Frente Negro
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El escudo de Aragón se podría modificar en el futuro Estatuto
Iglesias pedirá a los expertos que estudien quitar las cabezas de moro cortadas del tercer "cuartel" y dejar sólo la Cruz de San Jorge. El presidente no espera problemas, pero hay división de opiniones.
JAVIER BENITO. Zaragoza | Tras las reticencias inciales, los socios del Ejecutivo aragonés, PSOE y PAR, se muestran decididos ya a abordar cuanto antes la reforma del Estatuto de Autonomía. El dictamen sobre el autogobierno aprobado por unanimidad en la anterior legislatura es "un punto de partida excepcional", sostiene el presidente aragonés, Marcelino Iglesias. Pero además, piensa aprovechar la ocasión para cambiar el escudo de la Comunidad.
"Los expertos tendrán que estudiarlo, pero este momento es ideal no sólo para aumentar el autogobierno, sino también para revisar los símbolos. Debemos hacer una reflexión sobre uno de los "cuarteles" del actual escudo y resolverlo aprovechando este momento de cambio", dice Iglesias.
En concreto se refiere al tercer "cuartel" (subdivisión), que muestra la cruz de San Jorge y cuatro cabezas de moros cortadas. Recuerda la toma de Huesca en 1096 por Pedro I y por su hermano, el futuro Alfonso I "El Batallador" (que tomaría Zaragoza en 1118), con ayuda de San Jorge a caballo.
Aunque la idea de cambiar este emblema no es nueva, el Ejecutivo de Iglesias la ha tomado en consideración a raíz de una petición expresa de la Comunidad Islámica. El presidente aún no ha consultado al Consejo Asesor de Heráldica y Simbología, pero no cree que se suscite ningún problema.
"El "cuartel" se puede quedar perfectamente con la cruz de San Jorge, que es la que rememora la batalla de Alcoraz, y Aragón no pierde nada", dice Iglesias. "Es algo que nos concierne a todos, por sensibilidad -continúa-. Y más ante el fenómeno de la inmigración que necesitamos integrar y favorecer para beneficiar a todos los aragoneses. Sin su concurso tendríamos dificultades para mantener el nivel de desarrollo económico y social, invertir la tendencia demográfica y aumentar la población".
Pero Iglesias yerra en su pronóstico de que no habrá problemas. Al menos sí aprecia múltiples inconvenientes Guillermo Redondo, doctor en Historia Moderna, director de la Cátedra de Heráldica de la Institución Fernando el Católico y miembro del Consejo Asesor de Heráldica y Simbología. Aun reconociendo la "buena voluntad" del planteamiento, considera que hay "bastante carga de ignorancia e ingenuidad".
Redondo aduce que el escudo actual tiene más de cinco siglos, y los "cuarteles" que lo forman por separado aún son más antiguos. El tercero, en concreto, "es una referencia a una batalla que sucedió", dice, si bien -como cualquier otro emblema- su significado inicial trasciende más allá y hoy en día representa en su opinión "una suma de las culturas cristiana por la cruz e islámica por las cabezas, ya que no aparece sangre, a diferencia de otras iconografías".
Tras recordar que el mismo emblema es el escudo de armas de Cerdeña y que el de Córcega es una cabeza de moro, insiste en que si se quitan "desaparecería toda referencia al mundo islámico". "Cambiar un emblema de esta categoría no se puede hacer alegremente", añade, y aunque reconoce que se puede hacer, a él no le parece oportuno.
En el otro extremo, Enrique Gastón, profesor titular de Sociología -que ya reivindicó este cambio hace tiempo- afirma: "Si yo fuese inmigrante me sentiría muy mal". Sostiene que la imagen polémica es "una reminiscencia de la violencia religiosa de la Edad Media que ha llegado hasta el siglo XXI, y aunque haya muchas otras muestras, en el escudo de Aragón es patente y bien agresiva".
"No creo que en ningún país civilizado vean con buenos ojos que en una Comunidad se exhiban cabezas degolladas en su escudo .
-concluye-. Nos quejamos de que lo haga Al Qaeda y nosotros lo hacemos durante cientos de años".
Entre uno y otro, aunque en otro plano, se coloca Gonzalo Borrás, catedrático de Historia del Arte especialista en arte mudéjar, director del Instituto de Estudios Islámicos y de Oriente Próximo y director de la Institución Fernando el Católico. Reconoce que "la imagen de cuatro cabezas cortadas, con independencia de quién sean, tiene una carga de violencia tremenda". Pero recalca que el problema de la identificación con los emblemas históricos es extensivo a otros territorios.
"¿Va pedir perdón España por la expulsión de los moriscos o los judíos? ¿Se van a sacar todos los Santiagos Matamoros de las iglesias de España? -cuestiona-. Una cosa es la historia y otra la realidad actual. El problema es con qué símbolos se quiere identificar una Comunidad y si el escudo histórico nos sigue sirviendo. Pero enfrentar la buena relación de vecindad entre culturas con un elemento puramente iconográfico es muy problemático".
El debate está servido. Ahora tendrán que hablar los partidos. De ellos depende que el escudo se cambie o se quede como está.
Iglesias pedirá a los expertos que estudien quitar las cabezas de moro cortadas del tercer "cuartel" y dejar sólo la Cruz de San Jorge. El presidente no espera problemas, pero hay división de opiniones.
JAVIER BENITO. Zaragoza | Tras las reticencias inciales, los socios del Ejecutivo aragonés, PSOE y PAR, se muestran decididos ya a abordar cuanto antes la reforma del Estatuto de Autonomía. El dictamen sobre el autogobierno aprobado por unanimidad en la anterior legislatura es "un punto de partida excepcional", sostiene el presidente aragonés, Marcelino Iglesias. Pero además, piensa aprovechar la ocasión para cambiar el escudo de la Comunidad.
"Los expertos tendrán que estudiarlo, pero este momento es ideal no sólo para aumentar el autogobierno, sino también para revisar los símbolos. Debemos hacer una reflexión sobre uno de los "cuarteles" del actual escudo y resolverlo aprovechando este momento de cambio", dice Iglesias.
En concreto se refiere al tercer "cuartel" (subdivisión), que muestra la cruz de San Jorge y cuatro cabezas de moros cortadas. Recuerda la toma de Huesca en 1096 por Pedro I y por su hermano, el futuro Alfonso I "El Batallador" (que tomaría Zaragoza en 1118), con ayuda de San Jorge a caballo.
Aunque la idea de cambiar este emblema no es nueva, el Ejecutivo de Iglesias la ha tomado en consideración a raíz de una petición expresa de la Comunidad Islámica. El presidente aún no ha consultado al Consejo Asesor de Heráldica y Simbología, pero no cree que se suscite ningún problema.
"El "cuartel" se puede quedar perfectamente con la cruz de San Jorge, que es la que rememora la batalla de Alcoraz, y Aragón no pierde nada", dice Iglesias. "Es algo que nos concierne a todos, por sensibilidad -continúa-. Y más ante el fenómeno de la inmigración que necesitamos integrar y favorecer para beneficiar a todos los aragoneses. Sin su concurso tendríamos dificultades para mantener el nivel de desarrollo económico y social, invertir la tendencia demográfica y aumentar la población".
Pero Iglesias yerra en su pronóstico de que no habrá problemas. Al menos sí aprecia múltiples inconvenientes Guillermo Redondo, doctor en Historia Moderna, director de la Cátedra de Heráldica de la Institución Fernando el Católico y miembro del Consejo Asesor de Heráldica y Simbología. Aun reconociendo la "buena voluntad" del planteamiento, considera que hay "bastante carga de ignorancia e ingenuidad".
Redondo aduce que el escudo actual tiene más de cinco siglos, y los "cuarteles" que lo forman por separado aún son más antiguos. El tercero, en concreto, "es una referencia a una batalla que sucedió", dice, si bien -como cualquier otro emblema- su significado inicial trasciende más allá y hoy en día representa en su opinión "una suma de las culturas cristiana por la cruz e islámica por las cabezas, ya que no aparece sangre, a diferencia de otras iconografías".
Tras recordar que el mismo emblema es el escudo de armas de Cerdeña y que el de Córcega es una cabeza de moro, insiste en que si se quitan "desaparecería toda referencia al mundo islámico". "Cambiar un emblema de esta categoría no se puede hacer alegremente", añade, y aunque reconoce que se puede hacer, a él no le parece oportuno.
En el otro extremo, Enrique Gastón, profesor titular de Sociología -que ya reivindicó este cambio hace tiempo- afirma: "Si yo fuese inmigrante me sentiría muy mal". Sostiene que la imagen polémica es "una reminiscencia de la violencia religiosa de la Edad Media que ha llegado hasta el siglo XXI, y aunque haya muchas otras muestras, en el escudo de Aragón es patente y bien agresiva".
"No creo que en ningún país civilizado vean con buenos ojos que en una Comunidad se exhiban cabezas degolladas en su escudo .
-concluye-. Nos quejamos de que lo haga Al Qaeda y nosotros lo hacemos durante cientos de años".
Entre uno y otro, aunque en otro plano, se coloca Gonzalo Borrás, catedrático de Historia del Arte especialista en arte mudéjar, director del Instituto de Estudios Islámicos y de Oriente Próximo y director de la Institución Fernando el Católico. Reconoce que "la imagen de cuatro cabezas cortadas, con independencia de quién sean, tiene una carga de violencia tremenda". Pero recalca que el problema de la identificación con los emblemas históricos es extensivo a otros territorios.
"¿Va pedir perdón España por la expulsión de los moriscos o los judíos? ¿Se van a sacar todos los Santiagos Matamoros de las iglesias de España? -cuestiona-. Una cosa es la historia y otra la realidad actual. El problema es con qué símbolos se quiere identificar una Comunidad y si el escudo histórico nos sigue sirviendo. Pero enfrentar la buena relación de vecindad entre culturas con un elemento puramente iconográfico es muy problemático".
El debate está servido. Ahora tendrán que hablar los partidos. De ellos depende que el escudo se cambie o se quede como está.