LeChuck
Freak total
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No sé que tienen estas alcaldesas de izquierdas que parece que busquen tocarle los cojones a la gente de bien y montar polémica y bronca donde no pasaría nada si simplemente se ciñesen a la tradición.
Aquí los reyes magos de Manuela Carmena para el 2016, por si se os había olvidado. Con sus camisones ideales para pajearse por debajo sin que se note cuando los niños vienen a traerles las cartas:
La insufrible Ada Colau montó este belén en la plaza del ayuntamiento de Barcelona el año pasado:
Putos cartones pegados a palos.
Yo creo que visto que a mucha gente no le gustó aquello, este año habrá decidido volver a lo tradicional y no inflarle más las gónadas a la gente que suficiente tendrán con vivir en la república de Cataluña.
Ay, no. Lo ha vuelto a hacer:
Con 114.000 euros, que no es dinero, ha montado esta joya artística que representa todos los elementos del belén convertidos en mobiliario de comedor. Hay una silla que representa al ninio Jesús, otra que imita al borrico, y así. Los platos de los ausentes comensales consisten en una bola de paja con una ventanita roja enmarcando un texto.
Los gilipollas de los lacitos no pudieron resistirse a la llamada del retraso y tardaron poco en llenar todas las sillas de plástico amarillo.
Jamás he entendido que lleva a esta gente a hacer cosas que enervan a los ciudadanos sin ninguna necesidad. Parece que se sientan en la obligación de quitar de su vista cualquier tradición popular que no sea de su agrado particular. Que, también es verdad, cuando se les acaban las calles a las que cambiar el nombre tendrán que fijar otros objetivos.
Aquí los reyes magos de Manuela Carmena para el 2016, por si se os había olvidado. Con sus camisones ideales para pajearse por debajo sin que se note cuando los niños vienen a traerles las cartas:
La insufrible Ada Colau montó este belén en la plaza del ayuntamiento de Barcelona el año pasado:
Putos cartones pegados a palos.
Yo creo que visto que a mucha gente no le gustó aquello, este año habrá decidido volver a lo tradicional y no inflarle más las gónadas a la gente que suficiente tendrán con vivir en la república de Cataluña.
Ay, no. Lo ha vuelto a hacer:
Con 114.000 euros, que no es dinero, ha montado esta joya artística que representa todos los elementos del belén convertidos en mobiliario de comedor. Hay una silla que representa al ninio Jesús, otra que imita al borrico, y así. Los platos de los ausentes comensales consisten en una bola de paja con una ventanita roja enmarcando un texto.
Los gilipollas de los lacitos no pudieron resistirse a la llamada del retraso y tardaron poco en llenar todas las sillas de plástico amarillo.
Jamás he entendido que lleva a esta gente a hacer cosas que enervan a los ciudadanos sin ninguna necesidad. Parece que se sientan en la obligación de quitar de su vista cualquier tradición popular que no sea de su agrado particular. Que, también es verdad, cuando se les acaban las calles a las que cambiar el nombre tendrán que fijar otros objetivos.