Tannhäuser
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- 20 Nov 2004
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Os relato una historia, acontecida esta misma noche, con una hija de la pérfida Albión.
La chica es inglesa, veinteañera,estudia en mi facultad. Es algo infantil y bastante pesada. Físicamente es normal tirando a bien, no es un pivón pero medio foro se pajearía hasta la extenuación sólo con pensar en la posibilidad de catar sus carnes.
Bueno, la historia es que la conocía de clase, y empezó a decirme tonterías por el messenya, mandarme mensajitos preguntando cuándo quería quedar con ella, etc. Cuando me la encuentro en la cafetería de la facultad, siempre escoltada por amigas, viene rauda a darme la brasa con un descaro que aturde (aunque no diga claramente que le molo, me pide corriendo que le dé dos besos, que quiere quedar para salir por ahí, me acaricia el hombro y demás, hasta sus amigas ponen cara de vergüenza ajena).
Al fin, tras interminables coqueteos e imbecilidades por messenya, quedamos en vernos esta noche por ahí de bares, ella con sus amigas y yo con los míos. Ya había quedado con ella a solas para mañana, pero qué coño, salía esta noche y me dio la brasa con que quería verme.
Yo me fui de botellón al piso de un colega, y la tía me llamó un par de veces para meterme prisa. A las 2 y media ya apuré a mis compañeros de bebercio, y les relaté innumerables maravillas sobre las amigas de mi inglesita, algunas de las cuales están bastante más petables que ella.
Llego al bar con los colegas y está la tía con sus amigas. Nos saludamos, las amigas me dan la brasa metiéndome el cachi en la boca para que beba, demás gilipolleces.
La tía con lo típico, me dice que bailotee, a lo que me niego, y cuando ya me pongo ansioso intento meterle el hocico. La tía me aparta la cara, y empiezo a chasquearme, ya que la que es ella la que lleva más de una semana dandome la brasa con que quiere quedar conmigo. (Para cerciorarme de que no me veía como un amiguito de Mickey Mouse, ya le había dicho claramente que quería quedar con ella a solas, sin amigas haciendo de carabina y demás, a lo que respondió con entusiasmo).
En fin, le cojo de la cintura, la toqueteo, la acaricio y demás, sin grandes resultados. En esto estoy cuando sus amigas sugieren irse a otro bar. Convenzo a mi guiri para que nos vayamos ella y yo solos a otro bareto.
Tras las gilipolleces de costumbre, hablando con sus amiwitas a la salida del bar, decir en qué bar va a estar ella y en cual las amigas, y un par de paradas para que salude a conocidos de pintas pagafantiles, llegamos ella y yo solos al otro bar.
Nos ponemos en la barra, pido un cachi para los dos y empezamos a beber.
Le intento meter el morro otra vez, y la tía sigue quitándose. Yo sospechaba que se estaba haciendo la dura, y empiezo a decirle las gilipolleces insulsas de rigor, bromitas y miau.
La abrazo, le empiezo a comer el cuello y la oreja, y la tía, aunque reticente, se deja hacer.
Cuando, por tercera vez, intento meterle el hocico en sus morros, me dice que no, que tiene novio y que no quiere que la bese en los labios.
Bah, mentirosilla, le digo, pero internamente me mosqueo cada vez más. Está un rato haciéndose la remilgada pero dejándose hacer. Le chupeteo el cuello, jugueteo con su pelo, le doy besos en el pecho (en el nacimiento de las tetas), la acaricio y efectúo frotamientos varios sobre su persona, con el consiguiente pinochazo. En cuanto ataco a la boca, la tía se aparta, o se pone el dedo delante. Le mordisqueo el dedo, pongo el mío y la morreo con él delante, más besuqueos por zonas erógenas. La chorba me abraza fuerte y se deja hacer, pongo mi frente contra la suya con sonrisita por parte de ambos y luego vuelvo al ataque, lo típico. En un par de ocasiones sí que me permite besarle en la boca sin dejar entrar la lengua, para apartarse después. Calculo que estaríamos así un cuarto de hora.
Cuando me vuelve a decir lo del novio que tiene en Escocia, ya me mosqueo y aparto mis manos pecadoras de ella. Me dice que no me enfade, que lleva siete años con él, patatín, patatán. Que le gusto mucho, que si no tuviera novio ahora mismo me llevaba a su casa.
Tras el natural cabreo, me pongo digno y empiezo a beber sin mirarla, y ella me coge de la mano, me dice que si soy bobo, que si estoy enfadado con ella, que quiere que siga siendo su amigo.
Le respondo, durante una larga conversación en la que no para de darme la brasa para que no me enfade y demás niñerías, que si estamos en ese plan no quiero nada con ella. Básicamente le digo que no quiero ser sólo su amigo, que no estoy enfadado, lo que pasa es que si tiene novio es algo que respeto, que no quiero joderle la relación, y le deseo que sean felices y coman perdices, y que no tiene sentido andarse con estas gilipolleces y calentamientos. Me recordé, escuchándome a mí mismo, al capitán John Quinn; "cuando una dama ofrece un obsequio a un caballero, el otro caballero debe retirarse. Les deseo buenos días".
La tía se aterroriza, me grapa, me coge la mano, blablabla, que me tiene mucho cariño, que me quiere como amigo, "como antes" (gracioso esto del "antes", pues aparte de cosas de clase, nimiedades, bromas infantiloides y coqueteos, prácticamente no hemos tenido conversaciones).
Le respondo, con cara distante, de impertérrita dignidad, que yo no la veo como amiga, sino como mujer. Que conmigo, o todo o nada, que si seguimos en ese plan no quiero que me vuelva a llamar, y que no intente hacerme cambiar de idea, porque yo soy así y no va a conseguirlo. A lo que la tía me dice no se qué de que si lo que quiero es ser su novio (se ve que interpretó el "todo" como noviazgo y no folleteo)... la corto y le digo que de eso nanay, que viendo cómo respeta su compromiso dejándose chupetear y sobar por un "amigo", jamás se me ocurriría ennoviarme con ella, no podría tener la más remota confianza.
Me dice que me ve como a un amigo, que no sea bobo, etcétera.
Le respondo que no cuente con que sea su amiguito gay, que no espere que vaya a su piso a ver la tele y hacer dibujitos, porque me gusta demasiado y no la veo como amiga sino como algo más. Si estas tonterías y calentamientos polliles (no utilicé ese lenguaje, fui muy correcto todo el tiempo) es lo que hay, se acabó el tema.
Mientras sigue dándome la brasa con cara de cordero degollado, cogiéndome de la mano, acariciándome y demás, me acabo el cachi con actitud distante y le digo que hasta aquí hemos llegado. Que ha sido un placer conocerla, pero que no cuente conmigo para nada más. Que para que vea que soy un caballero la acompañaré hasta el bar de sus amigas, pero a partir de ahí que se olvide de mí.
No quiere irse del bar hasta que se me pase el enfado, más ruegos, pataletas y brasas. Salimos. Se encuentra en la calle con un par de conocidos suyos, bastante majos. Uno, al ver el panorama, me dice lo típico, que vaya cómo son las mujeres, etcétera. Voy hablando con él y pasando de la otra, que va caminando y hablando con el segundo sujeto, volviéndose cada poco para poner caras, tenderme la mano, etc.
Las amigas, teóricamente, están desaparecidas, y a la tía repentinamente le entran ganas de mear, y quiere ir a un bar para usar el lavabo, o eso dice. Sospecho que se trataba de una táctica para seguir conmigo, pero vamos.
La acompaño a la puerta del bar, nos ponemos en una cola inmensa para entrar. Me dice, viendo mi actitud, que no hace falta que la siga acompañando si no quiero, que se queda con los dos pagafantas y me vaya con mis amigos si quiero, pero le respondo, ya partiéndome el culo y poniendo cara de cabroncete, que no quiero dejarla sola. Blah, me cuenta que su ciudad es una de las más peligrosas del mundo, y que no es una niña, pero sigue con su actitud de brasearme, toquetearme y tal. Le digo que me da igual, que es más por mí, estaré más tranquilo acompañándola hasta su casa, que no quiero que le pase nada, pero que desde luego, a partir de entonces, me olvide.
En la cola, más intentos de abrazarme y agarrarme la mano, a los que respondo apartándosela como quien no quiere la cosa, pero sin perder la caballerosidad. Dentro del bar, exhibo mi actitud de macho alfa ibérico agarrándola protectoramente mientras me abro paso entre la multitud, espero a que mee, volvemos a la puerta, y allí ya vuelvo a rechazar sus abrazos, manitas y tal, puesto que ya no es necesario sin multitudes ni empujones.
De la que volvemos a casa se repite la misma conversación del bar de antes, de que no cuente con que sea su amiguito de Mickey Mouse, y visto lo del novio, tampoco con un hipotético compromiso con mi persona. Ironías sobre que si tal vez la moralidad inglesa es más relajada en ese aspecto, pero a mí no me camela, que menuda visión del compromiso, miau miau miau.
-"Pero tú no sabes cómo es la historia con mi novio, llevamos siete años, vivimos en países distintos, tenemos muchas movidas" (Por cierto, me había dicho que se iba la semana que viene a Escocia "a ver a unos amigos de allí").
-"No conozco la historia, ni es asunto mío. Pero visto que interfiere, que por eso no pueda besarte, me afecta. No debiste andarte con insinuaciones y dejarme con la miel en los labios. Eso no se hace".
La dejo en la puerta de su casa y sigue detrás de mí, diciéndome que no sea bobo, que no me quiere perder como amigo. Le respondo lo mismo de siempre, que no me interesa su amistad, y visto lo visto, tampoco otra cosa. Ya he cumplido, estás en casa segura, rica, a partir de ahora se acabó.
Me pongo a caminar serenamente sin darme la vuelta, pese a que ella sigue dando la vara, bastante cagada de miedo.
Me despido, de espaldas, con un "Adiós".
-"Voy a seguir llamándote y persiguiéndote hasta que me saludes y me vuelvas a hablar, bobo"
- "Then I'll call the police!" Esbozo una sonrisilla, pero sigo mi camino sin volver la espalda.
En fin, cinco minutos después me hace una perdida, no se la cojo.
Noche perdida, dolor de huevos, pajas al viento, un par de semanas de coqueteos y gilipolleces para nada. Y encima mis compañeros de bebercio están algo mosqueados por haberme largado tan repentinamente con la guiri y sus amigas, a las que no pudieron catar. Qué cojones, si yo tampoco las conocía. La guiri se las presentó y a partir de ahí es asunto suyo, si no entablaron conversación ni entraron al tema, es culpa suya.
Seguramente me espere una brasa infernal por parte de esta caprichosa vía messenya, sms e incursiones en la facultad. Pero que le den por el culo, se ha topado con un español no pagafantas. Ahora, si me liara con alguna amiga suya, sería fetén. Me siento bien por haber mantenido esa actitud, aunque tal vez hubiera sido mejor mandarla a la mierda y así ahorrarme futuros quebraderos de cabeza. Creo que realmente le he cogido cariño.
Mis disculpas por la más que mediocre redacción, tened en cuenta las prisas y mi estado aún algo etílico. Saludos.
La chica es inglesa, veinteañera,estudia en mi facultad. Es algo infantil y bastante pesada. Físicamente es normal tirando a bien, no es un pivón pero medio foro se pajearía hasta la extenuación sólo con pensar en la posibilidad de catar sus carnes.
Bueno, la historia es que la conocía de clase, y empezó a decirme tonterías por el messenya, mandarme mensajitos preguntando cuándo quería quedar con ella, etc. Cuando me la encuentro en la cafetería de la facultad, siempre escoltada por amigas, viene rauda a darme la brasa con un descaro que aturde (aunque no diga claramente que le molo, me pide corriendo que le dé dos besos, que quiere quedar para salir por ahí, me acaricia el hombro y demás, hasta sus amigas ponen cara de vergüenza ajena).
Al fin, tras interminables coqueteos e imbecilidades por messenya, quedamos en vernos esta noche por ahí de bares, ella con sus amigas y yo con los míos. Ya había quedado con ella a solas para mañana, pero qué coño, salía esta noche y me dio la brasa con que quería verme.
Yo me fui de botellón al piso de un colega, y la tía me llamó un par de veces para meterme prisa. A las 2 y media ya apuré a mis compañeros de bebercio, y les relaté innumerables maravillas sobre las amigas de mi inglesita, algunas de las cuales están bastante más petables que ella.
Llego al bar con los colegas y está la tía con sus amigas. Nos saludamos, las amigas me dan la brasa metiéndome el cachi en la boca para que beba, demás gilipolleces.
La tía con lo típico, me dice que bailotee, a lo que me niego, y cuando ya me pongo ansioso intento meterle el hocico. La tía me aparta la cara, y empiezo a chasquearme, ya que la que es ella la que lleva más de una semana dandome la brasa con que quiere quedar conmigo. (Para cerciorarme de que no me veía como un amiguito de Mickey Mouse, ya le había dicho claramente que quería quedar con ella a solas, sin amigas haciendo de carabina y demás, a lo que respondió con entusiasmo).
En fin, le cojo de la cintura, la toqueteo, la acaricio y demás, sin grandes resultados. En esto estoy cuando sus amigas sugieren irse a otro bar. Convenzo a mi guiri para que nos vayamos ella y yo solos a otro bareto.
Tras las gilipolleces de costumbre, hablando con sus amiwitas a la salida del bar, decir en qué bar va a estar ella y en cual las amigas, y un par de paradas para que salude a conocidos de pintas pagafantiles, llegamos ella y yo solos al otro bar.
Nos ponemos en la barra, pido un cachi para los dos y empezamos a beber.
Le intento meter el morro otra vez, y la tía sigue quitándose. Yo sospechaba que se estaba haciendo la dura, y empiezo a decirle las gilipolleces insulsas de rigor, bromitas y miau.
La abrazo, le empiezo a comer el cuello y la oreja, y la tía, aunque reticente, se deja hacer.
Cuando, por tercera vez, intento meterle el hocico en sus morros, me dice que no, que tiene novio y que no quiere que la bese en los labios.
Bah, mentirosilla, le digo, pero internamente me mosqueo cada vez más. Está un rato haciéndose la remilgada pero dejándose hacer. Le chupeteo el cuello, jugueteo con su pelo, le doy besos en el pecho (en el nacimiento de las tetas), la acaricio y efectúo frotamientos varios sobre su persona, con el consiguiente pinochazo. En cuanto ataco a la boca, la tía se aparta, o se pone el dedo delante. Le mordisqueo el dedo, pongo el mío y la morreo con él delante, más besuqueos por zonas erógenas. La chorba me abraza fuerte y se deja hacer, pongo mi frente contra la suya con sonrisita por parte de ambos y luego vuelvo al ataque, lo típico. En un par de ocasiones sí que me permite besarle en la boca sin dejar entrar la lengua, para apartarse después. Calculo que estaríamos así un cuarto de hora.
Cuando me vuelve a decir lo del novio que tiene en Escocia, ya me mosqueo y aparto mis manos pecadoras de ella. Me dice que no me enfade, que lleva siete años con él, patatín, patatán. Que le gusto mucho, que si no tuviera novio ahora mismo me llevaba a su casa.
Tras el natural cabreo, me pongo digno y empiezo a beber sin mirarla, y ella me coge de la mano, me dice que si soy bobo, que si estoy enfadado con ella, que quiere que siga siendo su amigo.
Le respondo, durante una larga conversación en la que no para de darme la brasa para que no me enfade y demás niñerías, que si estamos en ese plan no quiero nada con ella. Básicamente le digo que no quiero ser sólo su amigo, que no estoy enfadado, lo que pasa es que si tiene novio es algo que respeto, que no quiero joderle la relación, y le deseo que sean felices y coman perdices, y que no tiene sentido andarse con estas gilipolleces y calentamientos. Me recordé, escuchándome a mí mismo, al capitán John Quinn; "cuando una dama ofrece un obsequio a un caballero, el otro caballero debe retirarse. Les deseo buenos días".
La tía se aterroriza, me grapa, me coge la mano, blablabla, que me tiene mucho cariño, que me quiere como amigo, "como antes" (gracioso esto del "antes", pues aparte de cosas de clase, nimiedades, bromas infantiloides y coqueteos, prácticamente no hemos tenido conversaciones).
Le respondo, con cara distante, de impertérrita dignidad, que yo no la veo como amiga, sino como mujer. Que conmigo, o todo o nada, que si seguimos en ese plan no quiero que me vuelva a llamar, y que no intente hacerme cambiar de idea, porque yo soy así y no va a conseguirlo. A lo que la tía me dice no se qué de que si lo que quiero es ser su novio (se ve que interpretó el "todo" como noviazgo y no folleteo)... la corto y le digo que de eso nanay, que viendo cómo respeta su compromiso dejándose chupetear y sobar por un "amigo", jamás se me ocurriría ennoviarme con ella, no podría tener la más remota confianza.
Me dice que me ve como a un amigo, que no sea bobo, etcétera.
Le respondo que no cuente con que sea su amiguito gay, que no espere que vaya a su piso a ver la tele y hacer dibujitos, porque me gusta demasiado y no la veo como amiga sino como algo más. Si estas tonterías y calentamientos polliles (no utilicé ese lenguaje, fui muy correcto todo el tiempo) es lo que hay, se acabó el tema.
Mientras sigue dándome la brasa con cara de cordero degollado, cogiéndome de la mano, acariciándome y demás, me acabo el cachi con actitud distante y le digo que hasta aquí hemos llegado. Que ha sido un placer conocerla, pero que no cuente conmigo para nada más. Que para que vea que soy un caballero la acompañaré hasta el bar de sus amigas, pero a partir de ahí que se olvide de mí.
No quiere irse del bar hasta que se me pase el enfado, más ruegos, pataletas y brasas. Salimos. Se encuentra en la calle con un par de conocidos suyos, bastante majos. Uno, al ver el panorama, me dice lo típico, que vaya cómo son las mujeres, etcétera. Voy hablando con él y pasando de la otra, que va caminando y hablando con el segundo sujeto, volviéndose cada poco para poner caras, tenderme la mano, etc.
Las amigas, teóricamente, están desaparecidas, y a la tía repentinamente le entran ganas de mear, y quiere ir a un bar para usar el lavabo, o eso dice. Sospecho que se trataba de una táctica para seguir conmigo, pero vamos.
La acompaño a la puerta del bar, nos ponemos en una cola inmensa para entrar. Me dice, viendo mi actitud, que no hace falta que la siga acompañando si no quiero, que se queda con los dos pagafantas y me vaya con mis amigos si quiero, pero le respondo, ya partiéndome el culo y poniendo cara de cabroncete, que no quiero dejarla sola. Blah, me cuenta que su ciudad es una de las más peligrosas del mundo, y que no es una niña, pero sigue con su actitud de brasearme, toquetearme y tal. Le digo que me da igual, que es más por mí, estaré más tranquilo acompañándola hasta su casa, que no quiero que le pase nada, pero que desde luego, a partir de entonces, me olvide.
En la cola, más intentos de abrazarme y agarrarme la mano, a los que respondo apartándosela como quien no quiere la cosa, pero sin perder la caballerosidad. Dentro del bar, exhibo mi actitud de macho alfa ibérico agarrándola protectoramente mientras me abro paso entre la multitud, espero a que mee, volvemos a la puerta, y allí ya vuelvo a rechazar sus abrazos, manitas y tal, puesto que ya no es necesario sin multitudes ni empujones.
De la que volvemos a casa se repite la misma conversación del bar de antes, de que no cuente con que sea su amiguito de Mickey Mouse, y visto lo del novio, tampoco con un hipotético compromiso con mi persona. Ironías sobre que si tal vez la moralidad inglesa es más relajada en ese aspecto, pero a mí no me camela, que menuda visión del compromiso, miau miau miau.
-"Pero tú no sabes cómo es la historia con mi novio, llevamos siete años, vivimos en países distintos, tenemos muchas movidas" (Por cierto, me había dicho que se iba la semana que viene a Escocia "a ver a unos amigos de allí").
-"No conozco la historia, ni es asunto mío. Pero visto que interfiere, que por eso no pueda besarte, me afecta. No debiste andarte con insinuaciones y dejarme con la miel en los labios. Eso no se hace".
La dejo en la puerta de su casa y sigue detrás de mí, diciéndome que no sea bobo, que no me quiere perder como amigo. Le respondo lo mismo de siempre, que no me interesa su amistad, y visto lo visto, tampoco otra cosa. Ya he cumplido, estás en casa segura, rica, a partir de ahora se acabó.
Me pongo a caminar serenamente sin darme la vuelta, pese a que ella sigue dando la vara, bastante cagada de miedo.
Me despido, de espaldas, con un "Adiós".
-"Voy a seguir llamándote y persiguiéndote hasta que me saludes y me vuelvas a hablar, bobo"
- "Then I'll call the police!" Esbozo una sonrisilla, pero sigo mi camino sin volver la espalda.
En fin, cinco minutos después me hace una perdida, no se la cojo.
Noche perdida, dolor de huevos, pajas al viento, un par de semanas de coqueteos y gilipolleces para nada. Y encima mis compañeros de bebercio están algo mosqueados por haberme largado tan repentinamente con la guiri y sus amigas, a las que no pudieron catar. Qué cojones, si yo tampoco las conocía. La guiri se las presentó y a partir de ahí es asunto suyo, si no entablaron conversación ni entraron al tema, es culpa suya.
Seguramente me espere una brasa infernal por parte de esta caprichosa vía messenya, sms e incursiones en la facultad. Pero que le den por el culo, se ha topado con un español no pagafantas. Ahora, si me liara con alguna amiga suya, sería fetén. Me siento bien por haber mantenido esa actitud, aunque tal vez hubiera sido mejor mandarla a la mierda y así ahorrarme futuros quebraderos de cabeza. Creo que realmente le he cogido cariño.
Mis disculpas por la más que mediocre redacción, tened en cuenta las prisas y mi estado aún algo etílico. Saludos.