el logo. No lleva incorporada una tecnología compleja refinada a través de los siglos, no es un prodigio mecánico capaz de soportar presiones inmensas y temperaturas extremas. Es solo un puto saco para que una cretina cualquiera lo lleve en bandolera rumiando sus mierdas.
La función de un reloj es, sobre todo, dar la hora.
Pero ademas puede dar la hora solar real, las fases lunares, las mareas, el calendario perpetuo, la altura sobre el nivel marino, la profundidad debajo del mismo. Y todo ello sin recurrir a las pilas ni a la electrónica. Puede ser útil a un buzo, un escalador, un piloto, un ciclista, a un ciudadano cualquiera en cualquier momento.
Puede ser, como acabamos de ver, una herramienta multifuncion. Y además, un fascinante prodigio técnico. Y un objeto de colección. Y un complemento que resalta la elegancia, el buen gusto y la virilidad de quien lo usa.
Si solo quiero una herramienta resistente, me puedo apañar con un Casio. Si además quiero las otras vertientes, pues me rasco el bolsillo con un Omega, Oris o Tag cualquiera.
Una bici es solo una herramienta monofuncion de pedaleo. No es compleja, ni elegante, ni realza a su poseedor en ninguna vertiente. Cuando alguien gana el Tour, todos hablan de sus piernas, y no de su bici, que no se diferencia en mucho de la del segundo o decimoquinto. Cuando hablamos de ciclistas anónimos, en lo único que nos fijamos es en que se aparten al arcén cuanto antes y que no den el coñazo obstruyendo el tráfico ni aburriendo con sus gestas de baratillo.