Pocos más alejados del nacionalismo catalán que yo, señor mío, pero si hoy el pa amb tomàquet (tumaca, pantumaca, tomaka... :cry:) se relaciona inextricablemente con Cataluña, será por algo. Si restregar el tomate contra el pan y ponerle aceite y sal no lo inventó un catalán, además de que averiguar eso es imposible, lo importante es que da lo mismo: aquí es una costumbre y no se entiende un bocadillo sin ello. Si uno va a un bar y pide un bocata de jamón y le ponen el pan seco, ese uno coge el bocata y se lo lanza a la cabeza al imprudente camarero, mientras que en el resto de España, nadie espera encontrar nuestra exquisitez bajo el jamón.
Muy al contrario, conozco el caso de ir a un bar en MadriZ y al servir el bocadillo, pedirle al señor camarero: "Perdone, ¿me podría untar el pan con tomate?". Reacción del señor camarero: vuelve con un tomate cortao en dos sobre un plato y dice: "Te lo untas tú, que yo no tengo tiempo pa tonterías". Con dos cojones, también sea dicho.
En resumen: si en Cataluña supieran tirar bien las cañas en al menos dos bares y la gente no fuese más siesa que Pepiño Blanco, se viviría casi tan bien como en MadriZ.