Yo tuve una experiencia similar a la que cuenta el Sr. Herodes, pero con un resultado bien distinto.
Circulaba yo con mi coche por el centro de la ciudad despacito, buscando un cajero, cuando un opel tigra torreshulo empezó a pitarme con insistencia para que acelerase el paso.
Le hice caso omiso y continué a mi ritmo. Vi por el retrovisor como la tipa que lo conducía se acercaba peligrosamente a mi coche dando acelerones, como para amedrentarme. La veía gritando como una energúmena en el retrovisor y supuse que llegaría tarde a la cera o algo similar.
Para evitar males mayores, reduje aún mas la marcha para dejarla pasar y que se fuera, pero en lugar de adelantarme y pasar, la muy bruja se puso en paralelo a mi coche y con la ventanilla bajada comenzó a llamarme de todo menos guapo.
Era una chica joven, con generoso escote, mas maquillada que la duquesa de Alba y con los labios inyectados de silicona. Aguanté el embiste de improperios hasta que dijo algo así como "mucho coche y poca polla", o algo similar. Una corriente de adrenalina me recorrió el cuerpo y me hizo reaccionar.
Le metí un acelerón al coche para que no me adelantase, al tiempo que le grité un "a ver si tienes ovarios de seguirme, so puta".
La tipa, supongo que acostumbrada a salirse con la suya, se puso detrás de mi y le metió caña al mierda de Tigra.
Ibamos bastante deprisa y llegabamos a un semáforo que ví en ambar. Lo normal habría sido saltármelo, dada la velocidad a la que ibamos, pero en lugar de eso le pegué un frenazo en seco al coche, con lo que la tipa que iba detrás, aunque frenó también, se empotró contra mi coche.
Me bajé para comprobar los daños y el Tigra estaba para el desguace. Mi coche, milagrosamente, apenas tenía daños, y la choni había dejado de gritar y estaba pálida mirando al vacío, con el airbag deshinchado al frente.
Imaginando su posterior reacción una vez se recuperase y para evitar males mayores, llamé por teléfono a los municipales.
La choni se bajó del coche y comenzó a gritarme que estaba loco y que como se me ocurría pegar semejante frenazo, a lo que tranquilamente le contesté que el semáforo estaba ambar y que tuve que frenar para no saltarmelo, y que la que estaba loca era ella por no guardar la distancia de seguridad entre vehículos.
Cuando vio como le había quedado el morro del coche se puso a llorar como una idiota.
-¡¡ mi coche !! ¡¡ mi coche !!, que me lo acabo de comprar- decía la muy puta entre sollozos.
Te va a costar una pasta hijoputa, te voy a desangrar, me vas a pagar un coche nuevo, cabrón. (ahí le salió la vena feminazi que piensa que solo por ser mujer va a tener derecho a reclamar y chupar como una sanguijuela).
Me entraron ganas de partirme de risa en su cara y de decirle alguna frase lapidaria como ... "¿que te parecen mis cojones ahora, so puta?, y os juro que estuve a un tris de hacerlo, pero empezaba a formarse un corrillo de curiosos alrededor de los coches, y en lugar de eso le dije...
-Pues no se que decirte, la verdad, porque a mi me parece a todas luces que el que da el golpe suele ser el culpable, por lo que supongo que va a tener que ser tu seguro es que cubra los daños. ¿Tienes seguro a todo riesgo?.
-La cara de la choni era un poema. ¿mi seguro? ¿a todo riesgo?, no, no, mi seguro es a terceros, pero el culpable has sido tu por frenar y por tanto pagarás tu.
Empezaba a darse cuenta de que existía la posibilidad de tener que pagarse ella su arreglo y su cara iba cambiando por momentos de puta a boba.
-Vaya putada, -le dije- yo no voy a tener problemas porque tengo seguro a todo riesgo, pero a ti si te puede salir cara la broma. Es que esas cosas hay que tenerlas previstas guapa, que si no luego vienen los lloros.
La mirada de la tipa fue espectacular. Supongo que si no hubiese estado la gente allí mirando, se habría tirado a mi cuello, pero en lugar de eso cogió el teléfono y me dijo.
-Te vas a cagar hijo de puta, voy a llamar a la poli y te van a empapelar.
No hace falta, le dije, ahí vienen.
Cuando vió llegar el coche de los municipales se tiró literalmente a por ellos entre gritos, aspavientos, malos modos e insultos a mi persona.
Ellos se bajaron con tranquilidad del coche patrulla y le dijeron que se calmase, que no se pusiese histérica que con eso no se solucionaba nada.
Ella seguía gritando y llamandome de todo y los municipales me miraron y vieron un tipo tranquilo, bien vestido y aproveché para hacerles una seña cómplice como de que la muchacha estaba un poco ida.
-¿Que ha pasado?, me preguntaron.
-Pues verá agente, iba yo circulando y cuando ví el semaforo cambiar a ambar, frené en seco para no saltármelo y esta señorita me embistió por detrás.
-¿Es así como ocurrió?, le preguntó el agente a la tipa.
-Ella se quedó pensativa, sin saber que contestar. Supongo que valoró el contar que me insultó, que nos picamos y que yo frené en seco para que se empotrase, pero su sentido común le dijo que sería aún peor y contestó.
-Bueno si, pero es que este gilipollas pegó un frenazo en seco y eso no puede hacerse.
-Disculpe señorita, pero el señor ha frenado para no saltarse el semáforo y a usted no le ha dado tiempo a frenar por no guardar la reglamentaria "distancia de seguridad" que la ley obliga, precisamente, para evitar accidentes como éste. A todas luces es usted la responsable del accidente.
-¿Pero que cojones me está usted diciendo? ¿que voy a tener que pagarme yo el golpe?, ¿que el gilipollas este se va a ir de rositas después de tener él la culpa?
-El policía me miró de manera cómplice y le dijo... Pues me temo que va a ser que si y además le advierto que si sigue usted insultandole estaría en su derecho de denunciarla yo en la obligación de ir como testigo.
La miré el escote esbozando una sonrisa de éxito y en ese momento se me pasó por la cabeza proponerle que cuando se fueran los municipales estaría dispuesto a rellenar el parte declarándome culpable a cambio de un polvo épico y una descomunal mamada, pero me pareció rizar demasiado el rizo y tras rellenar el parte asesorado por los municipales y con la firma de ambos, arranqué el coche y me fuí, no sin antes echar una última mirada a la chica, con la cara desfigurada por el rimmel corrido y el maquillaje descolorido por las lágrimas, completamente abatida, con el Tigra yanotanreshulo con el morro destrozado y los municipales partiendose el ojete entre ellos comentando la jugada.
Monté en mi Jaguar, puse AC-DC a toda pastilla, y disfruté de una victoria TOTAL, aunque me pongo palote pensando que es lo que habría contestado si le hubiese propuesto sexo a cambio de la reparación y me la imagino con el rimmel corrido, llorando de dolor al ser percutida vilmente por el ano.