He aquí una pequeña muestra de todos aquellos objetos que hace años pueblan mi habitación sin saber por qué:
Cacalleros del Zorullo:
El Dragonzord (jamás usado en la infancia, sólo ahora cuando sueño que despierta, me monto encima de él y me transporta a mundos llenos de aventuras e imaginación):
Objeto con esta cara no graciosa que contenía algo no recordado:
Objeto que se enchufa y da luz, cuya utilidad y procedencia necesito que alguna vez me expliquen:
El juego que gracias a la gracia y el desparpajo de Elisenda Roca todo el mundo tuvo en sus casas en su día:
Cinta de chistes y canciones de Eugenio:
Restos de una infancia feliz:
Ejemplo de mi extraña manía de comprar instrumentos en viajes:
Cinta de los mejores equipos de la temporada 91-92 (las otras 3 andarán por ahí):
Muñeco de Isidoro que apareció por aquí, por alguna extraña razón:
Muñeco de Osama que amaneció aquí un domingo por la mañana por algo que se me escapa:
Esta mariconada que me regalaron en su día, y que sé que sirve para algo de poner esencias, pero que jamás usé porque no soy maricón y me gusta oler a tabaco y a sudor:
Abridor de los que te dan en la Heineken Experience en Amsterdam cada vez que vas. Quizá sea lo más útil que puebla esta mierda de sitio:
Volante y pedales que me compré para jugar al Gran Turismo, hasta que descubri que es una puta basura de juego y no lo volví a usar: