Jacques de Molay
Freak total
- Registro
- 2 Nov 2003
- Mensajes
- 18.013
- Reacciones
- 8
Acabo de regresar frustrado y encabronado, una noche más, a casa. Como hoy no me he encegado en contra de mi costumbre inveterada he podido analizar con ojo clínico la fauna discotequil y debo decir que es de lo más patético y miserable. A parte de ser un bosque de nabos.
Una de las cosas que más me ha puesto de mala hostia es esta variante de las calientapollas que son las castigadoras. Sí, esas perracas que se te arriman lo justo para ponerte morcillón pero que no te dan opción a nada. No actúan como las calientapollas clásicas que te dan más margen y al menos te dirigen la palabra. Estas atacan la moral del enemigo (tú) de una forma más sutil y vil. Te vienen a decir con sus gestos alitvos lo buenorras que están y que tú jamás podrás gozar de sus caderas. Cuando las miras a los ojos buscando un asomo de debilidad o conectividad te devuelven miradas asesinas y frías como el hielo que ya las quisiera la recordada Wanda de "La Venus de las pieles" de Sacher-Masoch, Dios lo haya perdonado.
Hoy he padecido dos de esas cerdas castigadoras y me he puesto de tan mala folla que he decidido retirarme a mis cuarteles de invierno.
Si alguno de vosotros ha tenido experiencias similares o peores con esta clase de warras tenga a bien compartirlo con la plebe forense.
Una de las cosas que más me ha puesto de mala hostia es esta variante de las calientapollas que son las castigadoras. Sí, esas perracas que se te arriman lo justo para ponerte morcillón pero que no te dan opción a nada. No actúan como las calientapollas clásicas que te dan más margen y al menos te dirigen la palabra. Estas atacan la moral del enemigo (tú) de una forma más sutil y vil. Te vienen a decir con sus gestos alitvos lo buenorras que están y que tú jamás podrás gozar de sus caderas. Cuando las miras a los ojos buscando un asomo de debilidad o conectividad te devuelven miradas asesinas y frías como el hielo que ya las quisiera la recordada Wanda de "La Venus de las pieles" de Sacher-Masoch, Dios lo haya perdonado.
Hoy he padecido dos de esas cerdas castigadoras y me he puesto de tan mala folla que he decidido retirarme a mis cuarteles de invierno.
Si alguno de vosotros ha tenido experiencias similares o peores con esta clase de warras tenga a bien compartirlo con la plebe forense.