Por cierto, no sé si lo sabíais, pero en 2012 empiezan a entrar las CRT, y en 2013 todos los equipos están obligado a tenerlas.
Es la revolución. El Mundial de MotoGP comienza la era de las motos baratas. El objetivo es llenar una parrilla que hoy solo cuenta con 17 máquinas. En Australia, las lesiones de Lorenzo y Spies dejaron la carrera con 15 pilotos. Era triste mirar la salida. Parecía una competición de amigos. Y allí estaban los mejores del mundo. La causa es el alto coste que supone mantener una escudería en la cilindrada reina. Y la crisis económica agrava la situación. Una moto de fábrica oficial vale hoy un mínimo de 2,5 millones de euros. Y Carmelo Ezpeleta ha decidido abrir el campeonato precisamente cuando el Mundial retorna a los 1.000 centímetros cúbicos. En 2012 se podrá competir con motos CRT (Claiming Rules Team), que son máquinas con motores de serie, los mismos que vemos en la calle, con la diferencia de que tendrán una potencia mucho mayor y que tendrán un chasis diferente del original de cualquier fabricante.
Ezpeleta traslada la operación realizada en la categoría Moto2, que hoy suma 38 pilotos en pista, a la categoría absoluta. La igualdad técnica provocada en Moto2 es el mejor ejemplo de futuro. En MotoGP se buscará mayor competencia con ayudas a estas nuevas CRT. Podrán contar con doce motores para toda la temporada, mientras las monturas oficiales (Honda, Yamaha, Ducati, Suzuki) solo tienen permitidos seis. Y la capacidad de los depósitos de combustible de las CRT será de 24 litros, en vez de los 21 que hoy sufren las cuatro escuderías reinantes. Esos 21 litros crean habitualmente problemas de consumo a los grandes campeones.
Me parece una idea buenísima, ya que actualmente da pena ver la parrilla de MotoGP debido a las pocas motos y pilotos que la componen debido a lo que cuesta una moto de estas.