HISTORIA MILITAR: hilo de ejércitos y batallitas.

Jacques de Molay rebuznó:
vadertxu rebuznó:
Coño, Jacques, ¿tu viejo estuvo en Artillería?

Muy adentro debieron de llegar los russkis para que le dieran la oportunidad de ganarla.

La verdad es que sí, los rusos llegaron muy muy adentro.

Mi padre estuvo de sargento en una de las baterías (la 8ª) del tercer batallón del regimiento 262, que cubría la fábrica de papel en uno de los meandros del Ishora, en la zona de Moiskorowo. Creo que cuando empezó el tomate estaba en el puesto avanzado y después se pasó yendo y viniendo de la 7ª a la 8ª batería durante lo recio del combate, manteniendo en todo momento las comunicaciones. Tuvieron que defender la posición durante horas para evitar que los rusos cruzaran el río con tanques e infantería.

Mi padre me contó cómo se dieron cuenta de que los tanques rusos venían sobre el río helado y ellos tuvieron que cargarse el hielo para dejarlos atrapados e inutilizados.

Y a contener como podían las oleadas de infantería. Debió ser una carnicería en toda regla.

Por su valor en el combate figuró como muy distinguido en la "relación nominal del ersonal distinguido en los combates del día 10 de febrero de 1943 en el sector de Krasnij Bor".

De todo lo cual estoy bien orgulloso, cojones, ojalá hubiera heredado un 10% de su coraje.

PD: Sólo en el bombardeo previo a la batalla en sí el tercer batallón tuvo un 45% de bajas. Aunque las primeras oleadas no se dirigieron contra sus posiciones sino contra el pueblo de Krasny Bor, después les tocó pringar lo suyo.

Pues en la chapa pone 7-AR250, debe ser de la 7ª batería.

Yo estuve ayudando a pasear a una señora bastante mayor, y su marido, antiguo policía municipal de Bilbao, tenía la de segunda clase. Según él se la dieron por ser el único ileso (o vivo, no me acuerdo bien). Su frase: "y venían, y venían". Estaba convencido de que venían borrachos, a saber.
 
vadertxu rebuznó:
Jacques de Molay rebuznó:
vadertxu rebuznó:
Coño, Jacques, ¿tu viejo estuvo en Artillería?

Muy adentro debieron de llegar los russkis para que le dieran la oportunidad de ganarla.

La verdad es que sí, los rusos llegaron muy muy adentro.

Mi padre estuvo de sargento en una de las baterías (la 8ª) del tercer batallón del regimiento 262, que cubría la fábrica de papel en uno de los meandros del Ishora, en la zona de Moiskorowo. Creo que cuando empezó el tomate estaba en el puesto avanzado y después se pasó yendo y viniendo de la 7ª a la 8ª batería durante lo recio del combate, manteniendo en todo momento las comunicaciones. Tuvieron que defender la posición durante horas para evitar que los rusos cruzaran el río con tanques e infantería.

Mi padre me contó cómo se dieron cuenta de que los tanques rusos venían sobre el río helado y ellos tuvieron que cargarse el hielo para dejarlos atrapados e inutilizados.

Y a contener como podían las oleadas de infantería. Debió ser una carnicería en toda regla.

Por su valor en el combate figuró como muy distinguido en la "relación nominal del ersonal distinguido en los combates del día 10 de febrero de 1943 en el sector de Krasnij Bor".

De todo lo cual estoy bien orgulloso, cojones, ojalá hubiera heredado un 10% de su coraje.

PD: Sólo en el bombardeo previo a la batalla en sí el tercer batallón tuvo un 45% de bajas. Aunque las primeras oleadas no se dirigieron contra sus posiciones sino contra el pueblo de Krasny Bor, después les tocó pringar lo suyo.

Pues en la chapa pone 7-AR250, debe ser de la 7ª batería.

Yo estuve ayudando a pasear a una señora bastante mayor, y su marido, antiguo policía municipal de Bilbao, tenía la de segunda clase. Según él se la dieron por ser el único ileso (o vivo, no me acuerdo bien). Su frase: "y venían, y venían". Estaba convencido de que venían borrachos, a saber.

Sí, tienes razón, era de la séptima e iba y venía a la 8ª.
En el libro donde lo he consultado había la errata de que estaba en la 8ª, supongo que se debió a que el tío no paró ni un momento y estuvo mucho tiempo en la otra. Mi padre en el ejemplar que yo tengo corrigió a mano el texto y puso 7ª.

Lo de que los rusos iban cargados de vodka es harto posible. Pero los que no iban cargados de vodka eran los "organillos" y la artillería rusa en general que ablandaron la línea española de buen rollete.
 
Hombre, es que no todo va a ser matarse.

Asi, sin música, es como soso...

Los organillos tienen una historia fascinante. Hoy todos los ejercitos más o menos punteros en cuanto a material tienen unos trastos parecidos (pero mucho más sofisticados). Tiempos aquellos de los Congreves y cuando los lanzacohetes eran tan secretos que los manejaban tipos del NKVD y los llamaban cañones Kostikov.
 
Con lo bonito que era ir a la muerte al son de los tambores y las flautas...

O entonar el peán antes de entrar en combate.

Si es que las guerras ya no son lo que eran.
 
Jacques de Molay rebuznó:
Con lo bonito que era ir a la muerte al son de los tambores y las flautas...

O entonar el peán antes de entrar en combate.

Si es que las guerras ya no son lo que eran.

Cuando iban 3 o 4 páginas de este hilo iba a escribir un mensaje preguntando qué estilo de combate os gustaba más (de los que ha habido en la Historia) y yo expliqué mis preferencias personales, pero cuando me faltaban dos frases para acabar se me petó el ordenador y no pude enviarlo. Me cabreé tanto que no quise volver a escribirlo.

Voy a intentar hacer un resúmen de lo que escribí:

-De la Edad Antigua, la forma de combate de las polis griegas y del Imperio Romano. Nada de ataque y retirada al estilo parto.

-De la Edad Media lo mismo, en concreto el estilo de los Tercios Españoles: El punto crítico era el combate cuerpo a cuerpo pero ya había arcabuces y cañones, sin ser el extremo que viene a continuación.

-De la Edad Moderna, en el combate frontal de columnas de fusileros sólo me convence la estética pero no la forma. Me parece demasiado innoble que alguien con 1 semana de entrenamiento pueda matar tan fácilmente a alguien que lleva años entrenándose y que el combate se fundamente en eso. Creo que en esa época las armas avanzaron demasiado rápido respecto a la estrategia militar, que seguía con la idea de las falanges griegas.

-De la Edad Contemporánea, aunque la estrategia militar se adaptó parcialmente a la existencia de las armas de fuego personales, artillería, ametralladoras fijas, etc... pero sigue sin convencerme. En la guerra entre Japón y Rusia de principios del S.XX el 95% de las bajas de ambos bandos fueron exclusivamente por disparos de artillería y en la I Guerra Mundial la guerra de trincheras fue algo parecido.

Desde el comienzo del empleo masivo de armas de pólvora, sólo me empieza a convencer a partir de la creación de la Blitzkrieg y la importancia fundamental del uso de la estrategia militar. Si Alemania no hubiera tenido generales como Rommel o Guderian jamás habría podido vencer a Francia, Bélgica e Inglaterra "casi" sin pegar un solo tiro. Este me parece el momento desde la introducción masiva de las armas de fuego en que más "noble" era el combate, después empezó a depender de los bombardeos aéreos y vuelta a lo mismo. Eso sí, los combates navales eran espectaculares.

Ahora la guerra es una mierda, entre la amenaza de las armas de destrucción masiva y que ningún país planta combate abierto estamos en el peor momento de la historia militar. Ahora el tema se ha convertido en meriendas de negros contra chozas de terroristas en el desierto, a la espera de otra guerra mundial.
 
Amén, camarada.

Pocas cosas tan hermosas como el choque de dos falanges griegas o una legión romana en acción.

Así como una carga de caballería pesada en la Edad Media (a horse, a horse, my kingdom for a horse - Ricardo III cargando y muriendo como el héroe que no había sido).

O la Vieja Guardia avanzando contra los ingleses en Waterloo, "vive l'empereur!".

Y la carga de la brigada ligera en Balaclava, algo hermoso y sangriento.

Cualquier hombre de pro cambiaba su destino por morir allí cubierto de gloria y no sobrevivir y llevar una vida de rata miserable.
 
pim_pam_pum rebuznó:
Jacques de Molay rebuznó:
Con lo bonito que era ir a la muerte al son de los tambores y las flautas...

O entonar el peán antes de entrar en combate.

Si es que las guerras ya no son lo que eran.

Cuando iban 3 o 4 páginas de este hilo iba a escribir un mensaje preguntando qué estilo de combate os gustaba más (de los que ha habido en la Historia) y yo expliqué mis preferencias personales, pero cuando me faltaban dos frases para acabar se me petó el ordenador y no pude enviarlo. Me cabreé tanto que no quise volver a escribirlo.

Voy a intentar hacer un resúmen de lo que escribí:

-De la Edad Antigua, la forma de combate de las polis griegas y del Imperio Romano. Nada de ataque y retirada al estilo parto.

-De la Edad Media lo mismo, en concreto el estilo de los Tercios Españoles: El punto crítico era el combate cuerpo a cuerpo pero ya había arcabuces y cañones, sin ser el extremo que viene a continuación.

-De la Edad Moderna, en el combate frontal de columnas de fusileros sólo me convence la estética pero no la forma. Me parece demasiado innoble que alguien con 1 semana de entrenamiento pueda matar tan fácilmente a alguien que lleva años entrenándose y que el combate se fundamente en eso. Creo que en esa época las armas avanzaron demasiado rápido respecto a la estrategia militar, que seguía con la idea de las falanges griegas.

-De la Edad Contemporánea, aunque la estrategia militar se adaptó parcialmente a la existencia de las armas de fuego personales, artillería, ametralladoras fijas, etc... pero sigue sin convencerme. En la guerra entre Japón y Rusia de principios del S.XX el 95% de las bajas de ambos bandos fueron exclusivamente por disparos de artillería y en la I Guerra Mundial la guerra de trincheras fue algo parecido.

Desde el comienzo del empleo masivo de armas de pólvora, sólo me empieza a convencer a partir de la creación de la Blitzkrieg y la importancia fundamental del uso de la estrategia militar. Si Alemania no hubiera tenido generales como Rommel o Guderian jamás habría podido vencer a Francia, Bélgica e Inglaterra "casi" sin pegar un solo tiro. Este me parece el momento desde la introducción masiva de las armas de fuego en que más "noble" era el combate, después empezó a depender de los bombardeos aéreos y vuelta a lo mismo. Eso sí, los combates navales eran espectaculares.

Ahora la guerra es una mierda, entre la amenaza de las armas de destrucción masiva y que ningún país planta combate abierto estamos en el peor momento de la historia militar. Ahora el tema se ha convertido en meriendas de negros contra chozas de terroristas en el desierto, a la espera de otra guerra mundial.

Las razones de la derrota de Francia, Belgica e Inglaterra están más allá de la capacidad de los respectivos generales; tienen más que ver con las enseñanzas contrapuestas que ambos bandos sacaron de la primera guerra mundial y los diferentes climas políticos y sociales, incluyendo el ansia de revancha alemana. La estrategia militar, la velocidad en la ejecución de los planes, etc, están en todos los momentos de la Historia, con pólvora o sin ella, y no hace falta acudir a Napoleón o Federico; con Moltke el viejo ya vale.

No es tan mal momento para la historia militar. Eso mismo que dices de las armas de destrucción masiva lo decían en los años 20 y 30 los visionarios del poder aereo, como Trenchard. Esas armas es dificil que vayan a ser usadas por su escasa contralabilidad. La guerra se ha convertido (o tratan de convertirla) en algo más quirúrgico que antaño, la destrucción del ejercito enemigo con medios tecnológicos superiores, al estilo americano, un escenario en el que las armas de destrucción masiva no caben, porque no dejan a la suficiente población civil para montar un bonito estado vasallo y se pueden cargar los medios de producción necesarios para saquear las riquezas naturales del país. Otra cosa es creer que si el conflicto no es un cataclismo tipo segunda guerra mundial, no vale la pena considerarlo.
 
Ahora que Su Santidad el Papa ha fallecido no está de más recordar, mediante un copypaste la mayor gesta de la Guardia Suiza Pontificia (Cohors Helvetica): Sucedió durante el Saqueo de Roma:

Ese 6 de mayo de 1527, cuando las tropas invasoras asaltaban Roma, quedó marcado como el más épico y glorioso de entre las numerosas gestas de la Guardia Suiza. Frente a la basílica de San Pedro, los ciento cincuenta soldados de la misma se enfrentan a más de un millar de soldados alemanes y españoles. Combaten con fiereza protegiendo la augusta persona del Soberano Pontífice. La contienda se desarrolla en los escalones del altar mayor.

La bravura de esta guardia quedó marcada a fuego en la memoria de la humanidad: sólo sobrevivieron 42 de los 150 guardias papales. Formados en círculo en torno a S.S. Clemente VII, logrando crear una vía de escape a fin de ponerle a salvo en el castillo de Sant Ángelo. La fiereza del combate y el celo por el Santo Padre quedó manifiesto en lo caro que costaron sus vidas al enemigo. Por cada uno de ellos, murieron 5 oponentes. 800 enemigos cayeron muertos ante las armas suizas.

Rememorando esta heroica gesta, cada 6 de mayo, juran sus cargos ante el Papa los nuevos alabarderos y toman posesión los ascendidos. Con la mano derecha alzada, los 3 dedos abiertos, recuerdan los 3 primeros cantones helvéticos que se reunieron en confederación: Zürich, Uri Unterwalden y Lucema.

La bandera de la escolta pontificia porta desde entonces en el cuartel inferior las armas de Julio II y en el superior las del Papa reinante.

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Otra tradición dice que el gesto del juramento recuerda las Tres Personas de la Santísima Trinidad.
 
Si controlais de inglés, en el emule podeis pillaros bastantes de los librillos de Osprey (yo me he bajado mas de 200 ya).

Osprey es una editorial que publica monograficos de tematica militar historica, de unas 60-80 paginas...

Estan bastante bien.
 
Laerthes rebuznó:
Si controlais de inglés, en el emule podeis pillaros bastantes de los librillos de Osprey (yo me he bajado mas de 200 ya).

Osprey es una editorial que publica monograficos de tematica militar historica, de unas 60-80 paginas...

Estan bastante bien.

Ten cuidado no vaya a venir Osprey en persona a amenazarte de denuncia :lol: :lol: :lol: .
 
y respecto a juegos de estrategia... estos 3 (son los tres de la misma compañia i usan el mismo motor de juego y tal)

- Europa Universalis 2 (de la edad media)
- Victoria (durante la epoca del imperialismo británico)
- Hearts of Iron 2 (de la II Guerra Mundial)

Bastante completos.
 
Hearts of irons es la polla ... no hay nada como meter los trucos y conquistar el mundo a manos del Generalisimo Franco aujasujasjuasju
 
Laerthes rebuznó:
y respecto a juegos de estrategia... estos 3 (son los tres de la misma compañia i usan el mismo motor de juego y tal)

- Europa Universalis 2 (de la edad media)
- Victoria (durante la epoca del imperialismo británico)
- Hearts of Iron 2 (de la II Guerra Mundial)

Bastante completos.

El Europa Universalis entra también en la edad moderna (A mí me mataron a Napoleón en 1805, austriacos hijos de puta). También tengo el Hearts of Iron, pero la primera version, y conviene empezar desde el principio, porque como lo hagas en 1943 vas jodido con tanta ventanita.

Sigo prefiriendo los wargames tácticos, las versiones del Steel Panthers, el Combat Mission, el Europe in flames (inencontrable ya)...

Hearts of irons es la polla ... no hay nada como meter los trucos y conquistar el mundo a manos del Generalisimo Franco aujasujasjuasju

Yo lo he intentado con Turquía, eso sí que tiene gracia, la media luna en el Vaticano... :lol:
 
Invasión española de Inglaterra

Amanece tímidamente en el pintoresco pueblecito de Dornie, a orillas del lago Alsh, al noroeste de Escocia. Los pescadores más madrugadores preparan sus aperos, mientras algún que otro rayo de sol logra colarse entre los claros de las espesas nubes que enmarcan a principios del otoño esta parte de las Highlands, las tierras altas escocesas. En ese momento sublime, una estampa familiar se recompone en la retina: el perfil pétreo del castillo de Eilean Donan reflejado en las oscuras aguas del lago Alsh.

Además de ser la fortaleza más fotografiada de Escocia, es una imagen grabada a fuego en la memoria de millones de personas, incluso de las que no lo han visitado, ya que fue el escenario de la película Los inmortales -cuyo título original es precisamente Highlander-, de 1985, protagonizada por Christopher Lambert y Sean Connery.

Todo el misterio y el magnetismo que puede evocar un castillo están cincelados en sus piedras. Ubicado en el antiguo emplazamiento de una ermita celta del siglo VI, fue construido por Alejandro II en torno al año 1220 como baluarte defensivo contra las incursiones vikingas en la zona. En el siglo XIV, se convirtió en el cuartel general del clan Mackenzie, que en 1511 adjudicó su defensa al clan MacRae. Tras su bombardeo por dos fragatas inglesas en 1719, quedó en ruinas hasta que, en 1912, el coronel John MacRae-Gilstrap lo compró e inició su reconstrucción, un esfuerzo que se prolongó durante dos décadas. No hay duda de que el sustrato histórico de Eilean Donan y su innegable belleza engarzada en un típico paisaje escocés son argumentos suficientes para entender por qué miles de visitantes se acercan hasta él.

No obstante, el verdadero tesoro de Eilean Donan es su historia. Poco conocida por el gran público, esa historia tuvo, hace 285 años, a un puñado de soldados españoles como protagonistas, punta de lanza de una conspiración dirigida por el cardenal italiano Giulio Alberoni en España con el fin de invadir Inglaterra y restablecer a los Estuardo en el trono. Se trata de un simple movimiento en el tablero del ajetreado siglo XVIII, en el que se cruzaron espías, traiciones, batallas y cierto regusto a aventura cuyo desenlace no solo marcó la suerte de Eilean Donan durante dos siglos, sino que pudo haber cambiado el curso del devenir europeo.

Aunque parezca atrevido, para entender realmente cómo en un momento dado el castillo de Eilean Donan llegó a convertirse, en los primeros compases del siglo XVIII, en un enclave estratégicamente importante en las luchas por el poder entre España e Inglaterra, hay que remontarse a la llegada al trono español del duque de Anjou, Felipe V (1683-1746), el primer rey Borbón, quien heredó en 1700 la Corona del último descendiente de la casa de Austria en España, Carlos II, muerto sin descendencia directa. Desde el inicio del reinado de Felipe V, su vida personal y política estuvo marcada profundamente por dos personajes cruciales: su esposa Isabel de Farnesio y su principal consejero, su primer ministro el cardenal Alberoni.

Tras la muerte de su primera mujer, María Luisa de Saboya, Felipe V contrajo matrimonio con Isabel de Farnesio, una de las principales inspiradoras de una agresiva política exterior española, especialmente incisiva en la pugna por recuperar las posesiones italianas. Pero mucho más definitoria fue la personalidad de Alberoni. De origen humilde, en pocos años se convirtió en príncipe de la Iglesia. Su inmenso poder en España y en la definición de la política europea fue vital para tejer el complejo engranaje que acabó situando a Escocia como pieza clave en la pugna entre España e Inglaterra.

¿Pero cuál fue el detonante de esos acontecimientos? A instancias de Isabel de Farnesio y de Alberoni, una flota española se apoderó de Cerdeña en 1717 y, al año siguiente, otra escuadra invadió Sicilia. Se formó entonces la Cuádruple Alianza (Francia, Gran Bretaña, Holanda y Austria) para mantener los acuerdos de Utrecht, que incluían la prohibición expresa de auxiliar a Jacobo Eduardo Estuardo (1688-1766), aspirante a la Corona inglesa y reconocido por Luis XIV. El Estuardo encabezó en 1715 una desastrosa sublevación contra Jorge I de Hannover, rey de Inglaterra, por lo que se vio obligado a exiliarse en la ciudad de Roma.

En ese clima de tensión, las acciones militares de España en Cerdeña y Sicilia potenciaron un ataque directo a los intereses ingleses en la zona, lo que, sin declaración previa de guerra, culminó en la destrucción por parte del almirante inglés sir George Byng de la escuadra de Antonio Castañeta en el cabo Passero, en 1718. Alberoni, furioso, empezó a urdir un plan para golpear al Gobierno británico donde creyó que estaba su punto más débil: mediante una invasión de Inglaterra, quiso promocionar al Estuardo pretendiente al trono. El cardenal decidió confiarla a James Butler, segundo duque de Ormonde y exiliado jacobita al servicio de Estuardo.

La oferta de ayuda de España a la causa jacobita abrió un nuevo y decisivo capítulo en la historia de los Estuardo. Tras llegar a Madrid, Ormonde se entrevistó con Alberoni con el objetivo de diseñar, en secreto, una invasión del noroeste de Inglaterra, zona con fuertes apoyos jacobitas, para intentar atacar Londres. A pesar de que Ormonde pidió a Alberoni una fuerza de unos 8.000 hombres y 15.000 mosquetones, este solo pudo ofrecerle 5.000 soldados, diez cañones, mil barriles de pólvora y 15.000 mosquetones, aunque también aseguró el apoyo logístico y económico por parte de Carlos XII de Suecia. Tras muchos retrasos, la flota invasora partió de Cádiz el 7 de marzo bajo la dirección de Baltasar de Guevara.

La operación militar no tenía un único frente, ya que Ormonde había señalado a Alberoni la importancia de distraer a los ingleses con una expedición menor en Escocia capaz de hacer que los clanes de las Highlands, tradicionalmente partidarios de los Estuardo, se rebelaran. Para comandar esa expedición, Ormonde sugirió el nombre del joven Earl Marischal, también exiliado por su participación en la rebelión de 1715, a quien Alberoni facilitó un grupo pequeño de tropas regulares españolas para formar el núcleo del ejército en las Highlands. La expedición de Marischal zarpó del puerto de Pasajes el 8 de marzo de 1719, con una fuerza militar de 307 hombres, dirigida por Pedro de Castro.

Desde un principio, el intento de invasión de Inglaterra estuvo maldito, pues un presagio embargó a sus principales promotores y dos sucesos acabaron por confirmarlo. El primero fue el descubrimiento de la conspiración española y la colaboración de los jacobitas espías ingleses, lo que propició el refuerzo de todas las posiciones británicas ante un eventual ataque. Por si la desaparición del factor sorpresa no hubiera restado suficiente entidad a la voluntad de invadir Inglaterra, la meteorología jugaría un papel más relevante todavía. La flota que partió de Cádiz, al doblar el cabo Finisterre, topó con una terrible tormenta que duró 48 horas y que la dispersó a los cuatro vientos. Muchos de los barcos quedaron destruidos y se perdió gran parte de las armas y municiones, así como la vida de muchos hombres.

Mejor suerte había corrido la expedición a Escocia. Marischal había llegado con las dos fragatas y el pequeño ejército español a la isla de Lewis, al noroeste de Escocia. El 13 de abril decidió mostrar sus cartas y hacer del castillo de Eilean Donan -la centenaria fortaleza de los Mackenzie en el cruce de los lagos Alsh, Duich y Long- su centro de operaciones. Allí se almacenaron las municiones y las provisiones de la expedición bajo la guardia de 45 hombres, mientras el grueso de las tropas acampaba junto al pueblo de Dornie. Una vez conquistado el castillo sin contratiempos, las noticias sobre la voluntad de los clanes de apoyar el levantamiento llegaron pronto. Sin embargo, de inmediato surgieron divisiones respecto a cómo y cuándo proceder: unos proponían marchar hacia Inverness con los españoles y quinientos highlanders (habitantes de las tierras altas), dado que apenas estaba defendida; otros optaban por esperar.

Fue entonces cuando se supo el destino que había corrido la flota de Ormonde, por lo que Marischal decidió enviar las dos fragatas de vuelta a España. La suerte no estuvo al lado de los jacobitas, ya que solo una semana después de su partida llegó a la costa un escuadrón británico formado por las naves Worcester, Enterprise y Flamborough, barcos con un importante potencial de fuego que, al mando del capitán Boyle, anclaron en la boca del lago Alsh, con sus cañones apuntando directamente al castillo de Eilean Donan.


Boyle envió el día 10 de mayo un oficial para pedir la rendición del castillo, en ese momento defendido únicamente por un puñado de soldados españoles que velaban por la seguridad de las municiones, armas y provisiones. La respuesta fue contundente: los disparos evitaron que se acercara a tierra. La contrarréplica inglesa tampoco se hizo esperar. A las 20.00 horas, los barcos abrieron fuego sobre el castillo, una fortaleza que de nada servía ante el poderío de la artillería. Cuando un grupo relevante de las tropas hannoverianas hizo tierra, los españoles no pudieron más que rendirse. Hechos prisioneros, fueron llevados a las bodegas del Flamborough.

Tras conquistar el castillo, los ingleses decidieron eliminar cualquier posibilidad de que volviera a dar cobijo a los insurgentes jacobitas, por lo que no dudaron en acabar con él desde sus cimientos. Los edificios en los que se habían almacenado las provisiones y la munición fueron quemados, por lo que, en un instante, la piedras centenarias de Eilean Donan saltaron por los aires hechas añicos. Los invasores estaban ahora en una situación muy complicada: su huida por mar estaba cortada y la costa estaba vigilada por la escuadra británica; habían perdido todas sus provisiones y municiones, y se encontraban en una de las partes más salvajes e inhóspitas de Escocia. Glenshiel, un angosto valle entre montañas a unos kilómetros del castillo, sería el escenario, unos días después, del último episodio vivido por el minúsculo ejército de soldados españoles, en esa ocasión, bravos guerreros -según las crónicas-, ante la apabullante superioridad de los ejércitos ingleses.

LA BATALLA DE GLENSHIEL, EL FINAL DE LA AVENTURA


Seguir las huellas de la historia en el lugar en el que sucedió determinado episodio es un placer que, en el caso de la expedición militar española del siglo XVIII en las Highlands, puede paladearse realizando una excursión a Glenshiel, el campo de batalla en el que se esfumaron las esperanzas jacobitas en 1719. A apenas diez minutos en coche del castillo de Eilean Donan, permite imaginar in situ las posiciones de los ejércitos y la evolución del combate.

Después del bombardeo y destrucción del castillo por parte de las naves inglesas, las fuerzas jacobitas y el escuadrón español se replegaron en las montañas de Kintail, donde recibieron escasos refuerzos procedentes del sur, algunos de los cuales reportaron gran ánimo a la tropa jacobita, como la llegada de Rob Roy Macgregor y sus hombres. El 23 de mayo, los aproximadamente mil hombres que formaban el ejército jacobita, incluido el batallón español, se marcharon hacia el lago Duich, donde permanecieron hasta el 5 de junio, el mismo día que el major general Wightman partió de Inverness con un grupo de 850 soldados de infantería, 120 dragones y 130 highlanders.

Con la aproximación de ambas fuerzas quedó claro que el choque se decidiría en Glenshiel, el desolado pasadizo entre las Five Sisters, las famosas cinco montañas de la península de Kintail. El 9 de junio los jacobitas tomaron la posición que habían seleccionado, el punto en el que la garganta se estrecha en torno al río Shiel, mientras que las tropas inglesas acamparon a escasos kilómetros, en el lago Clunie. La batalla se decidiría a la mañana siguiente.

El paso de los españoles
Con el avance de los ingleses, a las 14.00 horas del día 10 los dos ejércitos se vieron las caras con apenas un kilómetro de distancia. Wightman se paró y desplegó las tropas para el ataque, mientras que los jacobitas habían reforzado su estratégica posición con una barricada en la carretera, y junto a la colina, en el otro lado del río, se habían ubicado doscientos soldados españoles dirigidos por el coronel Nicolás Bolano y parte de los highlanders. La lucha empezó a las 17.00, y por espacio de tres horas el ejército jacobita aguantó las acometidas, hasta que la indisciplina, los estragos de los morteros y el pulso que iba tomando la contienda hicieron de la huida la mejor opción. Los ingleses los persiguieron hasta por las vertientes de Scour Ouran y solo se detuvieron con la llegada de la noche, cuando ya habían llegado casi a lo alto de la montaña. Allí arriba hay un corredor que los pastores aún conocen como Bealach-na-Spainnteach ("Paso de los Españoles").

Las pérdidas de las tropas inglesas ascendieron a 121 heridos y 21 muertos, mientras que las de los jacobitas no se conocen con precisión. Tras el fracaso de la batalla, en la noche tuvieron que tomarse decisiones importantes, la principal de las cuales fue resolver la rendición de los soldados españoles -a quienes se los trataría con respeto, según las leyes de la guerra-, mientras que los highlanders escaparon lo mejor que pudieron, ya que para ellos la muerte era segura si caían en manos inglesas.

A la mañana siguiente, Bolano entregó su espada a Wightman, lo que selló el fin del levantamiento. Tras la capitulación, los soldados españoles fueron enviados a Inverness y, el 27 de junio, a Edimburgo, donde permanecieron custodiados en el castillo hasta que fueron repatriados a España.
 
En 1598 tropas españolas capturaron y saquearon una ciudad de Cornualles, creo recordar.

No viene a cuento pero Plutarco en su "Vida de Licurgo" relata la costumbre espartana de mantener anónimas las tumbas. Los únicos que tenían derecho a una inscripción en la lápida eran los muertos en combate y las mujeres que fallecían al dar a luz.
 
Si, los españoles montaron tanta piratería y corsariato como los demás, solo que aquellos pobretones no tenían minas en Potosí, pobres.

Uno de los corsarios más famosos creo que fué Antonio Barceló, que tenía un jabeque de 24 cañones llamado "el gitano". Posteriormente le harían jefe de los jabeques reales, con los que hizo putadas mil a los ingleses. No le dejaron entrar en las órdenes militares por ser plebeyo, creo recordar.
 
Barceló le hacia putadas a los ingleses?, yo creía que solo a los moros.
 
Diecinueve barcos hundidos, mil seiscientos prisioneros... Esto lo hizo cuando mandaba los jabeques reales (1762); lo de los moros fué cuando llevaba sólo el suyo, aunque supongo que iría a por todos, el botín es el botín.
 
abundancia de moros, ganancia de cristianos...se que este personaje tiene una pagina web bastante currada, creo que es la pagina del capitan toni o algo asi...
 
Ufff...me estoy liando con la peli esa, ¿Es ZULU o AMANECER ZULU?.
 
nabokov rebuznó:
Ufff...me estoy liando con la peli esa, ¿Es ZULU o AMANECER ZULU?.

La de la firma es Zulú

"Amanecer zulú" narra la batalla inmediatamente anterior a la de Rorke's Drift, que es la que sale en "Zulú".
 
Llevo tiempo tras una foto que perdí, la del capitán Wolfgang Kaufmann, comandante del U-79.

La imagen es impresionante; la fotografía se hizo desde el destructor inglés que hundió el submarino cerca de Egipto en 1941, en ella se ve en la lejanía a Kaufmann, apoyándose en la barandilla de la torre, mientras el submarino se va a pique. Tras poner a salvo a su tripulación, se mantiene en la vela para evitar que los ingleses capturen la nave...

Al llegar el agua hasta él, comenzó a nadar. El sumergible no lo arrastró con él al fondo, los ingleses lo rescataron del agua y pasó el resto de la guerra como prisionero de guerra.

Kaufmann murió en la década de los 60.

Si alguien tiene la foto, que me la pase, por favor.
 
Como veo que os gustan las hordas fascistas que osaron mancillar el suelo de la Santa Madre aquí tenéis algo más:

pimentel_874.jpg


Un grupo de divisionarios a principios de 1943
divazul_153.jpg


Zona donde se batió la 250ª Div.
croquis9.jpg
 
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