Es jodido llevar tiempo sin trabajar y cuando te sale un trabajo, una oportunidad de volver al redil, que te salga todo mal. Esta experiencia me ha hecho reflexionar sobre mi vida. No sé, pero mi total y absoluto fracaso sentimental, mi vida social inexistente, mi incapacidad para trabajar y adaptarme a un grupo de trabajo, mi nula capacidad de empatía, mi mundo de reclusión y mi cochambrosa existencia. Todo ello me hace llegar a la conclusión de que puede que sí, que puede ser verdad eso que decís de que soy un verdadero desecho humano. Pero por orgullo, o yo qué sé, me niego a aceptarlo y constantemente le echo la culpa a los demás, a la sociedad, a las mujeres que son todas unas putas interesadas, al voraz modelo laboral capitalista, a las circunstancias socio-económicas del momento, a mis orígenes humildes, etc. Para todo tengo una excusa, pero ya vamos teniendo una edad para asumir lo que somos en realidad, y yo en mi caso hago un breve resumen de mi vida y mis logros y se me ponen los ojos vidriosos.
He fracasado en absolutamente todo lo que he emprendido, y una vez asumido esto, no sé cómo afrontar la segunda mitad de la existencia que aún me queda. Porque vivir sabiendo que soy un fracasado que nunca tendrá nada, eso se me hace muy cuesta arriba.
Al final van a tener razón todos los que me vienen de frente en la autovía y soy yo en que va en dirección contraria.