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So called armchair experts.

En las sociedades industrializadas está más agravada la neurosis colectiva. No son problemas como el agua potable, las vacunas, enfermedades ya estudiadas con bajo coste de medicación. Es volverse loco por no tener suficiente aceptación social para los estándares de popularidad.

Las crisis humanitarias se sucederán con mayor frecuencia hasta hacerse cotidianas para que veamos irremediable la auto-destrucción de la humanidad, nuestra propia aniquilación al matarnos entre todos.
Minutos musicales:

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So good, no puedo likear amego.
Eso si que es comer.

¿ cómo llevas el día, premo? que de fosca está levantando esta humedad, es como meterse en una piscina de meados


Ya no es colonia , ahora es un territorio autónomo con amplias competencias.
Si que sois raritos los murcianitos, si.
Y tu premoh :nohomo: el más rrrraro.

K#rma dominical y anal
 
Lo poco que queda es una pequeña célula terrorista centralizada y está totalmente controlada.

La verdad.. ha sido un verano de impétigos infinitos. Llagas abiertas, grietas gorgoteantes, pensé en dormir con manoplas. Cada vez que me rozaba y saltaba las costras.. un líquido como la miel brotaba de cientos de picaduras como ríos sobre mi blanca piel. Brazos, piernas, riñones, muslos, frente, cuello, homoplatos, los del codo los peores... La mente te grita "NO LO HAGAS, IMBÉCIL" pero tus manos ya han cogido la forma de la afilada garra de un águila y están rascando como salvajes topos rabiosossss. El espacio, el tiempo, la razón y el espíritu se rompen en mil pedazos, pero la historia del santo job me llenó de paciencia y mi integridad jamás se tambaleó.

uvan quete ava nyere
an ilye niri umir ulce


A más ver, mis valientes hobbits. Mi labor ha concluido. Aquí, al fin, a la orilla del mar, llega el adiós a nuestra Compañía.
No diré "no lloréis", pues no todas las lágrimas son amargas.

Ahora sólo quedan lunares artificiales que me recuerdan lo fuerte que he sido y que soy.
 
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La foto de @THORNDIKE de Tinder.
 
Las fotos de los fines de semana de Thordiken me recuerdan a los cuentos de John Cheever. Que no eran cuentos al estilo de los europeos con una moraleja, un bosque, unos niños y sucesos mágicos, no, son cuentos o relatos muy breves de la vida cotidiana. Sobre todo de la vida cotidiana de la clase media americana y lo que se ocultaba detrás del sueño americano de la década de los 50.

Eran relatos cortos donde empezaba describiendo la vida de unas personas que en apariencia lo tenían todo, casa con jardín con valla medianera de tabla con el vecino, trabajos estables, coches, toda clase de electrodomésticos, una vida social más o menos encaminada con cenas con otras parejas, edad madura, etc, etc. Y sin embargo, detrás de toda la descripción idílica de los personajes siempre había un problema oculto. Que si la mujer había abortado al primer hijo y desde entonces entra en depresión y aunque de cara a la galería se muestra feliz, en el hogar ya nunca fue la misma. Que si al marido le entra una crisis por la edad y decide morir lentamente en silencio con un suicidio en diferido. Que si la que se supone que es la esposa ideal está todo el día pendiente e inventando cosas de los vecinos porque se aburre en casa. Que si el marido engaña a la esposa porque siente un vacío existencial. Y todos los cuentos del mismo palo.

Y esa angustia de esos cuentos en lo que me trasmiten a mí las fotos de Thordiken. Esas comidas que delatan la falta de autoestima y el culto excesivo a la imagen corporal, esas rutinas en la azotea con los hierros para acallar la ansiedad. Y sobre todo la casa, la casa es un nido vacío de manual, un lugar ideal para criar unos hijos y vivir en una sociedad del bienestar con todas las comodidades y que sin embargo suena a eco y desesperación por un infructífero tiempo que pasa sin remedio.

Todo estaba listo, todo dispuesto, con los objetivos cumplidos. Thodiken hizo lo que le dijeron que tenía que hacer para tener una esposa farmacéutica y dos hijos rubios y sanos. Trabajo, buen aspecto, vida sana, casa en urbanización para alejarse de la plebe ¿Y todo para qué? Para nada porque el nido sigue vacío y las cycas tornarán a marrones antes de que vean los tacatacas por el borde de la piscina.
 
Yo hoy he hecho algo parecido, he comprado una rodaja de salmón porque no me apetece cocinar y quería algo rápido y "sano" y ya me estoy arrepintiendo porque lo cierto es que el pescado no me ilusiona lo más mínimo. No me lo pide el cuerpo. De nunca. Y por algo será, digo yo. Lo como y me gusta pero no me apetece antes de empezar.
Pero desayunar ensalada con una plasta de espinacas para mí sería imposible, es que ni aunque estuviera enferma y fuera el remedio de algo, qué cosa tan poco apetecible ¡Dios mío!

Nada como una dorada o una lubina a la plancha con un poco de sal y limón. Eso después de un día de playa sienta espectacular. Es chulísimo, como diría Yolanda Díaz.

Hay que comer carne y pescado. Hay que reivindicar ese derecho, ese y el de cocinar.

Un progre compra comida.
Un facha la prepara.

Un progre come nuggets de heura.
Un facha pone un lenguado a la plancha y abre una lata de berberechos.

Un confundido se come un pepino a trozos para desayunar.
 
Nada como una dorada o una lubina a la plancha con un poco de sal y limón. Eso después de un día de playa sienta espectacular. Es chulísimo, como diría Yolanda Díaz.

Hay que comer carne y pescado. Hay que reivindicar ese derecho, ese y el de cocinar.

Un progre compra comida.
Un facha la prepara.

Un progre come nuggets de heura.
Un facha pone un lenguado a la plancha y abre una lata de berberechos.

Un confundido se come un pepino a trozos para desayunar.

Hoy he comido primero un tazón de gazpacho andaluz y después una buena rodaja de salmón a la plancha con patatas al horno.

Dime si eso no está bueno y es sano, sin temor a vomitar por comer algo insípido y sin sustancia.
 
Las fotos de los fines de semana de Thordiken me recuerdan a los cuentos de John Cheever. Que no eran cuentos al estilo de los europeos con una moraleja, un bosque, unos niños y sucesos mágicos, no, son cuentos o relatos muy breves de la vida cotidiana. Sobre todo de la vida cotidiana de la clase media americana y lo que se ocultaba detrás del sueño americano de la década de los 50.

Eran relatos cortos donde empezaba describiendo la vida de unas personas que en apariencia lo tenían todo, casa con jardín con valla medianera de tabla con el vecino, trabajos estables, coches, toda clase de electrodomésticos, una vida social más o menos encaminada con cenas con otras parejas, edad madura, etc, etc. Y sin embargo, detrás de toda la descripción idílica de los personajes siempre había un problema oculto. Que si la mujer había abortado al primer hijo y desde entonces entra en depresión y aunque de cara a la galería se muestra feliz, en el hogar ya nunca fue la misma. Que si al marido le entra una crisis por la edad y decide morir lentamente en silencio con un suicidio en diferido. Que si la que se supone que es la esposa ideal está todo el día pendiente e inventando cosas de los vecinos porque se aburre en casa. Que si el marido engaña a la esposa porque siente un vacío existencial. Y todos los cuentos del mismo palo.

Y esa angustia de esos cuentos en lo que me trasmiten a mí las fotos de Thordiken. Esas comidas que delatan la falta de autoestima y el culto excesivo a la imagen corporal, esas rutinas en la azotea con los hierros para acallar la ansiedad. Y sobre todo la casa, la casa es un nido vacío de manual, un lugar ideal para criar unos hijos y vivir en una sociedad del bienestar con todas las comodidades y que sin embargo suena a eco y desesperación por un infructífero tiempo que pasa sin remedio.

Todo estaba listo, todo dispuesto, con los objetivos cumplidos. Thodiken hizo lo que le dijeron que tenía que hacer para tener una esposa farmacéutica y dos hijos rubios y sanos. Trabajo, buen aspecto, vida sana, casa en urbanización para alejarse de la plebe ¿Y todo para qué? Para nada porque el nido sigue vacío y las cycas tornarán a marrones antes de que vean los tacatacas por el borde de la piscina.
Magistral, para enmarcar.
 
@Bruce Harper, casi volcamos.

Iba completamente embalado con otros 3 quemaos de la vida jugando a las carreras y a menos de 100 metros que nos topamos que
están todos parados. En el carril derecho había coches, así que no he podido dar un volantazo.

Me ha tocado tirar de freno y derrapar como un hijoputa. Menos mal que de frenos voy siempre fino.
jejeje

Qué bien hacen los coches ahora. Con un coche viejo habría sido hostia segura.

Ya estoy con una cerveza relajante y descompresiva en la mano.
 
Editado cobardemente:
Gladbach VS Werder??
Partidazo de equipos míticos.
Ambientazo!!
🍺🍺

Este estadio es muy familiar, vengo bastante y al final todos se conocen.

Eso sí, el nivel de retraso que maneja está gente es digno del foro.

Ahora están agitando la bufanda como putos mongólicos mientras suena el himno.

Yo básicamente me dedico a comer salchichas, beber cerveza y forear... que si tengo que ver el fútbol... no veas que malos son.
 
Editado cobardemente:
@Bruce Harper, casi volcamos.

Iba completamente embalado con otros 3 quemaos de la vida jugando a las carreras y a menos de 100 metros que nos topamos que
están todos parados. En el carril derecho había coches, así que no he podido dar un volantazo.

Me ha tocado tirar de freno y derrapar como un hijoputa. Menos mal que de frenos voy siempre fino.
jejeje

Qué bien hacen los coches ahora. Con un coche viejo habría sido hostia segura.

Ya estoy con una cerveza relajante y descompresiva en la mano.

Joder que chungo vaya susto me acabo de llevar. Y que sea la última vez, eh, hijo de la gran puta, que hablas así de un coche viejo. Un coche nuevo no le llega ni a la suela de los zapatos a un coche de 20 o 25 años. Que hasta los cojones me tenéis con estas tonterías.
Me alegro mucho de que estés bien.
 
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