Ya no hay sexo, ni culos, ni tetas. Ya no hay prostitutas, ni violaciones, ni mujeres tratadas como sacos de carne. Ahora todas las mujeres son fuertes e independientes. Parece un puto congreso del PSOE. Todo es tan lamentable. Como cuando la calesi y la pelopolla se ponen a hablar del enfado con gusano, tía, qué fuerte, te quiero, eres la mejor, te lo mereces todo.
El enano era cínico, divertido, socarrón, amante del vino y los placeres terrenales. Ahora parece un monaguillo. Nieve, que siempre ha sido un insustancial y un sin sangre, acaparando más y más protagonismo.Por Dios, que le den más protagonismo a Meñique, que es el único que todavía entiende la serie. Hasta se han cargado al personaje del calvo castrado; otro que parece un cura. Ya no hay ni una puta intriga, ningún juego subterráneo. Todo es a cielo abierto, obvio, a la vista.
Y lo de las águilas.
Esta serie marca el inicio del fin de las series de tv.