Anda que no da ascazo la puta mierda de los caballos del vino. Esa carrera torpe y desfasada, con los corredores más tontos del noroeste. Se ponen ciegos a vino y luego le dan zapatilla por las cuestas del castillo.
Es como un rally de retrasados con bestias hermosas y alucinantes.
Caballos preciosos. Y los mantos, hilo de oro artesanal. Pero luego te ves la carrerita de borrachos, las caras de paletazos palurdos paletos, rojas por el vino, los dientes apretaos y las venas marcadas, como en una polla. Los ves ahí con los ojos inyectados en sangre tratando de azuzar al caballo, fuerte y de piel dura, dándole con todas sus ganas para que corra más. Al final, te ves a Carlos Moreno por la tele enseñando las ampollas que tiene en la mano de la vara. En una carrera de segundos.
Casi tanto asco como la feria de sevilla sin el agravante de ser andaluc